Mostrando entradas con la etiqueta Studio Ghibli. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Studio Ghibli. Mostrar todas las entradas

lunes, 31 de agosto de 2015

El cuento de la princesa Kaguya

La mayoría, cuando pensamos en el Studio Ghibli, pensamos en Hayao Miyazaki. Seguro que porque son sus pelis las que más nos atraen, las más divertidas y aventurescas. Las que tienen más magia y humor. Pero Miyazaki tiene un colega, el cofundador del estudio, que se llama Isao Takahata, que también tiene grandes películas, sólo que estas son más emotivas, más dramáticas. ¡Además estuvo cercanamente involucrado en la serie de "Heidi" y en la de "Marco, de los Apeninos a los Andes"! ¡Más nostalgia no cabe!
Y dentro del Studio Ghibli es el autor de una película muy emotiva que pone el ojo Remi y más, la de "La Tumba de las luciérnagas". También dirigió la de los Yamada, la de la "Guerra de los Mapaches" ("Pom Poko" suena mejor) y su más famosa "Only Yesterday", una pleícula más para un público adulto.

Esta de la Princesa Kaguya está basada en un cuento popular japonés que se llama "La historia del cortador de bambú". Se trata de un cortador de bambú (je) que se encuentra una pequeña niña dentro de un bambú. intuye que es un princesa enviada por los dioses y decide criarla como suya junto con su esposa. La niña crece de volada y se adapta rápidamente al entorno, hace amigos y es feliz. Un buen día el cortador encuentra dentro de un bambú monedas de oro (o granos de oro) y tiempo después encuentra telas preciosas de colores. Estos encuentros le hacen pensar que los dioses le están diciendo que tiene que educar a su hija como parte de la nobleza y cambia la vida de toda la familia para lograr ese propósito. Entonces, la historia ya no está padre, está triste. La princesa tiene que aguantar a los pretendientes que le manda su padre, tiene que aguantar la educación de noble que le impone y además tiene que aceptar su realidad en cuanto descubre sus orígenes divinos.

La animación es diferente a la que solemos ver en este tipo de películas, es un poco más "artística" (no se me ocurre describirla de otra manera, es más acuarelosa, menos colorida, hecha como a pinceladas) y tiene en especial una escena muy bien lograda visualmente, que es su huida al campo. Es en blanco y negro, hecha como en carbón o en lápiz, se notan los trazos y el único color es la ropa de la princesa. Es uno de los puntos dramáticos de la historia y la solución visual es un completo acierto. 

El final es algo triste, pero la película es bonita. Nos malacostumbran las pelis de caricaturas en que todo termina bien.

martes, 24 de septiembre de 2013

Mi Vecino Totoro

Ver Mi Vecino Totoro (Hayao Miyazaki, 1988) en el cine, fue de entrada una gran experiencia, no porque se haya visto más espectacular o porque la animación haya resaltado más, sino por la extraña oportunidad y por el público que asistió. El ambiente fue acogedor, festivo, con un toque de misterio porque nos sabíamos parte de un grupo especial de entusiastas admiradores. Éramos niños, otakus, no tan otakus, estudiantes de japonés, seguidores del estudio Ghibli o ávidos devoradores de todo tipo de anime. Llenos de expectación, a pesar de haber visto la película varias veces, en cuanto se apagan las luces, nos preparamos para revivir una de las mejores historias del mundo de Hayao Miyazaki.

Mi Vecino Totoro es la historia de unas hermanas, Mei y Satsuki que se mudan con su papá a una casa rural cercana al hospital en donde está su mamá. Entre la limpieza y la exploración de la casa, la vida cotidiana, la escuela y demás, las niñas entran en contacto con los espíritus del bosque que está al lado de la casa. Uno de ellos se llama Totoro es un bicho enorme y pachón que duerme en el corazón del bosque, que más que bosque es un árbol gigantesco. Totoro y sus secuaces, unos totoritos de otros colores, hacen migas con las niñas y las invitan a su mundo, las llevan a la copa del árbol, les presentan al fantástico neko no busu-el gato camión, las cuidan y juegan con ellas.

