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viernes, 30 de enero de 2015

What we do in the shadows

Esta es una película tronchante. Está llena de golpazos de humor. Perfectamente balanceada, con los adecuados salpicazos de sangre y horror sobrenatural. 

Es un homenaje bienintencionado al género vampírico en formato falso documental. 
Un grupo de reporteros sigue la vida de cuatro vampiros que viven juntos en una casa en Nueva Zelanda. Nos muestran como es su vida cotidiana, un poco sobre sus orígenes, su edad, sus aficiones y sus técnicas para hacerse de víctimas. Nos muestran lo difícil que es entrar en los antros, los conflictos que tienen con la comunidad de hombres lobo. 
Su vida es bastante estable, son discretos, no se meten en problemas, sin embargo, las cosas se alteran un poco cuando uno de ellos convierte a una de las víctimas en vampiro. Ahora tienen que lidiar con Nick, el novato, que está feliz de ser vampiro y no tiene empacho en contarle al mundo entero. Esto acarrea consecuencias inesperadas que incluyen la amistad con un humano, la muerte de uno de ellos y un tenso enfrentamiento en el esperado baile anual de la comunidad sobrenatural.

Todos los elementos del género se encuentran aquí, no se escapa ningún estereotipo. Uno de ellos es un nosferatu, otro es seductor, todos son de alguna región transilvaniesca (pero de diferentes épocas), les afecta la plata, las estacas, no se reflejan en los espejos, etc. Pero cada uno de estos elementos está incluido de manera brillante.

Está escrita, dirigida y actuada por los creadores de "The flight of the Concords", Jemaine Clement y Taika Waititi. Ha ganado numerosos premios de la  audiencia en distintos festivales, entre los que destaca el de Sitges 2014. Dadas mis últimas experiencias con películas premiadas por jurados, creo que me quedo con las premiadas por la audiencia. Este es un ejemplo, y no es que la de I Origins me haya disgustado, pero es que esta es tan, pero tan divertida y ganosa.
Es súper indie y de bajo presupuesto y están juntando para mostrarla a un público más global, si se la encuentran por ahí (no en el cine eh, que es muy poco probable, a menos que sea en un festival), bájenla, réntenla o lo que quieran, pero véanla.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Wolf Children

No soy una experta en anime. Lo que no me pierdo son las películas de Miyazaki. Un día descubrí con sorpresa al director Mamoru Hosoda con Summer Wars y The Girl Who Leapt Through Time. La primera me gustó más que la segunda, pero las dos se me quedaron muy presentes por las historias. 

Esta nueva película The Wolf Children Ame and Yuki es aun mejor en cuanto a la narración y el desarrollo de los personajes. La historia es conmovedora, el retrato de familia, la vida cotidiana y rural están muy bien logrados,  y Hana, la mamá, con su amor incondicional hacia sus hijos y su determinación, es la onda.

Hana es una estudiante que se enamora de un misterioso chico, que resulta ser un hombre lobo. Tienen dos hijos, Yuki y Ame, y luego el hombre lobo, pácatelas, que se nos muere.
Ahora Hana tiene que criar a dos pequeños niños lobo y no tiene la menor idea de cómo. No sabe cómo controlarlos, cómo tratarlos, cómo alimentarlos. La vida en la ciudad de vuelve complicada y decide llevárselos al campo.
Vemos cómo van creciendo los niños hasta su adolescencia, con sus diferentes personalidades, adaptándose a los diferentes entornos. Yuki, la niña, es abierta, traviesa, caprichosa y hace amigos fácilmente; Ame es tímido, miedoson, callado, y la vida en sociedad de plano no le funciona. Cuando niños Yuki acepta bien su condición lobuna y Ame no tanto; cuando crecen la situación se revierte. Al final y  en gran parte gracias a Hana, los dos hermanos encuentran su balance y la manera en que quieren vivir su vida.
Los niños están muy bien perfilados, con personalidades muy bien definidas. Y son muy convincentes conforme van creciendo y buscando su identidad.

Está película funciona muy bien porque independientemente del lado fantástico de la historia, las bases son universales y conocidas para todos en algún punto de la historia, ya sea en el hecho de criar hijos y la necesidad de protegerlos, en el ser adolescente y sentirse uno fuera de lugar, en la búsqueda de nuestro camino. Además, maneja todo tipo de emociones, nos reímos, nos sorprendemos, y, a menos que seamos unos fríos y duros de corazón, se nos pone el ojo remi en varias ocasiones.

