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jueves, 28 de septiembre de 2017

Eat Locals

Exceptuando Crepúsculo (bueno, acepto que vi varias de la saga, pero no con curiosidad), no me pierdo las películas de vampiros. Y de entre las grandes producciones, los vampiros clásicos, los modernos, los deprimidos y los glamorosos, aparecen de repente joyitas como la de What we do in the Shadows

Esta de Eat Locals (Jason Flemyng 2017) tenía buena pinta en la sinopsis. Además, inglesa con humor inglés e indie, con vampiros en crisis porque el mundo moderno ya no les permite vivir con la discreción y la solvencia de antes. Estos vampiros son los overlords de Inglaterra. Cada cierto tiempo se reunen para organizar y reorganizar sus territorios. En esta ocasión se han reunido para llenar una vacante, sin embargo el candidato no está interesado en ser vampiro. Y en esas están cuando un grupo de militares, guiados por un sacerdote metiche y sin vida propia, interviene para tratar de escabechárselos.

Y bueno, acaban todos contra todos. Pero uno no le va a ningún bando. Los vampis son bastante incompetentes y se dejan atrapar y matar muy rápidamente. Los militares deciden no hacer caso al sacerdote y quedarse a los vampis para ellos y hacer negocio con una empresa de maquillaje que, suponemos, los exprimirá para sacarles sus secretos de inmortalidad. Al final, en una mal chiste, lo confirmamos con un anuncio de la empresa que vende unas cremitas rejuvenecedoras.

La película está bastante mal ejecutada. No hay ni comedia ni horror, eso sí mucha sangre y escabechina. Hay muchos personajes y ninguno es interesante. Los diálogos no son suficientemente ingeniosos. Y luego hay situaciones extrañas a las que no les sacan jugo, como que los dueños de la granja en donde se han alojado los vampiros, tienen un refri lleno de partes humanas.

Lo único positivo que puedo decir es que se ve que todos se divirtieron y le echaron ganitas. Eso se agradece porque facilita la digestión de la peli. ¿Y el título? Pues es uno bueno al que no le sacaron jugo tampoco, porque no se trata de nada relacionado.

viernes, 30 de enero de 2015

What we do in the shadows

Esta es una película tronchante. Está llena de golpazos de humor. Perfectamente balanceada, con los adecuados salpicazos de sangre y horror sobrenatural. 

Es un homenaje bienintencionado al género vampírico en formato falso documental. 
Un grupo de reporteros sigue la vida de cuatro vampiros que viven juntos en una casa en Nueva Zelanda. Nos muestran como es su vida cotidiana, un poco sobre sus orígenes, su edad, sus aficiones y sus técnicas para hacerse de víctimas. Nos muestran lo difícil que es entrar en los antros, los conflictos que tienen con la comunidad de hombres lobo. 
Su vida es bastante estable, son discretos, no se meten en problemas, sin embargo, las cosas se alteran un poco cuando uno de ellos convierte a una de las víctimas en vampiro. Ahora tienen que lidiar con Nick, el novato, que está feliz de ser vampiro y no tiene empacho en contarle al mundo entero. Esto acarrea consecuencias inesperadas que incluyen la amistad con un humano, la muerte de uno de ellos y un tenso enfrentamiento en el esperado baile anual de la comunidad sobrenatural.

Todos los elementos del género se encuentran aquí, no se escapa ningún estereotipo. Uno de ellos es un nosferatu, otro es seductor, todos son de alguna región transilvaniesca (pero de diferentes épocas), les afecta la plata, las estacas, no se reflejan en los espejos, etc. Pero cada uno de estos elementos está incluido de manera brillante.

