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sábado, 30 de diciembre de 2017

Kedi

Kedi (Ceyda Torun) es un documental sobre los gatos que viven libre y tranquilamente en las calles de Estambul.

Son parte del escenario urbano, se les ve descansando en los techos de los coches, observando gatunamente en las cornisas de los edificios, durmiendo en las bancas de los parques, en las cestas de frutas del mercado, en los baldíos o en bodegas.
No tienen dueño, pero tienen humanos favoritos a los que visitan, que los alimentan y acarician. 
La gente los conoce, les pone nombres, y los dejan ser.

Es un muy bonito documental, no porque los gatos en general sean absolutamente increíbles, sino por la convivencia de estos con la sociedad, con la gente. Se les ve sentados en una calle con mucho movimiento y no se asustan, no son perseguidos, de repente piden un cariñito y lo reciben de alguien que va pasando. En los cafés, la gente les da comida, al gatito del mercado todo el mundo lo conoce, está la gata psicópata que controla su calle, a su marido, y que se roba pescados todos los días. Hay quien se dedica a alimentar diariamente a los gatos de su zona,¡20, 30 40!  Están por todos lados y la actitud de la gente es por lo general muy positiva. No están por todos lados en plan súper creepy y de peli de horror, que reconozco que eso se les da muy bien.
Está el gato que adoptó un bistró y le dan de comer queso manchego cada que lo pide; eso sí, no le pide comida a los comensales, ni se mete al local. Y el gato que en sus rondas cotidianas incluye el departamento de una señora con gato, para comerse la comida de ese gato y bulearlo un poco, por qué no.

Y la gente los observa con detenimiento, les ponen atención y les dedican tiempo como si fueran sus dueños. No son sólo animales de la calle, una peste, un problema a eliminar. Son parte de la cultura de la sociedad. Reconocen sus beneficios, unos tan evidentes como que mantienen a las ratas a raya y otros más sutiles como que el hecho de acariciarlos, de estar en contacto por unos momentos con ellos lo puede hacer a uno muy pero muy feliz. 
Se asume con gusto la responsabilidad de echarles un ojo, de darles de comer o de llevarlos al veterinario. Uno de los tenderos dice que todos los veterinarios de la zona les fían, para casos gatunos, y que las propinas son para emergencias de ese tipo. Algunos humanos están preocupados porque al modernizarse Estambul los gatos perderán sus refugios, sus zonas de naturaleza, al cambiar la sociedad ¿los seguirán cuidando y respetando?

No es un vil video de you tube de gatitos lindos, ni una película exclusiva para amantes de los gatos, es para todos, es una lección al mundo de integración y aceptación, de agradecimiento y retribución.


sábado, 30 de abril de 2016

Racing Extinction

 Este es el tipo de películas que sin falta deberían pasar por las salas de cine. No las reglas para que a huevo se exhiban películas mexicanas. Nop. Estas películas que nos hacen pensar y tomar conciencia, que nos invitan a darle vueltas a las cosas, deberías de exhibirse sin importar la ganancia para los distribuidores y los cines (ja, ingenua yo, lo sé).

Esta película nos habla de la velocidad aterradora a la que se están extinguiendo muchas especies de animales y plantas, gracias a nuestra actividad sin freno y sin llenadera.
Es una película deprimente en muchos aspectos, pero llena de optimismo. Empieza y termina diciéndonos que todavía podemos hacer algo al respecto y que ese algo es personal. Si todos encontramos un "algo" que ayude al planeta, pues seguro que con muchos "algos", un "algo" gigante y positivo ocurrirá.

Yo empezaré por escribir sobre esta película para que la vean, y compartiré el trabajo de los fotógrafos y científicos que intervinieron. Luego pensaré en qué más hacer. No me haré vegana, ni del partido verde, ni aleccionaré al prójimo, eso no.

