jueves, 16 de julio de 2009

Public Enemies

Esta es la historia de los últimos tiempos en la vida del asaltabancos John Dillinger, cuando a J. Edgar Hoover se le mete entre ceja y ceja que tiene que atraparlo.
Uno supondría con esta idea que la película será una especie de duelo entre el FBI y sus novedosas técnicas de investigación, y un gángster ingenioso y hábil que se les escapa en sus narices constantemente. Pero no vemos nada de esto. Y lo que vemos no es convincente.

No pido una película apegada a los hechos, ni que pasen la infancia de Dillinger o la de Purvis, ni siquiera que nos muestren sus más oscuros deseos, sus alegrías y tristezas. Pero sí esperaba personajes mejor construidos para tener una idea clara de quiénes son. Dillinger se supone que no era ni guapo ni brillante, pero sí muy carismático e ingenioso. Y eso no se ve. Viendo a este Dillinger, no sé muy bien qué decir sobre él.

Siendo el director un especialista en películas de acción, imagino entonces que ésta lo es. Tiene un montón de balazos y persecuciones, pero no están buenas. Y hay varias que más bien son gratuitas.

Y es que Enemigos Públicos (Michael Mann, 2009), está un poco aburrida. Y muy larga ya lo dije. Teniendo los elementos para hacer algo emocionante y divertido... y nada.

Y luego el reparto. ¡Batman y Willy Wonka! Por ellos me metí a ver esta peli. Christian Bale está completamente gris. En ningún momento se cree uno que sea tan chingón (sólo porque con su buena puntería mató al Pretty Boy Floyd). Y así como hubiera estado muy bien ver la estrategia y la planeación de los asaltos de Dillinger, hubiera sido interesante ver a Purvis trabajar un poco más, en vez de que nos den la información obtenida en diálogos. Como la parte de la chaqueta de Dillinger y el lugar en donde la había conseguido, que estuvo muy floja.

¿Y Johnny Depp? Pues nada. No me transmitió nada. Con él Dillinger parece un cínico, pero no lo es realmente, parece que está un paso adelante de todos, pero tampoco. ¿A dónde quiso llegar con el personaje? Quién sabe.

El resto del reparto me pareció igual de gris, mucho nombre, pero ninguno sobresaliente. Billy Crudup, Marion Cotillard, Giovanni Ribisi, Stephen Dorff... ¿como para qué?

Me da la impresión de que la película era mucho más larga y que al momento de editarla se les fueron partes importantes y dejaron escenas sin sentido. Y unas largas y gratuitas como en la que matan al compañero de Purvis y se les escapa Baby Face Nelson, al que ni planeaban atrapar. Me pareció una manera muy complicada de introducir a un personaje.

El tema de los apostadores y las nuevas leyes federales y los choques con Dillinger no fue más que una emabarradita inútil y la presencia de Hoover, sus métodos y todo eso quedaron flotando.

En fin pura decepción y casi me duermo.

martes, 14 de julio de 2009

The Guitar

¿Qué hace uno si el doctor dice que nos quedan dos meses de vida? ¿Llorar, viajar, decirle adiós hasta a las florecitas, hacer las paces con nuestros seres queridos? O cumplir algún sueño. Dos meses son muy poquitos para tanto qué hacer.

Yo no me despedía. Y viajar requiere un poco más de tiempo y dedicación. Me gusta la idea de cumplir un sueño. Como en esa película con Jack Nicholson y Morgan Freeman con la lista de deseos para antes de morir.

Pues en esta película que acabo de ver, The Guitar (Amy Redford, 2008), el personaje principal siempre ha querido una guitarra. Desde que era chiquita y la veía en el escaparate de una tienda. Y es este objeto el que de alguna manera le permite transformar su vida.

Melody Wilder tiene una mala pata que hay que ver. Primero, el doc le dice que tiene cáncer y le quedan dos meses de vida, luego la corren de su trabajo (un trabajillo pinchón, así que ahí no hay mucho drama), y para colmo, el novio la corta. Hasta aquí han pasado como diez minutos de la peli y ya parece una comedia negra o un especial del Hallmark Channel. Hasta aquí aparecen dudas en mi ánimo peliculero, pero pienso "¡No! No puede ser una peli del Hallmark Channel". Y sigo viéndola. Y ¡zas! que tengo razón.

No, tampoco es una comedia. Pero tiene un buen tono. Y hasta podría decir que es una pequeña película independiente hecha con ganas y con cuidado.

Después de la avalancha de malas noticias, Melody Wilder decide rentar un amplio y atractivo loft neoyorquino para vivir ahí sus últimos días. Y vaya vida. Sin salir de ahí usa sus tarjetas de crédito para comprar todo lo que siempre ha querido, muebles de diseñador, ropas exóticas, comida gourmet, y una guitarra eléctrica... con todo y amplificadores.

Toma lecciones de guitarra en la tele, se hace de un par de amantes, y empieza a vivir.

Amy Redford (Sí, es hija de Robert Redford) logra una de esas películas de "sigue los sueños y triunfarás", que a pesar del final, que parece el final feliz de un niño o un extraño toque de humor (?), se salva de la cursilidad y la ñoñería.

Hay que destacar la actuación de Saffron Burrows como Melody porque es ella la que mantiene el equilibrio y la sensatez de la historia.

Y bueno, como idea para vivir los dos últimos meses de vida, no me pareció nada mala.
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