Ahora que se acerca el fin de año y todo mundo hace listas de lo mejor y lo peor de todo, esta película estará en mi lista de películas favoritas del año.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Amanecer parte 2

Y ahí estaba yo, sentada en la butaca del cine con mis palomitas y un par de “explicadores” bien dispuestos a sacarme de dudas y a llenarme de información útil de los libros y las películas anteriores, para una mejor comprensión de lo que íbamos a ver: Breaking Dawn Pt 2 (Bill Condon, 2012). 


Y ahí está Bella, la envidiada Bella, ahora con sus ojitos rojos porque su Edward la ha convertido en vampira. Y es que, según me informaron, en la primera parte, zas, que se embaraza de Edward y la sobrenaturalidad del feto pone en peligro su vida. Al marido no le queda más que convertirla y ahora espera con alegría casi humana a que su renovada mujer se recupere para iniciar su vida de Forever Juntos. Bella, que resulta ser una vampira madura, contenida y “vegan” como su familia de adopción, luego lueguito prefiere comerse un puma a un sudoroso humano. Eso no lo logra cualquiera, vamos, vampiros con muchos años de antigüedad tienen problemas de autocontrol. Pero Bella, nuestra heroína, no, y además es más fuerte que el más fuerte del clan, la vampirez incluye box, artes marciales y una fiera mirada. Esto apenas empieza y considero su lugar en el salón de las heroínas de acción, al lado de Milla Jovovich y Kate Beckinsale. ¡Oh por Dios, qué me está pasando!

Pero divago, regresando a la historia, nos encontramos que el bebé resultante, que por cierto, tiene el muy desafortunado nombre de Renesmé (pa’ mí un síntoma más de la mala calidad de la escritura), tiene latidos, crece súper rápido y tiene un poder vampírico. Los Cullen, posaditos como son, colocados en parejitas, en las mismas posiciones, en la sala, en el bosque, frente al piano, ven la nueva adición a la familia con sonrisas de bondad y de sitcom con final feliz (si yo fuese vampira y presenciase un fenómeno como ese, estaría pulsada, interesadísima, maravillada…pero claro, probablemente no sería una Cullen); hasta que una chismosienta prima ve a la niña volar y los acusa con los Volturi. 
La niña se convierte entonces, en un problema, pues los Volturi tienen la errada idea de que ha sido creada a la manera clásica, con una mordidita, y eso está muy pero que muy prohibido. Aro, que es muy guerroso, utiliza la existencia de Renesmé como excusa para ir a escabecharse a los Cullen (esto me lo explicaron, así que no se si viene del libro o de las otras películas) y luego agregar a su clan a Alice, que es la que predice el futuro, y de esas no tiene. Los Cullen, que son muy buenos, no quieren ir a la guerra, y deciden juntar a sus cuates como testigos de que la niña tiene su corazoncito. Y viajan por todo el mundo recolectando una amplia variedad de vampiros. Los hay muy interesantes, como el que hace Lee Pace (mi favorito), los hay con acento muy marcado como los transilvanos (del que espero prontamente un spin off, pero no de la Meyer, que de ella preferiría que no viniera nada nunca más), los hay muy forzados, como las del Amazonas en taparrabos pero con el pelo lacio, eso sí; y hay gitanos, irlandeses, egipcios, rusos, todos conviviendo en el frío bosque, contando historias de guerra y presumiendo sus súper poderes tipo X-Men(¡son vampiros! No necesitan agregados extras y únicos como esos súper poderes. Los  vampiros clásicos son la onda, son seductores, fuertes, rápidos, inmortales y sus colmillos, la mejor de sus armas. No necesitan dar toques, mover las aguas, crear alucinaciones, ¡es irritante!) Los hombres lobo también se les unen porque ahora son grandes cuates y en unos añines van a ser familia porque el guapo Jacob tiene una cosa que hace que ahora esté enamorado y destinado a Renesmé. 

Esta parte de la historia me parece muy cuestionable. En primera que la autora no se atreva a dejar a Jacob solo y le inventa la “imprimación” o como se llame y que ahora por esa cosa se crea ligado sin otra posibilidad a Renesmé, y luego que la niña no tenga más opción que el lobo (que digo, sí que está buenazo, pero qué poca que no pueda decidir). La niña esa, que ya de por sí es rara, tiene de baby sitter al hombre lobo que será su pareja por el resto de la eternidad. WTF. 

