martes, 28 de septiembre de 2010

Anvil! The Story of Anvil

En 1984 cuatro grupos de Heavy Metal dieron un concierto en Japón. tres de ellos, Scorpions, Whitesnake y Bon Jovi, vendieron, a partir de ahí, millones de discos. Anvil no.

Este grupo canadiense influenció a muchos músicos, incluidos Slash y Lars Ulrich, y sin embargo no se hizo famoso. Veintitantos años después el líder "Lips" Kudlow y el baterista (y amigo inseparable de Lips) Robb Reiner, llevan una vida común y corriente, uno de ellos trabajando en una empresa que lleva comida a las escuelas y el otro en la construcción.

¿Por qué no les fue tan bien como a los demás? ¿Cómo es que no se hicieron rockstars si tenían todo para serlo? Nadie lo entiende. Sus familiares, amigos y fans se lo preguntan. A nadie le queda duda de que son talentosos, perseverantes y luchones; que saben actuar en el escenario y que además, tienen buena música.

Este es un pedazo de su historia. Veinte años después siguen con su banda, practican en el garage y han publicado 12 discos. Tiene un par de fans que los siguen fielmente. Pero no hacen giras, tocan en un bar y se han convertido más bien en una banda de culto, en una leyenda.

Un día son contactados por una italiana admiradora que les ofrece ser su manager para una gira en Europa. Aceptan gustosos. La gira tiene sus altas y sus bajas, a la larga resulta más un desastre que un éxito y no ganan nada de dinero. Pero ahí están, con la mejor actitud. Encontrándose con músicos famosos que los admiraban cuando eran chicos, con fans de todos los tipos, en auditorios medio vacíos y antros de mala muerte en sótanos perdidos.
Esta es mi parte favorita de la película.

En un último intento por lograr ser conocidos, deciden grabar un nuevo disco, el número 13. Se dan cuenta de que cuando mejor les fue fue cuando trabajaron con unos de los mejores productores del medio, Chris CT Tsangarides. Lips le envía un demo del disco y este les dice que tiene potencial y que le gustaría trabajar con ellos, pero que necesitan juntar como 12,000 dólares. Nadie tiene dinero, tratan de juntarlo pero está difícil. Una hermana de Lips decide prestarle el dinero. Esta es una de las escenas más conmovedoras de la película: La hermana, mayor que Lips, bien vestida, muy propia y Lips con su look de rockero ochentero (pelo largo y flequillo) de negro con bermudas, diciendo que aunque no entiende su música, lo quiere, lo respeta y sabe que es bueno y que merece esta oportunidad.

Viajan a Dover, Inglaterra y pasan ahí unas semanas grabando el disco en un estado emocional muy delicado. Se pelean, se encontentan. Son los mejores amigos, y han estado juntos desde que se conocieron a los 14 años. El disco es bueno, todos están satisfechos, regresan a Canadá y tratan de colocarlo en una disquera, pero no hay interesados. ¿un problema generacional? Nadie lo sabe. Al final acaban produciéndolo y vendiéndolo por internet a sus fans. No era lo esperado, pero su actitud es admirable. Al menos lo hicieron y es bueno.

La película termina con una invitación a tocar a Japón. Un gran cierre para una gran película.

Anvil! The Story of Anvil (Sacha Gervasi, 2008). Es una muy buena película. no soy metalera para nada, pero eso es lo de menos en la historia. Lips y Robb son unos personajazos, con ese look amenazante, se tranforman en el escenario, cantan canciones de esas que casi no se entiende nada, sus discos tienen siempre yunques y son portadas bien clásicas metaleras. Y en casa unas linduras, amables y cariñosos, sensibles.


Y la peli es emocionante, emotiva, graciosa.

