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viernes, 8 de abril de 2011

Películas para el Bicentenario de México Quinta Parte

Un poco fuera de tiempo, pero hasta ahora pude ver esta película que también forma parte del proyecto cinematográfico del Bicentenario.
Diez cortometrajes hablan sobre el significado de la Revolución en nuestros tiempos, sobre los resultados de la Revolución, sobre el estado de México en la actualidad, el campo y la ciudad, los ricos y los pobres, ¿sirvió de algo? o no.

Me gustó el de Fernando Eimbcke "Bienvenida" y con este corto me quedo con él como uno de los directores mexicanos que más me gusta.

En segundo lugar, y más que nada porque siento que al final le pasó algo, el corto de "La Tienda de Raya" de Mariana Chenillo.

El de Gael García Bernal, me pareció fatal. No ata ni desata. El mejor personaje no es Lucio sino Omarcito y realmente no se sabe qué al caso Lucio. De hecho no se sabe qué al caso nada. Que se quede de actor y celebridad porque de director no la arma (uff, todavía recuerdo con pesar y mucha verguenza que vi su ópera prima), no como como Diego Luna cuya película "Abel", fue una sopresa positiva. Y hablando de Diego Luna, su corto aquí "Pacífico" no estuvo mal, sin embargo creo que podía haber mejorado un poco la narración. Él sí, que se quede como director, para así no verlo en la pantalla.

Me irritó tremendamente el de Carlos Reygadas, pero estoy sospechando que me va a irritar siempre.
La de "Lindo y querido" me cayó gorda por cursi. La de los reos que se escapan me enganchó al principio, pero luego me pareció que no supo qué hacer con la idea. Y a mi no me quedó claro que relación con la revolución o México o nada. La de "30/30" me gustó la manera de narrarla, tiene un poco de humor, pero faltó el cierre al punto, que el señor López Villa dijera finalmente sus palabras aunque fuera a media carretera o algo así.

En general faltó visión, sentido del humor, están muy solemnotas. Más trabajo en los cierres de los cortos. Sé que es difícil terminar un corto, pero pues aquí fallaron la mayoría.
Y en conjunto es una película aburrida, espera uno con ansia a que sea el siguiente corto, o el siguiente, o el siguiente. O que ya se acabe.