Llega el día de la pelea. Buenos y malos se reúnen en un campo nevado. Obvio, muchos malos y pocos buenos y como cinco lobos. Y aunque Aro acepta que la niña no es ilegal, con un poco claro y desapasionado discurso, muy lejano al de Gerard Butler a los espartanos, decide que hay batalla. Pero en eso llega Alice con su parejita y sus propios testigos que demuestran que la niña no será un peligro para la comunidad vampírica. Aro le toma la mano y ve lo que ella ha visto. 
Y se desata la Gran Batalla Final. Cabezas desatornilladas, brazos mordidos, poco a poco empiezan a morir los personajes principales buenos y malos, vemos caer al patriarca Cullen, al güerucho insoportable, esperamos con expectación a que los transilvanos se venguen en nombre de Drácula, vemos morir con cierto placer a Dakota Fanning, cuyo superpoder de dolor da ñañaras, el suelo se agrieta en plan terremoto con lava a veinte metros de profundidad, se muere la mamá Cullen que es bastante sosa, caen los lobos principales, muere Aro, y cuando estábamos a punto de cantar victoria, ¡pácatelas! Que todo era un sueño, la visión de futuro de Alice, y Aro, temeroso y cobarde, retira a su clan y en realidad no hay batalla, y como final de Disney, todos son felices para siempre, nadie muere, nadie pierde, nadie sufre. Qué falta de valor. Nada que ver con la batalla final de Harry Potter, qué dolor ver morir a tan queridos personajes (bueno, error mío andar haciendo comparaciones incomparables, no seguiré por ahí).

Sangre, muerte, escabechina, violencia, mordidas, seducción, pasión, manipulación, venganza, estacas, ajo, la oscuridad de la noche, el conflicto de la inmortalidad, del asesinato, de beber sangre humana, todo esto NO es Twilight. El género vampírico se retuerce de vergüenza cada vez que le achacan esta historia a su acervo. Bueno, es que es de vampiros enamorados, dicen muchos. Y el género romántico estalla en lágrimas de rechazo, porque ¿romántica? no leí los libros, pero en las películas con semejante dizque actriz, no me queda claro cómo esto pueda causar algún tipo de suspiro. ¿Qué vampiro de más de cien años de experiencia se va a enamorar de una emo deprimente y sin personalidad? ¿Cómo sentir atracción por un vampiro que con esa experiencia de vida parece no haber aprendido nada y prefiere ir a la secun? El único suspiro que entiendo, es el cachondo hacia el lobito. Pero entonces, los hombres lobos del mundo, enormes y peludos se ríen burlones de este lampiño lobucho al que pueden partirle la crisma en un segundo.

No es fácil separar la historia del libro y la película. La historia es mala, la película también. Hay graves problemas de dirección, de diálogo, y sospecho que de edición de escenas en cuanto a qué poner y qué quitar del libro. El inicio es lento, parecen postales, como regalándoles a los fans imágenes finales y muy románticas de sus personajes. La historia no da el largo de la duración y tiene mucha paja. La batalla final deja mucho que desear. El destornillamiento de cabezas es hilarante. Imagino con placer la versión tarantinesca… 

Por más ñoña que sea la historia es increíble que no haya más sangre y que no se saquen los colmillos a todo pasto. No hay sentido del humor (ni involuntario, más que lo de las cabezas), son los vampiros más solemnes y menos sufridos… son los vampiros con menos convicción de la historia.

Salgo del cine, aliviada al pensar que esta saga ha terminado por fin y esperanzada de que sea rápidamente olvidada. Desgraciadamente ha dejado una modilla vampírica sosa y adolescentil, mucho mucho dinero a los realizadores y una “actriz” unicara conocida por todos que, sospecho, seguirá apareciendo en pantallas.

martes, 8 de marzo de 2011

Ginger Snaps, la Trilogía

Acabo de terminar de ver esta trilogía. No recuerdo qué me llevó a querer verlas. Definitivamente no fueron los carteles, que son horrendos. No sabía tampoco sobre qué trataban y sólo recuerdo vagamente un entusiasmado comentario en la web; eso generalmente es razón suficiente para despertar mi curiosidad.

En fin, el caso es que Feroz I (así le pusieron en México) (John Fawcett, 2000), me gustó mucho. Es extraña y divertida. Bastante divertida.