Louie Psihoyos, el director, sigue los pasos de conservacionistas y científicos dedicados a proteger, observar y estudiar especies en peligro de extinción, en algunos casos, especies que están, de veras, a punto de desaparecer. Hay un ingeniero de sonido que graba pájaros y que nos muestra la última grabación, el último llamado a una hembra, del último macho de esa especie. escuchamos el llamado un par de veces, entonces el científico dice "Ha muerto.Ya no hay pájaros como este en el mundo" ¡Uff! Fue muy impresionante, y triste.

Psihoyos y un par de conservacionistas incursionan en el mercado negro chino, de tráfico de aletas de tiburón y cuando este empieza a dejar de ser tan rentable, en el de manta rayas. Encuentran mercados en donde venden marfil, conchas de tortuga, changos y otros animales exóticos (o sus partes) que se venden para uso medicinal o gastronómico. Es shockeante la confesión de uno de estos "hombres de negocios" cuando dice que al bajar la demanda de aleta de tiburón empezaron a explotar la costumbre de un pueblecillo chino que consideraba que la manta raya tenía propiedades curativas.
Los conservacionistas viajan a uno de los pueblos en Indonesia en donde hay más explotación de manta raya y tratan de encontrar una manera de convencer a los lugareños de que en vez de matarlas hay que explotarlas turísticamente. No es fácil, el pueblo entero es pobrísimo y todos viven de eso. 
En fin, así de fuerte está la película. Ya que no la pasan en el cine, se puede ver en pequeñas dosis, con grandes dosis de nubecillas rosadas entremedias, son recomendables. Pero es importante verla.

Además de la película, surge un buen proyecto al final. El director decide que hay que hacer algo con el trabajo de toda la gente involucrada y hace un espectáculo audiovisual impresionante que se proyecta en el edificio de las Naciones Unidas y en el Empire State, en NY. El resultado es conmovedor e impactante. Sería increíble que este proyecto viajara por todo el mundo con especies locales y globales, sobre los edificios más emblemáticos de la Tierra. Sería un "algo" grande y positivo.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Wolf Children

No soy una experta en anime. Lo que no me pierdo son las películas de Miyazaki. Un día descubrí con sorpresa al director Mamoru Hosoda con Summer Wars y The Girl Who Leapt Through Time. La primera me gustó más que la segunda, pero las dos se me quedaron muy presentes por las historias. 

Esta nueva película The Wolf Children Ame and Yuki es aun mejor en cuanto a la narración y el desarrollo de los personajes. La historia es conmovedora, el retrato de familia, la vida cotidiana y rural están muy bien logrados,  y Hana, la mamá, con su amor incondicional hacia sus hijos y su determinación, es la onda.

Hana es una estudiante que se enamora de un misterioso chico, que resulta ser un hombre lobo. Tienen dos hijos, Yuki y Ame, y luego el hombre lobo, pácatelas, que se nos muere.
Ahora Hana tiene que criar a dos pequeños niños lobo y no tiene la menor idea de cómo. No sabe cómo controlarlos, cómo tratarlos, cómo alimentarlos. La vida en la ciudad de vuelve complicada y decide llevárselos al campo.
Vemos cómo van creciendo los niños hasta su adolescencia, con sus diferentes personalidades, adaptándose a los diferentes entornos. Yuki, la niña, es abierta, traviesa, caprichosa y hace amigos fácilmente; Ame es tímido, miedoson, callado, y la vida en sociedad de plano no le funciona. Cuando niños Yuki acepta bien su condición lobuna y Ame no tanto; cuando crecen la situación se revierte. Al final y  en gran parte gracias a Hana, los dos hermanos encuentran su balance y la manera en que quieren vivir su vida.
Los niños están muy bien perfilados, con personalidades muy bien definidas. Y son muy convincentes conforme van creciendo y buscando su identidad.

Está película funciona muy bien porque independientemente del lado fantástico de la historia, las bases son universales y conocidas para todos en algún punto de la historia, ya sea en el hecho de criar hijos y la necesidad de protegerlos, en el ser adolescente y sentirse uno fuera de lugar, en la búsqueda de nuestro camino. Además, maneja todo tipo de emociones, nos reímos, nos sorprendemos, y, a menos que seamos unos fríos y duros de corazón, se nos pone el ojo remi en varias ocasiones.

