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jueves, 8 de noviembre de 2018

Museo

Me pasó una cosa rara al ver esta película. Todo el tiempo mantuve una conversación interna sobre lo que estaba viendo. Como en esas películas que incluyen la narración del director que va haciendo comentarios. Así me sentí. Y además, como si estuviera fuera de mí viéndome en la sala de cine, por momentos intrigada, por momentos aburrida, y contándome lo que veía, no lo que sucedía, sino cosas como "Mira, pero qué mal están las actuaciones", o "Qué curiosa manera de narrar el robo, me está gustando", o "No sé qué hacer con esta música, el contraste hiper dramático e intenso ¿me gusta o me asusta?"

Así me la pasé todo el tiempo. No me irritó verla, pero me pareció bastante mala. La historia original no, y por eso quise ver la peli. En la Nochebuena del '85 dos jóvenes robaron más de 100 piezas del Museo de Antropología y nadie supo nada hasta cuatro años más tarde en que un narco detenido entregó a uno de los ladrones, osea recuperaron las piezas de chiripa. Cliquéen aquí para leer un artículo al respecto que ilustra mejor que la película.

Hay muchas razones por las que no me gustó esta película. Gael me suele gustar y aquí no lo hace mal, pero ya no se ve tan chavo y yo creo que la edad de los ladrones en este caso es importante. Se desconoce la razón del robo. Y al ver que tenían veintipocos años, eran universitarios, sin aparentes problemas económicos, me puedo imaginar que lo hicieron por diversión, por pendejos, por ociosos. Tons, el tener a estos dos actores Gael y el otro, que no parecen jóvenes, menos el otro (Leonardo Ortizgris) que no se ayudó con el bigote, es distractor porque no convencen con la juventud, sí con la estupidez, pero no con la juventud. Además, el Wilson/Ortizgris, me pareció fatal y casi no se le entendía. Cuando narra sobretodo, suena terrible. Las actuaciones de los papás de Juan/Gael, también están fatales, y todo el conflicto familiar me sobró.

Lo que en general sí me gustó fue la música y que usaran La Noche de los Mayas en el museo fue un interesante contraste, pero una vez...no a cada rato (exagero, ya sé).

Yo esperaba una película sobre el robo, la planeación, la elección de las piezas, la práctica de cómo desarmar las vitrinas, pero cuando llegamos a la historia eso está como avanzando y no dan grandes explicaciones. ¿Cómo es que estos dos chavos, que parecían buenos para nada, se organizaron y tuvieron éxito? 

Luego llega el robo, que no me pareció mal la manera en que está resuelta la narración. 

Luego se van a buscar a un cuate con contactos, posibles compradores. Y aquí está la otra cosa que es interesante y es que esas piezas no se pueden vender. Nadie las quiere por el valor y el significado que tienen. ¡Qué chasco! Esa parte es muy buena y no la exploran más.

Luego van a Acapulco y uno ya se empieza a cansar porque así pueden seguir el resto de nuestras vidas. Hay más drama, los amigos se pelean, una peda en la playa, pérdida y recuperación de la mochila con piezas, bla, bla. Los recursos visuales que al principio, durante el robo, habían estado interesantes, se repiten y se repiten, el director suelta todos sus efectos y técnicas favoritos, un zoom laargo y lento a una palmera y luego a un piano, uff!, una persecución con la cámara toda movida, claroscuros, una extrañisima y desconcertante pelea en un bar (que más bien pareció un chiste interno de la producción).

