miércoles, 14 de septiembre de 2011

Somers Town

Tomo es un chico, bastante joven que llega a Londres con la idea de empezar una nueva vida. No se sabe por qué se fue de casa ni las circunstancias particulares de su vida ahí. Lo único que se sabe es que quiere cambiar de aires. Tomo es desenvuelto, seguro de sí mismo, parlanchín y un poco menso. Rápidamente a su llegada es asaltado por otros chicos y se queda sin dinero y sin ropa. Busca ayuda en una mujer con la que viajó en el tren, que le invita un sandwich en un café. Ahí en el café está Marek, un chico polaco que pasa el día tomando fotografías mientras espera que su padre salga del trabajo. Mariusz y Marek llegaron a Londres, como tantos otros inmigrantes, para mejorar su estilo de vida. Tampoco hay detalles de por qué dejaron a la mamá de Marek, ni sobre los problemas entre los papás del chico. Marek es tranquilo, amable, callado y está "enamorado" de la mesera del café, una francesa llamada María. Tomo ve las fotos de Marek y decide que él también está enamorado de María. A partir de ese momento los chicos no se separan. Marek mete a Tomo a escondidas a su casa, le da un poco de comer y le deja dormir. Los días pasan, los chicos vagabundean por ahí, visitan a María, la acompañan a su casa, le echan una mano a uno de los vecinos. Un día juntan un poco de dinero y compran vino y queso para invitar a María a un pic nic, y zas! cuando llegan al café María no está. Ha regresado a Francia por cuestiones familiares. Los chicos están muy decepcionados y Tomo decide que para curar el desamor se tienen que emborrachar. Marek no está muy convencido, pero acaba cediendo, así como ha ido cediendo a todas las barbaridades que se le ocurren a Tomo, y se pegan una tremenda borrachera en casa de Marek. Su padre llega por la noche y se encuentra con el departamento hecho un completo desastre. Mariusz pierde la compostura, corre a Tomo y tiene un enfrentamiento con Marek, que éste aprovecha para sacar todo lo que tiene dentro.
La vida continúa, Tomo se queda a vivir en casa del vecino y Marek y su padre arreglan sus problemas.

Me gustan mucho las películas sobre la amistad, suena ñoño, lo sé, pero omitan el ñoño y piensen esas películas en donde dos extrraños, generalmente fuera de lugar con el entorno, y muy diferentes entre sí, se hacen amigos. Suelen ser películas sencillas, poco pretenciosas y pequeñas.
Somers Town (2008, Shane Meadows) es una de ellas. Me gustó mucho, sobretodo las actuaciones. Thomas Turgoose como Tomo, es fantástico. Ya lo habia demostrado en la película anterior de Meadows, This Is England (muy recomendable). Y el resto del elenco también está muy bien.
Realmente no pasa nada, y lo que pasa no es extraodinario, pero logra que uno se meta en la historia, en los personajes, es su mundo, que no es nada rosa ni fácil. Pero desde su punto de vista, tampoco muy dramático. Está muy bien narrada y equilibrada. No es necesario conocer los pasados de nadie (claro que nuestro lado chismoso pide a gritos esa información), ni los futuros.

He visto dos películas de este director y definitivamente veré todo lo que siga haciendo. No lo compararé todavía, pero me recuerda a directores como Mike Leigh o Ken Loach.