Ahora que se acerca el fin de año y todo mundo hace listas de lo mejor y lo peor de todo, esta película estará en mi lista de películas favoritas del año.

martes, 23 de abril de 2013

Focus Forward Films

Estoy muy entusiasmada con esto que me encontré, no recuerdo cómo. Focus Forward (Short Films/ Big Ideas) es un proyecto de GE, un concurso de cortometrajes documentales sobre tecnología, inventos, y grandes ideas para mejorar nuestras vidas, curar enfermedades, reparar un poco al planeta.

Científicos, investigadores, pensadores, gente común y corriente de todas partes del mundo con una inquietud, con un problema a resolver. Sus historias son narradas por documentalistas reconocidos, de esos que ve uno nominados en los Oscares cada año, Morgan Spurlock el más famoso, está también Gary Hustwit (de cuya trilogía escribiré pronto), Alex Gibney y muchos más (es más difícil aprenderse los nombres de los documentalistas, pero estoy en ello).

Más de 30 cortos de no más de tres minutos de duración. Historias para ver de a poquitos para que duren más, porque son inspiradoras, emotivas, preocupantes, admirables (un poco la sensación de nudo en la garganta cuando uno ve las Olimpiadas), impresionantes y sobre todo muy, pero muy interesantes.

Recomiendo para empezar el de Slingshot, Fire with Fire, el de Displair, el del señor toilet, el del Mushroom Man porque las imágenes de hongos están muy chulas (y obvio, el proyecto es interesantísimo); hay proyectos sociales como el de la brasileira y los grafittis, hay proyectos para que los más desfavorecidos tengan internet, proyectos para alimentar niños, para detectar el cáncer de páncreas, para desarrollar cascos para bici seguros e invisibles.

Y lo mejor de todo es que son sólo probadas de las ideas, y esto le lleva a uno a querer saber más, a querer leer, conocer e investigar más, y esto quién sabe a qué otros lugares apasionantes nos pueda llevar.

miércoles, 30 de enero de 2013

Melancholia

Melancholia (Lars Von Trier, 2011). Dos hermanas en el fin del mundo. Justine es una melancólica sin remedio, que no se adapta a su mundo, trata de casarse, sonríe en su boda, se esfuerza por querer a su marido, pero no puede. Claire es de esas personas que saben lo que quieren, que controlan su entorno, y cuando es más que inminente la llegada y el choque del planeta Melancolía con la Tierra, se siente perdida. Justine en cambio, mantiene la calma y de alguna manera disfruta la situación, no tiene nada que perder; Claire tiene un hijo, así que lo tiene todo que perder. 

melancolía.
(Del lat. melancholĭa, y este del gr. μελαγχολα, bilis negra).

1. f. Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.

Esta definición es tan precisa para la película, pero tan precisa, que pareciera que Lars Von Trier la leyó primero y de ahí generó su historia. Y creo que lo sosegado es una parte importante en la película. Es una película pausada, no lenta porque eso es peyorativo. Es pausada, se toma su tiempo para esperar el fin del mundo. Y así como las hermanas ven cómo se acerca el planeta, nosotros las acompañamos, con calma, con tiempo para observar y apreciar la fotografía, los colores, las actuaciones, la profundidad de los personajes, el cuidado de la manufactura, las locaciones, la música.

Es una película triste, sí, pero no es un dramón, ni es oscura y deprimente.
No resulta fácil explicar porque me gustó y la disfruté, así contada seguro que nadie querría ir a verla. A pesar de que sabemos que todos mueren, que unos están tristes y no pueden manejar la situación, a pesar de que tal vez nos asuste que Justine ni se inmute, es una película bonita, y como dice Von Trier, hasta con final feliz.

Tendré algo de melancólica, tal vez (no mucho eh, sólo lo suficiente), pero yo como que me identifiqué más con Justine que con su hermana.

sábado, 19 de enero de 2013

Monsieur Lazhar

Una maestra de primaria se suicida en su salón de clases.