No tengo ningún problema en que la historia no sea igual a la historia original, sino en que los puntos más atractivos y divertidos de la aventura quedaron muy por encimita. Si la intención era algo más profundo con un toquecillo social, digo porque hace mucho énfasis en que son de Satélite, o algo así, pues mejor hubiera hecho otra cosa. Todo para cerrar con el conflicto hijo-padre, en que casi le dice que quería hacer algo para que su papi se sintiera orgulloso. Bla, bla, bla.

sábado, 23 de abril de 2016

Desierto

Jonás Cuarón no es un novato en el medio, no solo porque ha crecido en el medio, sino porque ha estado involucrado en diversas facetas (como director, productor, guionista). Va empezando, pero no es un novato. Este es su segundo largometraje, y tras el éxito de Gravity y con el apoyo familiar detrás ha podido realizar una película, digamos, menos "indie", con Gael García Bernal y Jeffrey Dean Morgan como protagonistas.
Desierto es un thriller. Un grupo de inmigrantes está cruzando la frontera entre México y EUA, cuando un asesino racista y despiadado los mata. A los que escapan los persigue y se los va escabechando uno a uno con la ayuda de su perro Tracker, que aunque en la realidad fueron tres, como personaje es bastante impresionante.

Al final, no es spoiler, queda Gael (nunca me enteré del nombre del personaje, no es importante), cansado, asustado, y dispuesto a sobrevivir. La escena final entre Gael y el gringo, en la gran roca, está bastante bien.

Además de las actuaciones, que son correctas, y del hecho de que no hay discursos ni políticos ni emotivos en exceso, ni gran explicación sobre los personajes ni sus motivaciones (si, ya sé que a muchos le encantan esas cosas para poder sentirse identificados con los personajes, para mí eso depende del tipo de película, y si es una como estas, no me importa gran cosa), hay tres elementos importantes que hacen que la película funcione tan bien: el ritmo, la música y la geografía. El desierto, muy bien fotografiado, es obviamente, una parte importante en la historia y un muy interesante extra visual (y aun así, no estoy segura de si el nombre de la película es acertado. No se me ocurre uno, pero no estoy del todo conforme con ese). Pero en fin, ¡qué lugar!

Sí, es una historia muy sencilla, en donde un tipo persigue a otros y ya está, pero no para, el ritmo es muy bueno. Hay muy pocos diálogos, hay muchos obstáculos y las pausas nos sirven a todos para respirar, recuperarnos un poco y prepararnos para el siguiente asalto. La música, que estaba yo disfrutando de lo lindo, es de Woodkid (Woodkind rocks!!!), y está muy bien. Es de esas músicas que nos ponen los pelos de punta en los momentos correctos y nos dejan con la respiración contenida cuando se callan; es de esas músicas que nos llevan de la mano durante toda la película. 

Me gustó porque no es pretenciosa, ni quiere ser trascendental o profunda. Es un thriller entretenido en una situación que nos es conocida y por lo que hemos visto en documentales como Cartel Land, no del todo desatada.

lunes, 13 de mayo de 2013

The Loneliest Planet

The Loneliest Planet (Julia Loktev, 2011).
  
Están Gael García y su chica (la de la peli, no la de verdad), a la que no vale mucho la pena ponerle el nombre, de excursión por el Cáucaso. Se quieren mucho, se llevan bien con los habitantes de la zona (así como sale que se llevan todos los turistas que no conocen el lugar ni la lengua, muchas sonrisas, dinero por aquí, dinero por allá y muy poca comprensión). Contratan a un guía que los lleve de tour por las montañas.

Una, acostumbrada a esas películas de thriller y desconfianza, no se fía un pelo del guía y espera una historia con persecuciones, asesinatos y mucho mucho sufrimiento, siempre deseando que nuestros queridos protagonistas (en especial Gael, obvio), se salven. Pero no pasa nada de esto, pues ésta es lo que muchos (que no me encanta, pero encasilla muy bien) llaman una "película de arte". Y en vez de todas esas cosas súper emocionantes que me imaginé, me la pasé viendo a los personajes caminar, subir, bajar, trotar, acampar, caminar, caminar de nuevo, de cerquita, de lejos, de día soleado, de día nublado. La pareja amorosa tomada de la mano, sonriendo, ella practicando un poco de español (en realidad sólo las conjugaciones de los verbos; parecían estar atorados en esa unidad). Alguna que otra vez hablando con el guía (que era tosco pero buena onda). Uff, así llegué a la mitad. No hubiera llegado ni a los cinco minutos, pero es que leí en una reseña del imdb que Gael la regaba gacho. Así que espere NO pacientemente a que eso ocurriera. 

