Hiro es un chico súper inteligente y ocioso que se mete constantemente en líos, piensa que los estudios de su hermano mayor Tadashi son una pérdida de tiempo, y que su mundo nerd es aburrido. Pero se queda impresionado cuando se da cuenta de todo lo que podría estar haciendo él ahí.
Cuando Hiro pierde a Tadashi, el miedo y la soledad, no le permiten más que la necesidad de encontrar al culpable de su muerte. Para lograrlo hace equipo con los compañeros de Tadashi, en especial con su robot Baymax. Al final, el lazo entre los amigos es tan fuerte que Hiro logra de alguna manera sanar y se da cuenta de que no está solo y ha formado una nueva familia.
La película es mucho más divertida que mi sinopsis, eh. Está llena de aventuras, acción y sentido del humor. Los personajes son muy entretenidos. Baymax es la onda, es adorable, pachoncito y amigable. Y el balance entre el emotivo mensaje y la diversión está equilibrado. Seguro que es por las gotas de intervención de Marvel. Y es que aparentemente esta película está basada en un cómic perdido de Marvel (no dejen de ver después de los créditos).
Yo que estaba convencida de que Disney me había perdido hace mucho. Sus intentos anteriores, Ralph el Demoledor y Frozen, de acercarse al público de una manera más contemporánea, me dejaron poco entusiasmada.
Si no hubiera sido por el tráiler tan divertido, hubiera dejado pasar más tiempo para ver esta película. Pero debo confesar que me gustó bastante. Me gustó el asunto de la amistad, de que la familia no es únicamente la que te toca por default, sino la que te quiere, te cuida y te apoya después; y la importancia que le da a los estudios y que ser nerd puede ser divertido. Me encantó toda la imagen, desde los carteles, hasta los disfraces de los héroes. Me gustó el mundo casi futurista de San Fransokyo con su fusión japonésida. Y por supuesto, por supuestísimo que me gustaría tener un Baymax a mi lado... de perdis uno chiquito de juguete.
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