Los siguientes días son de desconcierto para todos, algunos niños lo toman bien, otros están tan impresionados que no duermen; los maestros no saben bien cómo manejar la situación, una psicóloga va a hablar con los niños, la directora recibe quejas, porqués, exigencias de todo mundo. Y entre todo eso, aparece Bashir Lazhar que leyó la noticia en el periódico y decide presentarse con su currículo, pues hay ahora una plaza disponible. Aparentemente, todo está en regla, sus papeles migratorios, su permiso de trabajo, etc., y se queda como maestro de esa clase.

No le es fácil al principio, su método de enseñanza es más bien clásico y estricto y los niños no han olvidado a su querida maestra. Sin embargo con el paso de los días, maestro y alumnos se van adaptando. Lazhar está dispuesto a aprender y se da cuenta las cosas han cambiado desde que él iba a la escuela y que la manera de enseñar en Canadá es muy distinta a la de Argelia. Dar zapes a los niños o tocarlos de alguna manera, aunque sea un honesto abrazo, es muy incorrecto. Los verbos no se llaman de la misma manera que antes, los niños dicen lo que piensan, y hacer dictado de autores clásicos es algo muy mal visto.

El ciclo escolar avanza, los alumnos de Lazhar salen adelante con buenos resultados y sin embargo, él siente que las cosas no están del todo bien. A él le parece que los niños necesitan hablar de lo que pasó con su maestra, pero la directora le dice que no, que esa es la labor de la psicóloga, la única especializada. Nadie lo sabe, pero Bashir Lazhar entiende a los niños, entre otras cosas porque su familia entera murió en un incendio en Argelia. Su esposa estaba amenazada por haber escrito un libro crítico al gobierno y justo antes de su partida rumbo a Canadá murió con sus hijos. Lazhar, que se había ido antes para conseguir casa, ahora está luchando por su derecho a ser refugiado político en el nuevo país y tiene que demostrar que efectivamente, su vida corre peligro en su país natal.

Un día, en una presentación de clase, Alice escribe un ensayo sobre sus sentimientos en relación a la muerte de la maestra, y el maestro aprovecha para que los demás niños hablen al respecto. Simón, que es el que las está pasando más duras, está cada vez más enojado y descontrolado. Alice lo culpa porque al parecer días antes de la muerte la acusó de haberlo besado. Los maestros no le dieron importancia alguna porque conocían las circunstancias tanto de ese hecho, como de la vida familiar del niño. Pero Simón se culpa, y finalmente un día explota en clase y dice que es su culpa que si él no hubiera dicho eso ella no habría muerto. Pero Bashir le dice que eso no es así, que no es su culpa.

Bashir es reconocido como refugiado y parece que las cosas estarán bien en adelante, pero algunos padres de familia se han enterado de su situación y presionan a la directora para que lo despida y a ella no le queda más remedio. Él le pide  terminar el día para despedirse correctamente, y en el último periodo les cuenta una fábula que escribió en donde les habla  sobre la pérdida y de que hay que seguir adelante.

Me gustó mucho Monsieur Lazhar (Philippe Falardeau, 2011). Es una historia muy sencilla de esas de película chiquita sin grandes pretensiones y muy buenos resultados, que trata temas duros, pero no en plan dramón tele novelero. Las actuaciones están muy bien. Mohamed Fellag, el que la hace de Lazhar, tiene un acercamiento al personaje muy sutil y humano. No es notorio, pero me parece una actuación muy cuidadosa, de esas que se mueven sólo lo necesario para que la historia vaya avanzando. Las escenas de clase con los niños, son buenas, y hacia el final hay un par realmente conmovedoras. 