domingo, 3 de octubre de 2010

Películas para el Bicentenario de México Cuarta Parte

El Infierno (Luis Estrada, 2010).
Benny García (Damián Alcázar) es deportado después de haber pasado 20 años en Estados Unidos. Regresa a su pueblo natal "San Miguel "N"arcángel" que está aún más en el hoyo que cuando lo dejó. Pueblo rascuache, desolado y polvoriento, cuya única zona con movimiento parece ser la zona roja, tan pinchona como el resto del pueblo. Esto me resulta muy confuso porque el pueblo está a un pelín de ser pueblo fantasma, poca gente en las calles, los comercios han cerrado por la crisis, los narcos imponen miedo, no hay trabajo, y sin embargo es el pueblo de los narcos de la región. ¿No debería de ser más próspero? ¿No se supone que los narcos dan trabajo a los locales? Si está tan decadente ¿a quién le vende droga la viejilla de la mercería? Como digo, confuso.
Benny está desconcertado con la situación, pues esperaba comenzar un negocio de clases de inglés. Su padrino, dueño de una destartalada vulcanizadora, lo pone al día sobre los aconteceres del pueblo y sobre la muerte de su hermano, noticia que le ha impactado mucho. Su hermano, conocido como El Diablo, había sido un narco de respeto en la región y nadie sabe quién lo mató.
Aunque promete no involucrarse él también en esos negocios, pronto se da cuenta de que no tiene otra opción para ayudar a su familia. Con la palanca de su cuate de la infancia "El Cochiloco", entra a formar parte de la familia Reyes, una de las dos familias que controlan la región. Que eran una familia de dos hermanos que se pelearon y ahora pelean por el control de la plaza.
Después de unas cuantas fuertes impresiones sanguinolentas, el Benny se va adaptando al nuevo estilo de vida, a los fajos de billetes, a la "buena ropa". Se queda con la viuda de su hermano, cuida a su sobrino y les promete que esto no será para siempre y que en cuanto ahorre un poco más se los lleva al otro lado. Y obvio que esto no ocurre así, que las cosas se complican, que la mitad del elenco se muere a manos de la otra mitad y que no hay un final feliz.
Hay mucha sangre, balazos y violencia (no me asusta, pero las cabezas rodantes sobran). Y se supone que hay comedia, pero no mucha. Y la que hay es más bien de pastelazo y no negra e inteligente que es la que yo esperaba. Los narcos son una caricatura ridícula, son ineptos, estúpidos, y bastante de quinta. ¿Y que onda con sus negocios de pacotilla? ¿Que no se supone que el Cochiloco estaba bien parado en la organización? ¿Qué es eso de vender drogilla en moteles de carretera?
El capo (un Ernesto Gómez Cruz sobreactuado, sólo superado por su prpopia actuación como el hermano) se supone que es rudo y macho, poderoso que se ha codeado con las altas esferas, pero en una escena bastante mala se nos hace ver que quien lleva los pantalones es la mujer (¡¡¡argh, María Rojo!!!! ¿Quién aguanta a esta señora? Diganle que se retire, por favor!). Damián Alcázar sale de menso y la hace bien porque es buen actor, pero hizo una extraña fusión de su personaje de la Ley de Herodes con Tintán (¡pobre Tintán!). El Jr., es una burla inútil. Los oaxaqueños que mandan llamar porque son más chingones, no entedí por que tenían que ser oaxaqueños (¿sólo para que hablaran una lengua que nadie más entendiera?). El personaje que me pareció mejor fue el Cochiloco (aparte de estar bien actuado). Él es el único que da la impresión de entender mejor las cosas. Es el único que no se la cree y que lo hace porque tiene que mantener a su familia (claro que si ya eres algo inteligente para darte cuenta de eso, bien podrías cambiarte de casa y buscarte una chamba menos riesgosa). Lo desaprovechan a fin de cuentas.
Las escenas más cagadas son las que muestran la naquez de los narcos, el despacho del capo, el mal gusto por la ropa, el asunto con la tumba (esa escena está chistosa, lo acepto), pero la película no se supone que se trate de eso. Pretende ser una comedia ácida que refleja una realidad de México, una realidad muy gruesa, y no lo hace. Es tan ridícula que pierde distancia con los que vemos y oímos en la tele, en internet, en los periódicos.
Una de las cosas de la Ley de Herodes es que aunque fuera comedia, aunque estuviera un poco exagerada, uno se quedaba con la sensación de familiaridad. De que había potencial un Juan vargas cerca de nosotros.
Pero aquí, el narco parece ser una cosa aislada, sólo de ese pueblo, no se resalta su alcance, su poder, su fuerza. Caen en puros comentarios estereotípicos, que si por la crisis y el mal gobierno no me queda otra que trabajar para el narco, que obvio que tooooda la policía es corrupta, y bla, bla bla. Y no, mi opinión no es un caso de ofensa, de que México no es sólo eso, de que por qué sólo se retrata lo malo, no no, para nada. Tampoco tiene que ver con que se maneje este tema en plan comedia, eso me encanta. No, mi opinión es resultado de una decepción, de que esperaba más del director, de la historia, de todo!
Para humor negro del narco, mejor cliquéen este link de The Onion:
http://www.theonion.com/articles/mexico-killed-in-drug-deal,18109/
o para acción entretenida léanse el Poder del Perro de Don Winslow.
Y alguien dígame ¡¿Por qué rayos sale Daniel Giménez Cacho con esa cabellera?!

domingo, 19 de septiembre de 2010

Películas para el Bicentenario de México Tercera Parte

Hidalgo. La historia jamás contada (Antonio Serrano, 2010).