Está escrita, dirigida y actuada por los creadores de "The flight of the Concords", Jemaine Clement y Taika Waititi. Ha ganado numerosos premios de la  audiencia en distintos festivales, entre los que destaca el de Sitges 2014. Dadas mis últimas experiencias con películas premiadas por jurados, creo que me quedo con las premiadas por la audiencia. Este es un ejemplo, y no es que la de I Origins me haya disgustado, pero es que esta es tan, pero tan divertida y ganosa.
Es súper indie y de bajo presupuesto y están juntando para mostrarla a un público más global, si se la encuentran por ahí (no en el cine eh, que es muy poco probable, a menos que sea en un festival), bájenla, réntenla o lo que quieran, pero véanla.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Amanecer parte 2

Y ahí estaba yo, sentada en la butaca del cine con mis palomitas y un par de “explicadores” bien dispuestos a sacarme de dudas y a llenarme de información útil de los libros y las películas anteriores, para una mejor comprensión de lo que íbamos a ver: Breaking Dawn Pt 2 (Bill Condon, 2012). 


Y ahí está Bella, la envidiada Bella, ahora con sus ojitos rojos porque su Edward la ha convertido en vampira. Y es que, según me informaron, en la primera parte, zas, que se embaraza de Edward y la sobrenaturalidad del feto pone en peligro su vida. Al marido no le queda más que convertirla y ahora espera con alegría casi humana a que su renovada mujer se recupere para iniciar su vida de Forever Juntos. Bella, que resulta ser una vampira madura, contenida y “vegan” como su familia de adopción, luego lueguito prefiere comerse un puma a un sudoroso humano. Eso no lo logra cualquiera, vamos, vampiros con muchos años de antigüedad tienen problemas de autocontrol. Pero Bella, nuestra heroína, no, y además es más fuerte que el más fuerte del clan, la vampirez incluye box, artes marciales y una fiera mirada. Esto apenas empieza y considero su lugar en el salón de las heroínas de acción, al lado de Milla Jovovich y Kate Beckinsale. ¡Oh por Dios, qué me está pasando!

Pero divago, regresando a la historia, nos encontramos que el bebé resultante, que por cierto, tiene el muy desafortunado nombre de Renesmé (pa’ mí un síntoma más de la mala calidad de la escritura), tiene latidos, crece súper rápido y tiene un poder vampírico. Los Cullen, posaditos como son, colocados en parejitas, en las mismas posiciones, en la sala, en el bosque, frente al piano, ven la nueva adición a la familia con sonrisas de bondad y de sitcom con final feliz (si yo fuese vampira y presenciase un fenómeno como ese, estaría pulsada, interesadísima, maravillada…pero claro, probablemente no sería una Cullen); hasta que una chismosienta prima ve a la niña volar y los acusa con los Volturi. 
La niña se convierte entonces, en un problema, pues los Volturi tienen la errada idea de que ha sido creada a la manera clásica, con una mordidita, y eso está muy pero que muy prohibido. Aro, que es muy guerroso, utiliza la existencia de Renesmé como excusa para ir a escabecharse a los Cullen (esto me lo explicaron, así que no se si viene del libro o de las otras películas) y luego agregar a su clan a Alice, que es la que predice el futuro, y de esas no tiene. Los Cullen, que son muy buenos, no quieren ir a la guerra, y deciden juntar a sus cuates como testigos de que la niña tiene su corazoncito. Y viajan por todo el mundo recolectando una amplia variedad de vampiros. Los hay muy interesantes, como el que hace Lee Pace (mi favorito), los hay con acento muy marcado como los transilvanos (del que espero prontamente un spin off, pero no de la Meyer, que de ella preferiría que no viniera nada nunca más), los hay muy forzados, como las del Amazonas en taparrabos pero con el pelo lacio, eso sí; y hay gitanos, irlandeses, egipcios, rusos, todos conviviendo en el frío bosque, contando historias de guerra y presumiendo sus súper poderes tipo X-Men(¡son vampiros! No necesitan agregados extras y únicos como esos súper poderes. Los  vampiros clásicos son la onda, son seductores, fuertes, rápidos, inmortales y sus colmillos, la mejor de sus armas. No necesitan dar toques, mover las aguas, crear alucinaciones, ¡es irritante!) Los hombres lobo también se les unen porque ahora son grandes cuates y en unos añines van a ser familia porque el guapo Jacob tiene una cosa que hace que ahora esté enamorado y destinado a Renesmé. 