La iba a clasificar en la subserie de “Al maestro con cariño”, pero decidí que no, que es más que eso. En esa subserie los maestros son unos héroes muy obvios que viven su vida de maestros-héroes por siempre, y Lazhar es más bien una presencia necesaria en el momento necesario para que ese grupo de niños pueda salir adelante emocionalmente. No sabremos más de él, ni de si siguió siendo maestro, y no importa.

lunes, 23 de julio de 2012

Gasland

Josh Fox, el director de este documental, vive en el campo, en Pennsylvania, en la casa que construyeron sus padres. Una casa junto a un río, rodeada de árboles y alejada de la civilización. Un día recibe una carta de una compañía de gas que le ofrece una buena cantidad de dinero por la renta de sus tierras para extraer el gas. No está convencido en aceptar, es más está bastante inquieto por la situación así que decide ponerse a investigar sobre las consecuencias de ese tipo de extracción de gas. La fractura hidráulica o fracking es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. Está de moda últimamente en Estados Unidos, debido al incremento de  precio de otros combustibles. Pero hay mucha controversia alrededor de este método porque es altamente contaminante y utiliza unas cantidades obscenas de agua (se necesitan aproximadamente 3,500,000 galones de agua son necesarios para explotar un pozo) entre otras cosas.

Josh emprende un viaje para visitar otros lugares de Estados Unidos en donde ya se ha practicado el fracking. Las imágenes son inquietantes, las situaciones preocupantes y alarmantes. Las gaseras se instalan muy cerca de las casas, utilizan gran cantidad de químicos para el proceso, químicos que se quedan en el subsuelo y contaminan los pozos y las tierras. Las comunidades en donde se han establecido las gaseras han sufrido las consecuencias del fracking en su salud, la salud de sus animales y de sus tierras. Familias que sufren de migrañas y otras enfermedades. Familias en donde a sus animales han perdido el pelo. Lugares en donde el agua de la llave se "incendia" si le prenden fuego. La gente ya no puede consumir agua de sus pozos porque ya no es potable y ahora tienen que ir al super a comprarla. Se han quejado, pero las gaseras les dicen que sus científicos no han encontrado ningún tipo de contaminantes en el agua. Y han solicitado ayuda a sus autoridades, pero no han sido escuchados. Es aterrador escuchar sus historias, personas cuyos sentidos del gusto y del olfato se han debilitado a tal punto de no  poder reconocer más que lo dulce y lo salado, personas con problemas en las articulaciones, problemas neurológicos, uf y a ver qué más aparece en el futuro porque un buen porcentaje de los fluidos utilizados no son biodegradables y son además peligrosos para el ser humano.

Josh viaja por todo el país coleccionando muestras de agua, coleccionando historias y tratando de comunicarse con las autoridades responsables para obtener algún tipo de declaración.

Y es que la parte más irritante de la situación es que esta premisividad es una cuestión de intereses económicos y políticos. Es una ley que se superpone a otra, es un grupo poderoso que se impone a los conservacionistas, es la gente que está sufriendo las consecuencias en todo el país y no es escuchada y es saber que en el resto del mundo también se considera la posibilidad del fracking aún siendo este discutible.

La página de la película tiene información detallada sobre la técnica, los químicos utilizados, las cantidades de agua ocupadas y demás. http://www.gaslandthemovie.com/

Esta es una película triste y dramática que se DEBE ver.

miércoles, 11 de julio de 2012

The Best Exotic Marigold Hotel

Un grupo de jubilados ingleses decide mudarse, por distintas razones, a un exótico y lujoso hotel en la lndia. Cuando llegan ahí, se dan cuenta de que la publicidad que vieron en internet sobre el hotel no tiene mucho que ver con la realidad. El  Best Exotic Marigold Hotel está en ruinas, ellos son los únicos huéspedes y las comodidades no son las esperadas. Sin embargo, con el paso de los días le van encontrando encanto al hotel, a la ciudad, a las ajenas costumbres, los empleados y hasta se encariñan con el joven administrador que está en lucha constante con su familia, los inversionistas y la novia. 

Esta es la perfecta pequeña peliculita inglesa: The Best Exotic Marigold Hotel for the Elderly & Beautiful (John Madden, 2011) Una historia sencilla, un buen guión, buen humor y diálogos entretenidos, y sobretodo excelentes actuaciones. Con Judi Dench y Maggie Smith, uno ya puede esperar cosas buenas, y si se suman Bill Nighy y Tom Wilkinson... Pero además de la crema y nata inglesa, destaca Dev Patel (Slumdog Millionaire) como el hiperactivo y súper entusiasta dueño/administrador del lugar.