Un capítulo de la vida del cura. Según los involucrados en la película, la idea era desmitificar a Hidalgo. Mostrarlo más humano, con sus intereses y pasiones, su lado oscuro, su lado jocoso, y bla, bla bla.

Me parece que tanto el título, como la frasesita ,"los secretos de un hombre callados por el grito de un héroe", y el cartel, pretenden una cosa muy distinta al resultado final. Porque su enfoque parece muy solemne. Yo me imaginaba un periodo muy comprometido de su vida o uno en donde vio la luz y en donde se empezó a formar como el hombre-héroe conocido por todos. O como por ahí me comentaron, una especie de reflexión del personaje y de la historia en estos festejos patrios.

Pero en esos aspectos me parece que se queda corta. La historia se centra en la etapa en que a Hidalgo lo mandan de párroco a San Felipe Torres Mochas por progre y problemático. Da la impresión que es el periodo más feliz de su vida. Le caen sus hermanos, organiza tertulias y fiestas con música prohibida. Las beatas y el otro párroco lo alucinan. Ayuda a los maltratados y abandonados indígenas de la zona. Monta el Tartufo, un poco para provocar, un poco para cuestionar y un mucho por diversión. Y lo más importante, se enamora de Josefa Quintana.

Esta parte, que es la mayor de la película, está muy bien, divertida, activa. El reparto funciona muy bien. Cecilia Suárez como Amadita, está genial, el que hace de José Quintana también, las beatas, el pariente, y todos en general. Las escenas relacionadas con la obra de teatro, son divertidas y la del estreno de la obra es de las mejores. ¡El Bichir está contenido!
También me gustaron las escenas con los músicos, y la música de toda la película me gustó mucho. Qué mejor cierre que la canción de los créditos con la voz de Lo Blondo. Las locaciones, el vestuario y todo eso que indica la época, me parecieron muy acertados (no soy conocedora, pero funcionan en el contexto y no sobresalen, ni por exceso de diseño ni por confusión temporal). No sé qué tan apegada o no está a la realidad, pero no importa porque todos los elementos dan una atmósfera y un entorno congruente.

Ahora vamos a lo que no me gustó de la película, que es todo lo demás. Espero darme a entender porque me ha resultado difícil aclararlo. La parte de la estancia en San Felipe, es una buena película comercial, ligera, entretenida. Pero no importa si es Hidalgo o no. Y de hecho no hubiera estado mal que no fuera Hidalgo. Creo que ya hubiera sido suficiente con un personaje que es sacerdote, tiene hijos e ideas diferentes a las de sus superiores.

El unirla con la parte histórica que ya conocemos me suena más a justificación. Una justificación para esas razones que comentaba yo al principio.

La historia contada en flashbacks desde la cárcel de Chihuahua en donde Hidalgo pasa sus últimos días, no viene a cuento. Y mucho menos, los interrogatorios, el otro triste flashback (en donde sale Plutarco Haza por 30 segundos), y el fusilamiento.

Al final Hidalgo recuerda sus días más felices, y eso está muy bien, pero no tienen nada que ver "el grito", la independencia y todo eso. Con esta historia a mí no me queda claro que Hidalgo tomó conciencia en este periodo de su vida. Él ya era así desde antes. La desigualdad, la cerrazón eclesiástica y todo eso, no le caen de sorpresa en San Felipe. En realidad la única conclusión a la que llega ahí es que necesita un descansito de ser sacerdote.