Me chocan las películas levantadoras del espíritu, las películas que dejan enseñanzas de vida y jaladas de esas. Lo que me choca es que las venden así y que la gente las compra por esa única razón. Pueden apestar, pero "Ay, que lindo mensaje". Argh! No la quiero etiquetar de esta manera, pero esta peli deja un buen sabor por el espíritu, por la actitud de lo protagonistas, que no se rinden, que siguieron tocando y evolucionando musicalmente durante 20 años. No es una peli de final feliz al estilo Hollywood, las cosas siguieron sin salir del todo bien, no se convirtieron en Rock Stars, ni salieron de sus deudas, probablemente siguen en sus mismos trabajos. Pero esa es la historia de la mayor parte de la gente. Hay siempre más talento y más gente capaz de la que sale en la tele. Y nos son "losers" por no haberla armado, sepa por qué no tuvieron el éxito merecido, pero ahí están y siguen trabajando y haciendo lo que les gusta.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Películas para el Bicentenario de México Tercera Parte

Hidalgo. La historia jamás contada (Antonio Serrano, 2010).

Un capítulo de la vida del cura. Según los involucrados en la película, la idea era desmitificar a Hidalgo. Mostrarlo más humano, con sus intereses y pasiones, su lado oscuro, su lado jocoso, y bla, bla bla.

Me parece que tanto el título, como la frasesita ,"los secretos de un hombre callados por el grito de un héroe", y el cartel, pretenden una cosa muy distinta al resultado final. Porque su enfoque parece muy solemne. Yo me imaginaba un periodo muy comprometido de su vida o uno en donde vio la luz y en donde se empezó a formar como el hombre-héroe conocido por todos. O como por ahí me comentaron, una especie de reflexión del personaje y de la historia en estos festejos patrios.

Pero en esos aspectos me parece que se queda corta. La historia se centra en la etapa en que a Hidalgo lo mandan de párroco a San Felipe Torres Mochas por progre y problemático. Da la impresión que es el periodo más feliz de su vida. Le caen sus hermanos, organiza tertulias y fiestas con música prohibida. Las beatas y el otro párroco lo alucinan. Ayuda a los maltratados y abandonados indígenas de la zona. Monta el Tartufo, un poco para provocar, un poco para cuestionar y un mucho por diversión. Y lo más importante, se enamora de Josefa Quintana.

Esta parte, que es la mayor de la película, está muy bien, divertida, activa. El reparto funciona muy bien. Cecilia Suárez como Amadita, está genial, el que hace de José Quintana también, las beatas, el pariente, y todos en general. Las escenas relacionadas con la obra de teatro, son divertidas y la del estreno de la obra es de las mejores. ¡El Bichir está contenido!
También me gustaron las escenas con los músicos, y la música de toda la película me gustó mucho. Qué mejor cierre que la canción de los créditos con la voz de Lo Blondo. Las locaciones, el vestuario y todo eso que indica la época, me parecieron muy acertados (no soy conocedora, pero funcionan en el contexto y no sobresalen, ni por exceso de diseño ni por confusión temporal). No sé qué tan apegada o no está a la realidad, pero no importa porque todos los elementos dan una atmósfera y un entorno congruente.

Ahora vamos a lo que no me gustó de la película, que es todo lo demás. Espero darme a entender porque me ha resultado difícil aclararlo. La parte de la estancia en San Felipe, es una buena película comercial, ligera, entretenida. Pero no importa si es Hidalgo o no. Y de hecho no hubiera estado mal que no fuera Hidalgo. Creo que ya hubiera sido suficiente con un personaje que es sacerdote, tiene hijos e ideas diferentes a las de sus superiores.

El unirla con la parte histórica que ya conocemos me suena más a justificación. Una justificación para esas razones que comentaba yo al principio.

La historia contada en flashbacks desde la cárcel de Chihuahua en donde Hidalgo pasa sus últimos días, no viene a cuento. Y mucho menos, los interrogatorios, el otro triste flashback (en donde sale Plutarco Haza por 30 segundos), y el fusilamiento.

Al final Hidalgo recuerda sus días más felices, y eso está muy bien, pero no tienen nada que ver "el grito", la independencia y todo eso. Con esta historia a mí no me queda claro que Hidalgo tomó conciencia en este periodo de su vida. Él ya era así desde antes. La desigualdad, la cerrazón eclesiástica y todo eso, no le caen de sorpresa en San Felipe. En realidad la única conclusión a la que llega ahí es que necesita un descansito de ser sacerdote.