lunes, 12 de septiembre de 2011

La Antena

En un futuro X la gente de esa ciudad perdió la voz y se comunica con letreritos de película muda (un acierto en la película). En este mundo la ciudad es controlada por un villano el Sr. Tv que controla las comunicaciones y por alguna razón, la comida de los habitantes, limitada a unas galletas con espiral de hipnosis en el centro. La Voz, es la única persona que habla y el Sr. Tv la quiere controlar para mandar una emisión a toda la ciudad y controlar a todos los habitantes (muajaja, pero ¿para qué? no me enteré). El caso es que el científico loco le dice al Sr. Tv que si existiera otra Voz que hiciera una emisión al mismo tiempo, el "control" se neutralizaría y fallarían en su macabro plan, y que él sospecha que el pequeño hijo de la Voz también habla. Y efectivamente, el pequeño Tomás, que por cierto, no tiene ojos (literalmente) habla. 
El malo tiene un hijo que es bueno (clásico) y que trata de impedir que la Voz cante, pero no lo logra y lo encierran y no vuelve a aparecer. Yo pensé que como era claramente una mujer tal vez se enamoraría del papá de Ana, pero no, éste en el transcurso de la película se reenamora de la exmujer (que es antipatiquísima).

Y éstos son los héroes de la historia, la niña Ana, su papá, el abuelo y la desagradable mamá, que se enteran de los planes del malo, rescatan a Tomás y vuelan a la antena para usar la voz de Tomás para contrarrestar los efectos de la voz de su madre. Hasta ahí se entiende más o menos, luego ya no. 
Cuando la gente escucha la Voz y se desmaya se les salen las palabras de la cabeza. Éstas viajan hasta la antena y entran a una banda de producción en masa como de carne molida en donde se rompen y se mezclan con la masa de las galletas que la gente se come (pero no entendí, porque, si ya les quitó las palabras hasta de la cabeza ¿para que se las devuelve en las galletitas?). Y cuando Tomás habla, una misteriosa niña que baila sin parar para hacer funcionar a la máquina de galletas, se transforma en una diminuta viejecita y muere (???).
Y listo, final feliz, tan tan.

La Antena (Esteban Sapir, 2007) es una película rara que si se las cuentan, seguro van a querer verla porque suena locochona y original. Y sí está lochochona y original en los primeros cinco minutos, en la sinopsis del DVD y en la narración del pobre incauto que ya  la vio (como yo, aunque aquí me esforcé para que no suene entretenida). Pero no nos hagan caso, no la vean, o veanla bajo su propio riesgo. Y es que rápidamente se hace aburrida y la historia no se sostiene por ningún lado. El diseño, el look de la película están padres, es en blanco y negro, retro, muda y con letreritos, pero nada más. Como que los creadores pensaron primero en eso que en el aspecto central que es la narración. Tiene grandes lagunas, personajes que pintaban importantes y desaparecen, personajes cuyo desenlace era importante y no lo ponen. Humor sin humor. "Crítica" sin crítica. Y al final se queda uno con muchos porqués, ¿por qué la que canta no se quita el gorro en casa?, ¿por que el hijo del malo es una actriz con una mala peluca?, ¿por qué si la antena está en un lugar lejano y abandonado, la fábrica de galletitas está al lado?, ¿por qué el niño no puede decir más frases que "Mamá, mamá ¿dónde estás mamá?"? y un para qué, por lo menos uno ¿para qué hay hombres voladores anunciando el único canal de televisión de la ciudad? Y una gran pregunta general ¿Y?

jueves, 1 de septiembre de 2011

El verano se acabó

...y estoy lista para entrar nuevamente en mi carácter de crítica FEROZ. Ahora sí, la disciplina entra en acción y más al ratito (como buena princesa procastinadora, que deja para el ratito lo que tiene que hacer hoy), continuaré con mis reseñas fílmicas. Claro, tampoco ha ayudado que he tenido una racha medio gris en mi programación cinematográfica, entre un mal tino mío y un verano árido y soso. ¡Aj! es que entre "La Antena", "Les herbes folles" y toneladas de súper héroes, que vaya, no niego que estos chicos estén reguapos y bien formados, pero como que entre guapo y guapo, necesité una peli refrescante, un tesorito fílmico para mi colección. Tal vez esté muy dramática porque si vi alguna que otra cosa interesante y una muy, pero muy impactante de la que no hablaré porque ya lo hice mucho y en vivo, que se llama "I saw the devil". Es Coreana y muy violenta. Véanla y luego me cuentan qué les pareció.
Ah y dénle de comer a los pescaditos que están al final de la página!!!
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