Esta parte de la historia me parece muy cuestionable. En primera que la autora no se atreva a dejar a Jacob solo y le inventa la “imprimación” o como se llame y que ahora por esa cosa se crea ligado sin otra posibilidad a Renesmé, y luego que la niña no tenga más opción que el lobo (que digo, sí que está buenazo, pero qué poca que no pueda decidir). La niña esa, que ya de por sí es rara, tiene de baby sitter al hombre lobo que será su pareja por el resto de la eternidad. WTF. 

Llega el día de la pelea. Buenos y malos se reúnen en un campo nevado. Obvio, muchos malos y pocos buenos y como cinco lobos. Y aunque Aro acepta que la niña no es ilegal, con un poco claro y desapasionado discurso, muy lejano al de Gerard Butler a los espartanos, decide que hay batalla. Pero en eso llega Alice con su parejita y sus propios testigos que demuestran que la niña no será un peligro para la comunidad vampírica. Aro le toma la mano y ve lo que ella ha visto. 
Y se desata la Gran Batalla Final. Cabezas desatornilladas, brazos mordidos, poco a poco empiezan a morir los personajes principales buenos y malos, vemos caer al patriarca Cullen, al güerucho insoportable, esperamos con expectación a que los transilvanos se venguen en nombre de Drácula, vemos morir con cierto placer a Dakota Fanning, cuyo superpoder de dolor da ñañaras, el suelo se agrieta en plan terremoto con lava a veinte metros de profundidad, se muere la mamá Cullen que es bastante sosa, caen los lobos principales, muere Aro, y cuando estábamos a punto de cantar victoria, ¡pácatelas! Que todo era un sueño, la visión de futuro de Alice, y Aro, temeroso y cobarde, retira a su clan y en realidad no hay batalla, y como final de Disney, todos son felices para siempre, nadie muere, nadie pierde, nadie sufre. Qué falta de valor. Nada que ver con la batalla final de Harry Potter, qué dolor ver morir a tan queridos personajes (bueno, error mío andar haciendo comparaciones incomparables, no seguiré por ahí).

Sangre, muerte, escabechina, violencia, mordidas, seducción, pasión, manipulación, venganza, estacas, ajo, la oscuridad de la noche, el conflicto de la inmortalidad, del asesinato, de beber sangre humana, todo esto NO es Twilight. El género vampírico se retuerce de vergüenza cada vez que le achacan esta historia a su acervo. Bueno, es que es de vampiros enamorados, dicen muchos. Y el género romántico estalla en lágrimas de rechazo, porque ¿romántica? no leí los libros, pero en las películas con semejante dizque actriz, no me queda claro cómo esto pueda causar algún tipo de suspiro. ¿Qué vampiro de más de cien años de experiencia se va a enamorar de una emo deprimente y sin personalidad? ¿Cómo sentir atracción por un vampiro que con esa experiencia de vida parece no haber aprendido nada y prefiere ir a la secun? El único suspiro que entiendo, es el cachondo hacia el lobito. Pero entonces, los hombres lobos del mundo, enormes y peludos se ríen burlones de este lampiño lobucho al que pueden partirle la crisma en un segundo.

No es fácil separar la historia del libro y la película. La historia es mala, la película también. Hay graves problemas de dirección, de diálogo, y sospecho que de edición de escenas en cuanto a qué poner y qué quitar del libro. El inicio es lento, parecen postales, como regalándoles a los fans imágenes finales y muy románticas de sus personajes. La historia no da el largo de la duración y tiene mucha paja. La batalla final deja mucho que desear. El destornillamiento de cabezas es hilarante. Imagino con placer la versión tarantinesca… 

Por más ñoña que sea la historia es increíble que no haya más sangre y que no se saquen los colmillos a todo pasto. No hay sentido del humor (ni involuntario, más que lo de las cabezas), son los vampiros más solemnes y menos sufridos… son los vampiros con menos convicción de la historia.