Aunque no lo parezca, encuentro la película más positiva que negativa. El relleno me gustó bastante y podría imaginarme una especie de franquicia, a la gringa, de nuestros próceres. Imagínense otra con Morelos, o con Allende antes de encontrarse con Hidalgo en el camino. Una serie de precuelas o una de esas sagas de juventud tipo Smallville. Parece broma o sarcasmo, pero no. Honestamente, creo que algo así sería entretenido. Alteraría muchos solemnes y respetuosos corazones, eso, seguro.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Películas para el Bicentenario de México Segunda Parte

El Atentado (Jorge Fons, 2010).
Arnulfo Arroyo (José María Yazpik con un extraño tono de voz que aparece y desaparece) es un borrachín contratado por misteriosos personajes para matar a Don Porfirio. Por razones tan misteriosas como los personajes, a la mera hora le sacan el arma del saco y Arnulfo, borracho y desarmado, falla. Lo meten a la cárcel, lo interrogan, lo golpean y finalmente, lo matan.

Me cuesta un poco de trabajo explicar de qué se trata la película sin tener que contarla toda porque está llena de tramas, complots y maniobras políticas y porque hay tres personajes principales unidos por el pasado y por una mujer. Son esos tres del cartel, Daniel Giménez Cacho, el Poeta, Julio Bracho, el Jefe de la Policía, Yazpik, el Anarquista (quesque, porque ni se nota tanto, sólo porque canta una cancioncita) y La Discordia es Irene Azuela. Y bueno también porque al contármela yo misma me doy cuenta de que no hay nada que contar. Pasa mucho y no pasa nada. Los que planean el atentado resultan unos miedosos, que después del fallo ya no saben qué hacer; muy poco profesionalismo, vaya. Y luego el que hayan escogido a Arnulfo no se sabe si es por venganza, celos o qué, porque definitivamente no es por sus habilidades como asesino a sueldo. Y si es porque era un archireconocido anarquista que iba a resultar útil para desviar la atención del verdadero motivo, pues tampoco queda claro. El personaje de Giménez Cacho que pareciera al principio funcionar como el eje unificador de las diferentes historias, se queda en un espectador a medias, desinteresado y calenturiento.

La historia es tan vaga y confusa que lo lleva a uno a pensar distintas opciones que nunca ocurren. De repente parece que todos eran parte del complot; de repente cree uno que eran muy unidos (esto es culpa de los flashbacks malusados) y que algo los separó (¡la tipa, seguro que fue la tipa esa!) ; o que fueron los ideales (el poder, la injusticia, el dinero). Pero no es nada de esto, o tal vez sí. ¿Quién lo sabe? A mí no me quedó claro.

No he logrado averiguar el costo de esta película. Unos chismes dicen que es la más cara de la historia (en México, claro), otros dicen que fue la de Chicogrande. Por los patrocinadores que aparecen consentidísimos al principio de la peli, por la cantidad de extras, vestuario y producción en general, pensaría que es ésta. En general, esto no suele interesarme, pero en este caso me lo pregunto porque si tenían tanta lana ¿por qué no gastaron un poco en el guión, en el argumento?
Hay diálogos muy forzados, actuaciones acartonadas, con una que otra palabreja que a mí como que no me checa del momento (recuerdo ahorita la palabra terrorista ¿se usaba?). Las escenas del teatro de carpa medio funcionan, pero se quedan al final en calidad de gratuitas. Y como que de repente el director quiere poner toques de humor, que no quedan del todo claros, como con las reacciones del público en el momento del atentado.¿Y qué onda con el Porfirio rígido y chistoreto?

Una cosa que me divirtió fue que salen como tres cuartas partes del gremio actoral mexicano. De esos actores reconocibles de todas las pelis y las telenovelas, pero que no son tan protagónicos. Y bueno, sale María Rojo, ¡uff! por suerte como 3 segundos porque me pone nerviosa; 3 segundos en los que se las ingenia para sobreactuar, por cierto. ¡Ja! Y hay una escena medio aterradora con los ojos de la hermana de Arnulfo.

