martes, 18 de febrero de 2014

M

Vi esa película porque es un clásico, porque está en todas las listas top ten, porque todos los que hablan de ella la recomiendan. 
Cada vez que veo una película así de antigua, la veo con ojos distintos, como cuando uno tiene que lidiar con alguien muy viejito que no sabes de qué va, si te entiende, si te escucha, si está atento a este mundo o perdido por ahí y tienes que tener paciencia y mucho ommm para decifrarlo y lograr algún tipo de comunicación. Osea que hay que ser un poco condescendiente.

Con las películas, pues hay que entender que las hicieron hace mucho y con muchas menos herramientas... pobrecillas. Hay que entender que se actuaba diferente, que se iluminaba diferente, que la cámara no se podía mover tanto como ahora y que el ritmo era una cosa totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados.
Entonces, cuando me encuentro con una película, que a pesar de todo eso, no se le siente la edad, ni hay que ser condescendiente, y además está buena y emocionante, me sorprendo y me maravillo. Y al mismo tiempo me averguenzo un poco, pues es como decir "Mira para estar tan vieja no está nada mal".

M de Fritz Lang, está buenísima. La historia es interesante, Peter Lorre inquietante, como siempre, pero lo que más me gustó fue la narración, la manera en que está contada. Está llena de suspenso, acción y mucho sentido del humor. 

En una ciudad alemana están desapareciendo niños y la policía no encuentra al asesino. El círculo criminal de la ciudad se empieza a inquietar pues las constantes redadas están afectando sus negocios, así que deciden buscar ellos también al asesino.
La historia va contando los avances de uno y otro grupo de investigación. Mas o menos avanzan a la par. Mientras la policía hace uso de sus técnicas de deducción, los criminales hacen uso de la calle y utilizan al grupo de mendigos para que vigile. Estas escenas, por cierto, son muy buenas, muy ilustrativas y hasta, supongo que para esos tiempos, muy ingeniosas: El jefe de la policía narrándole a su superior todos los métodos y pistas que han encontrado y cómo han ido ampliando el círculo geográfico de la investigación. La escena con el "sindicato de pordioseros" ilustrando sus diversas actividades está muy chistosa.

Mientras todos estos tipos buscan al asesino, nosotros sabemos quién es y lo vemos en varios intentos fallidos de secuestro. El asesino (Peter Lorre), es un tipo bonachón, respetable, que escribe notas al periódico para provocar a la policía, que en el fondo quiere ser atrapado, pues esta cosa de matar niños es algo que no puede controlar. No es que uno sienta simpatía con él, pero al mismo tiempo, no es malo tan obviamente malo (tal vez eso, además de sus ojos saltones, lo haga tan inquietante), y claro que uno desdea que lo atrapen, pero la película está tan bien construida que cuando le pisan los talones, uno desea un poco que logre escapar...un poco nada más porque es malo creepy.

Un día, un vendedor ciego de globos, reconoce la tonada que el asesino siempre tararea cuando le echa el ojo a un niño. Y recuerda cuando el tipo va con la pequeña Elsie (al principio de la película) y le compra un globo para ella. El vendedor llama a la pandilla, y lo empiezan a seguir. Un chico ingenioso le pone una M en la espalda del saco y así todos saben quién es. El asesino finalmente se da cuenta y huye. Se esconde en un edificio de oficinas. Los mendigos llaman a los jefes criminales y en una escena fabulosa, llegan todos en banda dispuestos a buscar hasta en el carbón del sótano para dar con él.

Lo atrapan y lo llevan a una fábrica abandonada en donde lo someten a juicio. El asesino les dice que es un impulso y que no puede controlarse y que por lo tanto no es responsable de sus actos. La multitud decide ahorcarlo ahí mismo, a pesar de que él pide ser entregado a la policía.

La policía, que ha llegado al edificio porque ha sonado la alarma, se encuentra con un edificio vacío, las puertas de las oficinas forzadas, nada robado, y el misterio de que han sacado a alguien de ahí. Gracias a la confesión de un ladrón olvidado en el edificio, la policía llega justo a tiempo y arresta al asesino.

La película termina durante el juicio del asesino, cuando una de las madres de los niños asesinados dice que nada de esto va a devolverle a su niño.