Aunque no lo parezca, encuentro la película más positiva que negativa. El relleno me gustó bastante y podría imaginarme una especie de franquicia, a la gringa, de nuestros próceres. Imagínense otra con Morelos, o con Allende antes de encontrarse con Hidalgo en el camino. Una serie de precuelas o una de esas sagas de juventud tipo Smallville. Parece broma o sarcasmo, pero no. Honestamente, creo que algo así sería entretenido. Alteraría muchos solemnes y respetuosos corazones, eso, seguro.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Películas para el Bicentenario de México Segunda Parte

El Atentado (Jorge Fons, 2010).
Arnulfo Arroyo (José María Yazpik con un extraño tono de voz que aparece y desaparece) es un borrachín contratado por misteriosos personajes para matar a Don Porfirio. Por razones tan misteriosas como los personajes, a la mera hora le sacan el arma del saco y Arnulfo, borracho y desarmado, falla. Lo meten a la cárcel, lo interrogan, lo golpean y finalmente, lo matan.

Me cuesta un poco de trabajo explicar de qué se trata la película sin tener que contarla toda porque está llena de tramas, complots y maniobras políticas y porque hay tres personajes principales unidos por el pasado y por una mujer. Son esos tres del cartel, Daniel Giménez Cacho, el Poeta, Julio Bracho, el Jefe de la Policía, Yazpik, el Anarquista (quesque, porque ni se nota tanto, sólo porque canta una cancioncita) y La Discordia es Irene Azuela. Y bueno también porque al contármela yo misma me doy cuenta de que no hay nada que contar. Pasa mucho y no pasa nada. Los que planean el atentado resultan unos miedosos, que después del fallo ya no saben qué hacer; muy poco profesionalismo, vaya. Y luego el que hayan escogido a Arnulfo no se sabe si es por venganza, celos o qué, porque definitivamente no es por sus habilidades como asesino a sueldo. Y si es porque era un archireconocido anarquista que iba a resultar útil para desviar la atención del verdadero motivo, pues tampoco queda claro. El personaje de Giménez Cacho que pareciera al principio funcionar como el eje unificador de las diferentes historias, se queda en un espectador a medias, desinteresado y calenturiento.

La historia es tan vaga y confusa que lo lleva a uno a pensar distintas opciones que nunca ocurren. De repente parece que todos eran parte del complot; de repente cree uno que eran muy unidos (esto es culpa de los flashbacks malusados) y que algo los separó (¡la tipa, seguro que fue la tipa esa!) ; o que fueron los ideales (el poder, la injusticia, el dinero). Pero no es nada de esto, o tal vez sí. ¿Quién lo sabe? A mí no me quedó claro.

No he logrado averiguar el costo de esta película. Unos chismes dicen que es la más cara de la historia (en México, claro), otros dicen que fue la de Chicogrande. Por los patrocinadores que aparecen consentidísimos al principio de la peli, por la cantidad de extras, vestuario y producción en general, pensaría que es ésta. En general, esto no suele interesarme, pero en este caso me lo pregunto porque si tenían tanta lana ¿por qué no gastaron un poco en el guión, en el argumento?
Hay diálogos muy forzados, actuaciones acartonadas, con una que otra palabreja que a mí como que no me checa del momento (recuerdo ahorita la palabra terrorista ¿se usaba?). Las escenas del teatro de carpa medio funcionan, pero se quedan al final en calidad de gratuitas. Y como que de repente el director quiere poner toques de humor, que no quedan del todo claros, como con las reacciones del público en el momento del atentado.¿Y qué onda con el Porfirio rígido y chistoreto?

Una cosa que me divirtió fue que salen como tres cuartas partes del gremio actoral mexicano. De esos actores reconocibles de todas las pelis y las telenovelas, pero que no son tan protagónicos. Y bueno, sale María Rojo, ¡uff! por suerte como 3 segundos porque me pone nerviosa; 3 segundos en los que se las ingenia para sobreactuar, por cierto. ¡Ja! Y hay una escena medio aterradora con los ojos de la hermana de Arnulfo.