La dirección en general es bastante mala, un guión sin foco, una escenografía falsa que "tal vez" sea una cuestión estilística, pero que resulta estorbosa, actuaciones desiguales y un montonal de escenas y personajes que no se acaban de desarrollar y se convierten en paja pura (como la novia de Arnulfo, el reportero joven, y hasta la misma Discordia).

Este deber patrio me está resultando tortuoso. ¡Pero sigue El Infierno! Esa es la que más expectativas me genera.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Películas para el Bicentenario de México Primera Parte

Empezamos septiembre y los estrenos del Bicentenario por fin aparecen. No crean que me muero de ganas de verlos, tengo una curiosidad tibia, digamos. Pero de todos los festejos planeados, este es el único en el que voy a participar. Los costos de los proyectos que no van a estar a tiempo me escandalizan y no creo que el año que se ha vivido en México amerite festejo alguno y menos éste. Después de cien y doscientos años, así estamos. Si hubiera sido un año pinchón, medio grisáceo, bueh, va, vamos al Grito. Pero en este año... nel.

En fin, pues aquí comienza una serie de entradas sobre las películas planeadas para éstos días. Son el resultado del proyecto Películas Bicentenario organizado por el IMCINE.
Chicogrande (Felipe Cazals,2010)
1916. Villa está herido y escondido en la sierra de Towhi. Se ha retirado ahí después de atacar el pueblo de Columbus. Los estadounidenses entran a México para atraparlo apoyados por el ejército carrancista. Bueno, apoyados, apoyados, no realmente, más bien no les queda remedio. Son las "Expediciones Punitivas". El Mayor Butch Fenton (Daniel Martínez) es el encargado de encontrarlo y se dedica a torturar y amderentar a los pueblerinos para que le digan el paradero de Villa. Juan Manuel Bernal es el médico gringo que tiene serias dudas sobre lo que está haciendo ahí. Chicogrande (Damián Alcázar) es uno de los hombres de Villa que se quedó a su lado y que decide bajar a pueblo a buscarle un doctor. Así más o menos la historia. Algunos ayudan a los gringos, pero la mayoría tiene miedo y desconfianza. Los gringos tratan bastante mal a los mexicanos, y estos ven con desprecio a los apaches que van a ayudar a rastrear a Villa.

Grandes paisajes, escenas un poco a lo western, buenas actuaciones. Demián Alcázar está muy bien, Daniel Martínez de Buth Fenton también, en general. Juan Manuel Bernal tiene la voz doblada y eso me desesperó un poco. Pero la película en general me resultó aburrida. Es lenta. Trata de pintar una atmósfera, que se vaya conociendo a los personajes del pueblo, a los militares, distintas visiones de la revolución. Pero no está logrado. Hay escenas que sobran como esa en la que sale Lisa Owen de gringa, que me parece que es sólo para que se vea que hay una gringa perdida y cómo el Fenton no la trata igual que a los demás. Pero no va a más. Sale Bruno Bichir en un papelillo como de chivato, pero tampoco va a más. Las mejores escenas y las que más hablan de lo que pasa son con el Viejoreséndez, el doctor mexicano y el último diálogo de Chicogrande. Y hablando de Chicogrande, pues que luzca más, que se sepa más de él, de su lealtad, de su valentía. La película está a su nombre, pues.

El uso de flashbacks para ilustrar algunas de las experiencias de los personajes, está bien. Pero el director sólo usa dos. Y más bien parecen llena-minutos, en vez de ser una parte ilustrativa importante de la guerra, del poderío de Villa y de por qué la gente creía en él, o no. Y la última parte de la película es bastante dispareja. Cambia el ritmo, ocurren cosas que no parecen congruentes con los personajes, hay una escena cuasi-cursi, y otra con un caballo mega inteligente.
La música no me gustó para nada. Es como de thriller, intensa, misteriosa y saca de onda con el escenario y lo que está ocurriendo, pero no de una manera positiva.
No me pareció mala, pero tampoco me interesó. ¿Y? Piensa uno al final.
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