Me gustan mucho este tipo de películas. Me estoy acordando de la de Las Chicas del Calendario, la de la señora que cultivaba marihuana en su jardín (no recuerdo el nombre, pero algo así como el Jardín de la Alegría), o la de unos viejitos que ganan la lotería. Son películas sin pretensiones, con historias bien narradas, están bien hechas y que siempre dejan un buen sabor de boca.

viernes, 20 de enero de 2012

SOPA y sus hermanos



He estado pensando estos días sobre esta SOPA, la ley DÖRING y todas las demás. Es un tema muy polémico, no me queda duda. Tiene un montón de implicaciones, negativas, la gran mayoría.
Para efectos de este blog, y de mi felicidad, porque este blog es parte de las cosas que me hacen feliz, lo que me conflictúa verdaderamente es que lugares como Megaupload se cierren (no era mi favorito para nada, me chocaba tener que esperar las descargas). Entiendo bien el asunto de los derechos de autor y de que todos esos artistas y creadores no están disfrutando de las ganancias de todas estas descargas (aunque estoy segura que a los legisladores, los autores y creadores les tienen sin cuidado). Pero ahí les va el caso particular y muy dramático de esta Pelimaniática.

Yo voy mucho al cine, segurito una vez a la semana. Tengo un montón de pelis en dvd (originalitas), obvio que con lo caros que son, no tengo los éxitos del momento, pero esos ya me los eché en la pantalla grande y con todo y palomitas. Y a lo largo de mi vida he rentado tantas pelis que los videoclubs pronto se choteaban. También bajo muchas pelis, pero muchas, pelis que no se encuentran en ningún lado y que sólo otro entusiasta cinéfilo decide subir y compartir. Así me he encontrado cosas maravillosas, autores fantásticos (y no todo es "cine de autor", no me vayan a echar caca), pequeños tesoros, películas que no hubiera visto de ninguna otra manera, ni siquiera en las muestras de cine, porque no todo llega. Claro, también he visto tantas porquerías como las que luego tocan en el cine, no lo negaré. 

Cuando salen los ganadores de un festival de cine ¿cuántas probabilidades hay de que todas esas pelis lleguen a Queretarín pin pin, o siquiera a México? ¿Cuántas de esas llegarán al Mix Up para que las pueda yo comprar (y miren que voy con listas y no las encuentro, ni eso ni la música, que es la misma idea que las pelis). La "interné" me ha abierto las puertas de un mundo maravilloso en donde todos los pelimaniáticos compartimos con entusiasmo nuestros descubrimientos. Y estoy segura que los creadores de "Estómago" prefieren que su película sea vista por muchos a que se quede por ahí malviviendo de festival en festival.

Lo que a mi más me gusta de "estumbelear" en la red es la posibilidad de encontrar cosas nuevas, y ajenas que me abran (aun más) los ojos, que se integren en mi mundo, que mejoren mis ideas, que me enseñen cosas. Esto también es lo mejor de encontrar películas extrañas, de distribución reducida, de bajo presupuesto, de lugares exóticos, con idiomas y gente rara, con paisajes espectaculares e inquietantes, con ritmos lentos (y aburridos, puede ser), películas de acción europeas tan buenas como las hollywoodenses, de terror asiático o español, animaciones distintas a las de siempre, o tan indies que ni Sundance las quiere mostrar.

¿Qué hago si ya se estrenaron en el mundo las siguientes partes de la trilogía de Millenium (la sueca) y aquí nomás no se ve para cuando y ni creo que lleguen porque les interesa más poner la versión gringa, que seguro jalará más gente? Ni madres que me quede sin verlas. ¿Quién me garantiza que la nueva película de Mike Leigh llegará, aunque sea a la muestra de la Cineteca, bueno Mike Leigh tal vez sí..., pero qué tal la de Attack the Block, sobre una invasión alienígena en Inglaterra? Aquí vimos The Lake House, ¿pero cuáles fueron los chances de ver la original coreana, que es muy pero muy superior?
Me encanta Hitchcock y estoy orgullosa de decir que tengo toda la colección. La gran mayoría la tengo en dvd, pero si no encuentro todas en la tienda, ¡ni modo que me quede con las ganas!