Salgo del cine, aliviada al pensar que esta saga ha terminado por fin y esperanzada de que sea rápidamente olvidada. Desgraciadamente ha dejado una modilla vampírica sosa y adolescentil, mucho mucho dinero a los realizadores y una “actriz” unicara conocida por todos que, sospecho, seguirá apareciendo en pantallas.

jueves, 19 de julio de 2012

Sombras Tenebrosas


En esta última película de Tim Burton, Johnny Depp es el vampiro Barnabas Collis que es accidentalmente liberado después de pasar como doscientos años encerrado en un ataúd. Son los años 70's y Barnabas regresa a su casona familiar. Sus descendientes, la casona y la empresa de tantos años están en decadencia. Barnabas promete regresar la gloria y la fortuna a su familia. Pero las cosas se complican porque la bruja que lo encerró, Angelique Bouchard (Eva Green) se ha hecho poderosa en estos años y ahora controla todo el pueblo, y sigue obsesionada con él. Barnabas tiene además que adaptarse a los nuevos tiempos, a su familia y a la idea de ser vampiro que nunca le ha gustado.

Cada vez que sale una nueva película de Burton me emociono. Espero con muchas expectativas la nueva historia, los escenarios, la presencia de Johhny Depp y claro, también la de Helena Bonham Carter. Pero debo decir que Dark Shadows no está lograda, se siente floja. Me la pasé bien, no digo que no. Todos los elementos están ahí, los escenarios, los personajes, el sentido del humor, las situaciones, el reparto promete, pero no termina de cuajar. La sensación al salir del cine es de decepción.

Ninguno de los personajes está suficientemente desarrollado, podría haber habido más escenas de Barnabas tratando de entender este mundo, le podía haber sacado más jugo a la familia, la Chlöe Grace Moretz, me parece muy buena actriz y aquí la desaprovecha totalmente (hacerla she-wolf fue gratuito), la Pfeiffer y Jonny Lee Miller están desperdiciados; y Helena Bonham Carter parece que está ahí de forma obligatoria. El que sí me gustó fue el mayordomo Willie Loomis (Jackie Earle Haley).

Me parecía más interesante una historia alrededor de la familia Collins que alrededor de la bruja Angelique que acaparó la película, pero no en buen plan.
Se me antojaba más que al final todos eligieran ser vampiros y se divirtieran, o algo así. Sí, creo que la película hubiera estado mejor sin la bruja. Tampoco me convenció la gran historia de amor entre el vampiro y la maestra y eso probablemente tiene que ver con la actriz que estaba muy fría y poco expresiva. ¡Es Johnny Depp, jo!

No me gustó la escena sexosa ni la escena de la pelea final. Son muy largas y repetitivas.
Tampoco me gustó todo el asunto con la muerte de la psicóloga, que nosotros sabemos que no está muerta, pero ellos no lo saben y sólo nos la pasamos esperando a ver a qué hora emerge mega enojada.Y nada, lo dejan en continuará, como ilusamente esperando que les firmen para una segunda parte.