Y así llegué a la mitad.

El trío está reposando cuando llega otro trío, este de autóctonos, tal vez un padre y sus hijos, y agresivamente se enfrentan con el guía. No nos enteramos cuál es el problema. Pero el señor está muy cabreado y apunta su arma a los extranjeros. Y aquí viene la cagada de Gael: la pareja se asusta mucho y Gael se esconde detrás de su chica, para segundos después reconsiderarlo y ponerse enfrente, ahora sí  en plan macho protector.
El tipo los deja en paz, se ríe y amigablemente se despide. Nuestros protagonistas reemprenden la marcha, pero las cosas ya no son iguales. Siguen caminando y caminando y trotando y subiendo y bajando, pero ya no de la manita. Y ¡a la goma con las lecciones de español! 
Esta otra mitad de la película es igual de lenta, pero con la carita de Gael en plan súper triste. Y ella: puritita Ley del hielo. Está tan sentida y decepcionada, que hasta el guía le empieza a parecer guapo y varonil (segurito que él si se ponía en frente  para protegerla a la primera). Pero solo le regala unos arrumacos (bueh, y un poquitín más) porque sí que ama a Gael. 

Ya reconciliados siguen su camino y yo feliz porque sé con certeza que la película ya se va a acabar.

viernes, 8 de abril de 2011

Películas para el Bicentenario de México Quinta Parte

Un poco fuera de tiempo, pero hasta ahora pude ver esta película que también forma parte del proyecto cinematográfico del Bicentenario.
Diez cortometrajes hablan sobre el significado de la Revolución en nuestros tiempos, sobre los resultados de la Revolución, sobre el estado de México en la actualidad, el campo y la ciudad, los ricos y los pobres, ¿sirvió de algo? o no.

Me gustó el de Fernando Eimbcke "Bienvenida" y con este corto me quedo con él como uno de los directores mexicanos que más me gusta.

En segundo lugar, y más que nada porque siento que al final le pasó algo, el corto de "La Tienda de Raya" de Mariana Chenillo.

El de Gael García Bernal, me pareció fatal. No ata ni desata. El mejor personaje no es Lucio sino Omarcito y realmente no se sabe qué al caso Lucio. De hecho no se sabe qué al caso nada. Que se quede de actor y celebridad porque de director no la arma (uff, todavía recuerdo con pesar y mucha verguenza que vi su ópera prima), no como como Diego Luna cuya película "Abel", fue una sopresa positiva. Y hablando de Diego Luna, su corto aquí "Pacífico" no estuvo mal, sin embargo creo que podía haber mejorado un poco la narración. Él sí, que se quede como director, para así no verlo en la pantalla.

Me irritó tremendamente el de Carlos Reygadas, pero estoy sospechando que me va a irritar siempre.
La de "Lindo y querido" me cayó gorda por cursi. La de los reos que se escapan me enganchó al principio, pero luego me pareció que no supo qué hacer con la idea. Y a mi no me quedó claro que relación con la revolución o México o nada. La de "30/30" me gustó la manera de narrarla, tiene un poco de humor, pero faltó el cierre al punto, que el señor López Villa dijera finalmente sus palabras aunque fuera a media carretera o algo así.

En general faltó visión, sentido del humor, están muy solemnotas. Más trabajo en los cierres de los cortos. Sé que es difícil terminar un corto, pero pues aquí fallaron la mayoría.
Y en conjunto es una película aburrida, espera uno con ansia a que sea el siguiente corto, o el siguiente, o el siguiente. O que ya se acabe.
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