Dentro de todas las películas de Miyazaki, que me gustan mucho, ésta es mi favorita porque es la más tierna. Me gusta muchísimo el retrato de la vida cotidiana, las imágenes del campo con los campesinos en los arrozales, las escenas familiares en el o-furo (el baño japonés), las comidas, los juegos de las hermanas. Me impresiona lo bien que están retratadas las niñas (si fueran actrices le daría un Oscar a la chiquita Mei), los movimientos, sus personalidades, sus conductas. Y luego están la magia, las leyendas del bosque, los carboncitos que se esconden en la casa, el gato-camión con faroles de rata y su interior de peluche; los gestos de humor, la música, el Totoro (¡quiero un Totoro de peluche! Uh, o una alfombra/puff). 

Recuerdo todo esto y empiezo a suspirar como lo hicieron la mayoría de las niñas que estaban en el cine; yo no porque eran tantos los ¡aw! los ¡ay! los ¡wow! y etc, que me empezó a dar risa.

Existe un pequeño cortito sobre una aventura de Mei y un gatitoautobus/konekobusu que se exhibe en el museo Ghibli y los puedes ver chafamente en el reyanime.com. Se ve mal, pero vale la pena porque es fantástico.

miércoles, 27 de marzo de 2013

From Up on Poppy Hill / La Colina de las Amapolas

Dirigida por Goro Miyazaki, Kokuriko-zaka kara, es la última producción del Studio Ghibli.

Umi es una chica que vive en la casa de huéspedes que administra su abuela. Su mamá es doctora y estudia en Estados Unidos y su papá que era de la marina, desapareció en la guerra de Corea. Ella lo extraña mucho y espera que un día aparezca. Por esto sube en el asta banderas de signos con mensajes para su papá. 
Además de encargarse de la casa de huéspedes y de sus hermanos, Umi va a la prepa.
Su vida es muy cotidiana y tranquila hasta que un día conoce a Shun. Shun es uno de los líderes que pelea por salvar el viejo edificio que aloja los diferentes clubs estudiantiles del colegio.
Obvio Umi y Shun se gustan. Shun es adoptado porque su papá también muere en la guerra de Corea. Entre plática y plática Shun descubre que él y Umi comparten papá. Después del desconcierto Umi le saca la verdad a Shun y deciden ser amigos. En el ínterin y un poco sin querer, Umi se pone a la cabeza de los líderes estudiantiles y junto con Shun, va a buscar al jefazo picudo responsable de las decisiones y lo convence de no demoler el edificio. 
El final es muy feliz porque Umi y Shun no son hermanos. Sus padres eran compañeros y hubo una confusión de información.

Como podrán notar, no es una muy interesante historia. La película es visualmente muy bonita, en eso está a la altura del prestigio. Los colores, las luces, el realismo, los detalles, tan cuidados como siempre. Me gusta la delicadeza y finura de las imágenes. Me gustó mucho cómo está retratada la vida cotidiana.

La música también está muy bien, sobre todo la canción inicial del desayuno, aunque seguro que me gustó más a mí porque la acabo de ver en mi clase de japo. 

Pero la historia no cuaja, le falta punch. Es como blanda y gris. Y no hay unión entre la historia de los estudiantes y la de los novios. No aburre del todo porque uno espera algo más, pero cuando la película acaba y no ocurre nada más se queda uno con un sentido de "beh".

Definitivamente las mejores películas de Ghibli pertenecen a Hayao Miyazaki. Me preocupa mucho que no tenga una mejor escuela porque ya está viejito, y su hijo no más no capta la onda. En ésta al menos la animación es congruente, porque en su película anterior, la adaptación de Terramar, la animación era irregular y a la historia le dio en la torre.

El próximo año vienen dos de Hayao, la segunda parte de Porco Rosso (¡yay!) y otra que se llama The Wind Rises. Espero que estén buenas.
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.