No se si Burton se está llenando de cosas que hacer, entre producciones y demás, o si la industria lo ha amansado un poco, pero aquí se quedó corto. Esperemos que a Frankenweenie no le pase lo mismo.

sábado, 9 de julio de 2011

Priest

Esta historia está localizada en un mundo como el Lejano Oeste, pero futurista. Una humanidad que trata de sobrevivir después de una gran guerra contra vampiros. La mayor parte de la gente se ha encerrado en ciudades amuralladas controladas por la Iglesia. En la introducción (de la que hablaré más adelante) nos explican que durante la guerra con los vampiros surgieron unos soldados maravillosos, con mucha Fe que se escabecharon de manera muy efectiva a los vampiros y a los supervivientes los metieron en reservaciones para contenerlos. Estos soldados son los "Priests". Con la llegada de la calma, la Iglesia decide que los priests son muy peligrosos y los jubilan y los rebajan a trabajos muy menores en las redes de las ciudades.
Nuestro héroe, el Priest con mayúsculas, vive en silencio en una de estas oscuras ciudades, cuando se entera de que su sobrina ha sido secuestrada por vampiros. El sheriff del pueblo en donde ella vivía con sus papás le pide ayuda, pero la Iglesia se niega a devolverle su rango porque quesque ya no hay vampiros y el hecho de dejarlo ir a investigar podría dar ideas a la gente. Pero como buen héroe, los ignora, y se escapa. Junto con el sheriff empieza un trabajo detectivesco al que más adelante se les unirá una antigua camarada "priest". Y sí, los vampiros se están preparando para la guerra. Empiezan arrasando unos cuantos pueblillos para juntar comida y su misión es atacar la ciudad que al cabo está súper oscura y como a las cucarachas, les sentará muy pero que muy bien.
Pero todo acaba mal para los vampiros y nuestro héroe vence, rescata a la sobri que en realidad es su hija y se prepara para la segunda parte en donde seguramente tendrá que acabar con la reina madre de los vampiros que en esta peli no apareció. Claro que probablemente no haya una segunda parte porque la peli fue un fracaso en taquilla y no está del todo bien. De todos modos les aseguro que si hubiera, el Priest acabaría con la Reina Madre.

Y es que hay varias cosas que no funcionan en Priest (Scott Charles Stewart, 2011). No se si en la peli o en la historia original (es que esto está basado en un cómic), Pero estos sacerdotes guerreros movidos por la Fe y por Dios para acabar con los vamps, como que no cuaja. No es muy creíble ¿y a quién le importa que la cruz metálica sea una afilada navaja? La Fe que los mueve tampoco. Y no hay nada de agua bendita en las luchas (mínimo que la hubieran incluido). La única Biblia que usan es sólo porque contiene un montonal (ilógico) de cruces tipo estrella ninja. En fin que toda esa parte es una escusa chafienta que no ayuda en el argumento. Lo único cool al respecto es el tatuaje de la cruz en la frente.

No está buena la peli porque le faltó acción. El final se resuelve de manera fácil cuando realmente el Priest no puede con el vampiro humano extra fuerte que además había sido su amigo y colega. Los vampiros no me gustaron nadita, son en realidad aliens. Me gustan más los clásicos vampiros, o vampiros humanos como les llaman aquí.
Sé que tengo que informarme mejor sobre este universo leyendo el cómic, pero aunque lo lea y las reglas sean así como en la película, no me arrepentiré de decir que le falta punch, acción, riesgo, confrontación con la iglesia, dudas, drama (no se muere nadie!!!!! bueno, nadie de los protagonistas). Siento que se queda muy cauta la historia por aquello de que qué tal si hay una segunda. No se si se me antoja darle otro chance al director porque su película anterior fue esa horripilancia de la Legión de los Ángeles (ahh cómo me tronche de risa con la viejita canibal que trepa por las paredes). Ya veremos porque si el argumento me llama la atención no podré resistir. Es como con las películas de Nicholas Cage; el tipo me cae gordo y me parece mal actor, pero siempre hace cosas cuya historia me llama la atención (y generalmente las hecha a perder. Menos en el caso de Kick Ass).

Lo que sí me encantó y por eso no me arrepiento de haberla visto, es la introducción animada de Genndy Tartakovsky (sí, ¡¡¡el brillante que hizo al Samurai Jack!!!) en donde se explica porque el mundo es como es ahora. Está buenísima.
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