Ginger y Brigitte son unas hermanas adolescentes darketonas e inadaptadas que han prometido suicidarse cuando Brigitte cumpla los 16. Ginger, que ya tiene 16 acompañará a su hermana porque no tiene nada mejor que hacer. Tienen como hobby fotografiar escenas de sus muertes. A sus compañeros de escuela les generan rechazo y curiosidad y se han percatado que debajo de esas sudaderas Ginger está potencialmente buenona. Brigitte no, es hosca y camina encorvada, ah pero sabe cómo contestar cuando la provocan. Obviamente las compañeras no las toleran y se ven constantemente metidas en líos y broncas. Pero por más aterradora que sea la secundaria, el terror en esta peli tiene mas bien que ver con hombres lobo. A Ginger la muerde uno y ¡zácatelas! que se desata. Y se destapa (literalmente). Brigitte lo más que puede hacer es tratar de controlarla y encontrar una cura. Pero Ginger es como el monstruo de Tazmania y cuesta seguirle el ritmo. Y los lazos fraternos que las unían fuertemente empeizan a debilitarse.
La película mezcla de manera exitosa la llegada de la pubertad de Ginger y sus transformaciones de mujer lobo. Pero esta película no se sostendría sin el humor negro que tiene. Me gustan las películas de terror que no se tientan el corazón y eliminan a los personajes más queridos o a los que sería una incorrección matar.

Llena de entusiasmo ante tan fresca y novedosa propuesta, me puse a ver las siguientes partes. Desgraciadamente no se le comparan. No están fatales, pero nada que ver. Sobretodo porque perdieron el sentido del humor.

En la segunda parte, Ginger Snaps: Unleashed (Brett Sullivan, 2004), la historia es sobre Brigitte tratando de curarse. Y prácticamente no sale Ginger, mas que como amiga imaginaria (ups, spoiler de la primera, bueh, no le hace, Ginger se muere, pero de todos modos vale la pena ver la película).
Brigitte es ingresada a una clínica de rehabilitación de donde lucha por escapar porque teme convertirse y matar a todas las compañeras. En su escapatoria se le pega una creepy, muy pero que muy creepy niña que rápidamente toma el control de la situación...

No se si fue el cambio de director, la presión para superar el éxito anterior, la clásica cosa de que segundas partes no son buenas, pero sí, pasé la mayor parte de la peli esperando a que empezara la peli, esa con humor, horrendas transformaciones, una escabechina total, que mis expectativas exigían. Y no, osea que de unleashed, nada. La ausencia de Ginger se notó mucho y la presencia de Fantasma no compensó.

La tercera, Ginger Snaps back: The Beginning (Grant Harvey, 2004), es más ambiciosa que las anteriores y trata de darle un toque más real, una especie de explicación sobre el mito del hombre lobo, del Wendigo, en la cultura nativa americana.

Ahora Ginger y Brigitte se encuentran en pleno siglo 19, perdidas en el bosque, al parecer porque el barco en el que viajaban con sus padres se hundió (aunque no queda claro si esto es una mentira de Ginger o qué, y si es una mentira, nunca se aclara qué hacen ahí en medio de la nada). En el camino se topan con una anciana que les dice cosas oscuras y misteriosas relacionadas con una leyenda de unas hermanas, una roja y una negra (ah, no lo he dicho, pero no está de más, Ginger es pelirroja). Las hermanas continúan su camino y un rastreador se las encuentra y las lleva al fuerte de colonos de una compañia comercial. No son bienvenidas, pero les acaban dando cobijo. El ambiente ahí es de lo más siniestro. Y todos los personajes están al borde de la locura. Me daría más miedo estar con esos tipos que con Ginger de mujer-lobo. La tensión tiene que ver con que algo ocurre en el bosque, Más tarde se enterarán las hermanas de la existencia de hombres lobo, que para mayor drama eran conocidos y familiares de los hombres del fuerte.
Y todo se repite nuevamente, a Ginger la muerde un lobo, un hombrecito lobo, para ser más exactos. Brigitte trata de que no la descubran. Ginger empieza a perder el control. Y bueno, lo demás ya se lo imaginarán. Aquí por lo menos da más gusto la matanza porque la mayoría de los personajes son desagradables.
A diferencia de la primera película, las hermanas no pelean ni se separan, no son rivales y no hay discusiones sobre posibles envidias (tal vez porque en el siglo 19 los jóvenes no eran adolescentes como en estos tiempos). Y la tensión de la relación se centra en cómo se cumplirá la leyenda de la que hablaba la anciana. ¿Quién va a matar a quién?
Lo mejor es el mero final. Después de tres películas se empieza uno a preguntar sobre cuál sería la solución más lógica para no separar a las hermanas, y el final nos la da.

En mi top 10 de pelis de hombres lobo, sí que incluyo Feroz I (me da risa ese título). No es que sea una especialista, pero me parece que aporta nuevas cosas al género. Las otras, totalmente prescindibles.
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