La dirección en general es bastante mala, un guión sin foco, una escenografía falsa que "tal vez" sea una cuestión estilística, pero que resulta estorbosa, actuaciones desiguales y un montonal de escenas y personajes que no se acaban de desarrollar y se convierten en paja pura (como la novia de Arnulfo, el reportero joven, y hasta la misma Discordia).

Este deber patrio me está resultando tortuoso. ¡Pero sigue El Infierno! Esa es la que más expectativas me genera.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Películas para el Bicentenario de México Primera Parte

Empezamos septiembre y los estrenos del Bicentenario por fin aparecen. No crean que me muero de ganas de verlos, tengo una curiosidad tibia, digamos. Pero de todos los festejos planeados, este es el único en el que voy a participar. Los costos de los proyectos que no van a estar a tiempo me escandalizan y no creo que el año que se ha vivido en México amerite festejo alguno y menos éste. Después de cien y doscientos años, así estamos. Si hubiera sido un año pinchón, medio grisáceo, bueh, va, vamos al Grito. Pero en este año... nel.

En fin, pues aquí comienza una serie de entradas sobre las películas planeadas para éstos días. Son el resultado del proyecto Películas Bicentenario organizado por el IMCINE.
Chicogrande (Felipe Cazals,2010)
1916. Villa está herido y escondido en la sierra de Towhi. Se ha retirado ahí después de atacar el pueblo de Columbus. Los estadounidenses entran a México para atraparlo apoyados por el ejército carrancista. Bueno, apoyados, apoyados, no realmente, más bien no les queda remedio. Son las "Expediciones Punitivas". El Mayor Butch Fenton (Daniel Martínez) es el encargado de encontrarlo y se dedica a torturar y amderentar a los pueblerinos para que le digan el paradero de Villa. Juan Manuel Bernal es el médico gringo que tiene serias dudas sobre lo que está haciendo ahí. Chicogrande (Damián Alcázar) es uno de los hombres de Villa que se quedó a su lado y que decide bajar a pueblo a buscarle un doctor. Así más o menos la historia. Algunos ayudan a los gringos, pero la mayoría tiene miedo y desconfianza. Los gringos tratan bastante mal a los mexicanos, y estos ven con desprecio a los apaches que van a ayudar a rastrear a Villa.

Grandes paisajes, escenas un poco a lo western, buenas actuaciones. Demián Alcázar está muy bien, Daniel Martínez de Buth Fenton también, en general. Juan Manuel Bernal tiene la voz doblada y eso me desesperó un poco. Pero la película en general me resultó aburrida. Es lenta. Trata de pintar una atmósfera, que se vaya conociendo a los personajes del pueblo, a los militares, distintas visiones de la revolución. Pero no está logrado. Hay escenas que sobran como esa en la que sale Lisa Owen de gringa, que me parece que es sólo para que se vea que hay una gringa perdida y cómo el Fenton no la trata igual que a los demás. Pero no va a más. Sale Bruno Bichir en un papelillo como de chivato, pero tampoco va a más. Las mejores escenas y las que más hablan de lo que pasa son con el Viejoreséndez, el doctor mexicano y el último diálogo de Chicogrande. Y hablando de Chicogrande, pues que luzca más, que se sepa más de él, de su lealtad, de su valentía. La película está a su nombre, pues.

El uso de flashbacks para ilustrar algunas de las experiencias de los personajes, está bien. Pero el director sólo usa dos. Y más bien parecen llena-minutos, en vez de ser una parte ilustrativa importante de la guerra, del poderío de Villa y de por qué la gente creía en él, o no. Y la última parte de la película es bastante dispareja. Cambia el ritmo, ocurren cosas que no parecen congruentes con los personajes, hay una escena cuasi-cursi, y otra con un caballo mega inteligente.
La música no me gustó para nada. Es como de thriller, intensa, misteriosa y saca de onda con el escenario y lo que está ocurriendo, pero no de una manera positiva.
No me pareció mala, pero tampoco me interesó. ¿Y? Piensa uno al final.
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