La distribución del cine se mueve por caminos que cada vez más se alejan de mis intereses, pero me encanta la idea de ir al cine. Pareciera que no, pero sí que soy muy tolerante, a veces lo de menos es la peli, lo de más el momento con los movie-partners. Pero de alguna manera hay que compensar por "Jack and Jill", por "Twilight", hasta por M:I 4 (tan mala casi toda ella), por las invasiones extraterrestres sin imaginación y con malas actuaciones (la de Skyline, la de LA, la de Moscú y los foquitos). Tintin, por ejemplo, segurito en el cine y en dvd para la colección.

Nunca me he comprado una peli del tianguis ni he lucrado con mis descargas, pero entiendo a los que compran pelis piratas (y por cierto, me cagan los anuncios del cine al respecto); la mayor parte de esas personas no tienen opción de gastar en cine con toda la familia para verlas y si no hubiera pelis piratas, seguro que no irían a la tienda a comprarlas. Simplemente no verían películas. Pero esa es una historia para otra madrugada...

Son altas horas de la noche, ¿será que mi insomnio está relacionado con la angustiosa idea de que mi época dorada de cinefila frecuente está llegando a su fin? Triste...



 


martes, 14 de julio de 2009

The Guitar

¿Qué hace uno si el doctor dice que nos quedan dos meses de vida? ¿Llorar, viajar, decirle adiós hasta a las florecitas, hacer las paces con nuestros seres queridos? O cumplir algún sueño. Dos meses son muy poquitos para tanto qué hacer.

Yo no me despedía. Y viajar requiere un poco más de tiempo y dedicación. Me gusta la idea de cumplir un sueño. Como en esa película con Jack Nicholson y Morgan Freeman con la lista de deseos para antes de morir.

Pues en esta película que acabo de ver, The Guitar (Amy Redford, 2008), el personaje principal siempre ha querido una guitarra. Desde que era chiquita y la veía en el escaparate de una tienda. Y es este objeto el que de alguna manera le permite transformar su vida.

Melody Wilder tiene una mala pata que hay que ver. Primero, el doc le dice que tiene cáncer y le quedan dos meses de vida, luego la corren de su trabajo (un trabajillo pinchón, así que ahí no hay mucho drama), y para colmo, el novio la corta. Hasta aquí han pasado como diez minutos de la peli y ya parece una comedia negra o un especial del Hallmark Channel. Hasta aquí aparecen dudas en mi ánimo peliculero, pero pienso "¡No! No puede ser una peli del Hallmark Channel". Y sigo viéndola. Y ¡zas! que tengo razón.

No, tampoco es una comedia. Pero tiene un buen tono. Y hasta podría decir que es una pequeña película independiente hecha con ganas y con cuidado.

Después de la avalancha de malas noticias, Melody Wilder decide rentar un amplio y atractivo loft neoyorquino para vivir ahí sus últimos días. Y vaya vida. Sin salir de ahí usa sus tarjetas de crédito para comprar todo lo que siempre ha querido, muebles de diseñador, ropas exóticas, comida gourmet, y una guitarra eléctrica... con todo y amplificadores.

Toma lecciones de guitarra en la tele, se hace de un par de amantes, y empieza a vivir.

Amy Redford (Sí, es hija de Robert Redford) logra una de esas películas de "sigue los sueños y triunfarás", que a pesar del final, que parece el final feliz de un niño o un extraño toque de humor (?), se salva de la cursilidad y la ñoñería.

Hay que destacar la actuación de Saffron Burrows como Melody porque es ella la que mantiene el equilibrio y la sensatez de la historia.

Y bueno, como idea para vivir los dos últimos meses de vida, no me pareció nada mala.
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