La disfruté mucho. No se cómo deje pasar tanto tiempo para verla.

lunes, 17 de febrero de 2014

The Iceman

The Iceman (Ariel Vromen, 2012) está basada en el caso real de un asesino a sueldo llamado Richard Kuklinski, que mantiene dos vidas paralelas, la profesional y criminal, y la de dedicado y amoroso hombre de familia.
Hasta su arresto en 1986, después de haber asesinado alrededor de cien personas, su familia no tenía la menor idea acerca de su carrera profesional.

Acertadamente caracterizado por Michael Shannon (pobre, pero este tipo de personajes le quedan como anillo al dedo), Kuklinski es un personaje frío y aterrador que sólo muestra sentimientos y amor por su mujer y sus dos hijas. A lo largo de la película nos damos cuenta de que está súper cucú y le viene de familia.

Su mujer, por cierto, es una fatal Winona Ryder, que al principio de la película, en el '64, intenta actuar como ingenua jovencita, pero sólo le sale algo así como una tipa muy tontis con problemas motrices. Y luego cuando ya se supone que está en la edad correcta de señora de casa, le sale algo así como una tipa muy tontis con problemas motrices. Otra mala idea del mismo tipo, es poner a las hijas de como 16 años a que actúen como de 10, en vez de usar dos pares de niñas en las edades adecuadas.

Kuklinski se dedica a editar películas porno. Un día llega su jefe, el mafioso Roy Demeo (Ray Liotta, uno de esos casos curiosos de actores que hacen su carrera haciendo un único personaje) que le ve potencial de asesino y lo cambia de puesto.
Kuklinski es eficiente en su chamba y mantiene bien a su familia. Sin embargo, un día comente un errorcito: no mata a una jovencita que ve cómo éste mata a James Franco (sepa como se llamaba su personaje y no importa puesto que sólo sale como medio minuto chillando...me pregunto ¿para qué perdió su tiempo en este papel?). Y es que Kuklinski tiene sus reglas y no mata mujeres. Ray Liotta se encabrona, obviamente. Ya de por sí tiene muchos líos con sus superiores y sus inferiores, en especial con David Schwimmer, que además de estar súper mega ew! es medio imbécil (nuevamente me pregunto qué hace aquí, por que si esperaba relanzar su carrera con esto o generar prestigio...). Todo se complica pues para matar a James Franco, Liotta manda también a Chris Evans (¡Capitán America despide a tu manager y contrátame a mí! prometo nunca ponerte en este tipo de aprietos artísticos), mejor conocido como Mr. Freezy, un tipo que mata, descuartiza y congela a sus víctimas (de hecho de ahí sale el apodo de Iceman, lo que es confuso porque el de la idea de congelar es de este tipo y no de Kuklinski). Como castigo Kuklinski es "suspendido" y no puede hacer ninguna chamba hasta nuevo aviso. Mientras tanto Mr.Freezy se escabecha a la chica testigo, y Liotta a Schwimmer, esperando así mejorar su relación con los capos más capos. Pero Kuklinski necesita la chamba, así que convence a Freezy para asociarse y juntos emprenden un nuevo, secreto y lucrativo negocio.  Hasta que les llega el contrato para eliminar a hombre de confianza de Liotta.

La verdad, en este momento, bueno desde algo antes, ya no me importaba qué le pasaba a nadie. Lo único que notaba era cómo se le iba de las manos la película al director. Una cosa es que esté basado en un caso real y otra que la historia esté tan mal contada. Y pareciera que el director no se pudo zafar del caso real. La historia sobre un asesino a sueldo que es además respetable padre de familia está interesante y Michael Shannon da el gatazo. Pero hasta ahí.

Termino de contar pues supongo que se están muriendo de curiosidad. Kuklinski mata a Mr. Freezy para eliminar testigos y lo arrestan después de hacer un trato para conseguir cianuro para eliminar a Liotta. Fatal escena, por cierto, en donde Michael Shannon grita de coraje ante el sufrido llanto de su amada esposa que no entiende lo que está pasando. Al final lo vemos viejo y barbudo en la cárcel diciéndonos que no se arrepiente más que de haber lastimado a su familia. Bu bu bu, súper conmovedora escena; perdí la apuesta de que le salía una lagrimita de máxima emoción.
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