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sábado, 3 de marzo de 2018

La forma del agua

¿Quién no ha oído hablar sobre esta película a estas alturas? Y a estas alturas, pocos deben ser los que no la han visto. Estas últimas semanas, a los premios y nominaciones, se les han unido acusaciones de plagio y demás. Me he mantenido completamente al margen de todo eso, no he visto el cortometraje, ni nada sobre un delfín, no he visto nada de eso, entre otras cosas porque qué flojera. Para el caso se fusiló la historia de Splash y hasta la de la Bella y la Bestia, ¿no?

Es una historia de amor, con un mensaje muy claro para estos tiempos que vivimos, una historia sobre integración, respeto, aceptación de las diferencias, la igualdad de todos, contra el fanatismo. Un mensaje poco sutil para mi gusto, pero con buenas intenciones, y aquí me caerá el rayo de la corrección política, y es que es demasiado, ya saben, no es suficiente con que la protagonista y heroína sea muda, está el mejor amigo súper gay y la mejor amiga negra y el blanco militar religioso súper malo malísimo (pobre Michael Shannon, de veras que pobre porque sospecho que durante mucho tiempo lo ficharán como malo). 
Pero no importa, no importa mucho porque la historia está muy bien narrada. Es divertida, emotiva, con momentos de tensión (básicamente cada vez que aparece Shannon), con secuencias musicales logradas y un cuidado por lo visual increíble. Esta hecha con mucho mimo, vamos. 

Y las actuaciones están fabulosas. Obviamente, Sally Hawkins está genial, pero también Richard Jenkins, que tiene unas escenas muy buenas. Octavia Spencer, bueno, hace de Octavia Spencer, afortunadamente me cae muy bien. Y no hay que ningunear a Michael Shannon, a mí me impresionó mucho esa energía y violencia contenida, ese menosprecio por todos; creo que el actor lo mantuvo en equilibrio, cerca del ridículo, pero sin cruzar.

De Guillermo del Toro lo que más me gusta es que le gusta contar historias, sus historias, fantásticas, dramáticas, que se nota que le encanta ver películas. Esta está llena de guiños y abrazos al cine, al cine de los 50's, al cine musical, por ahí la han comparado con Amelie, no sé por qué, tal vez por el tono verdoso, pero sí que está llena de influencias (no plagios), incluidas algo del tono humorístico de Jeunet et Caro.

No creo que sea una obra maestra, no he pensado mucho en si es la mejor película de del Toro porque le queda mucha vida. Que si merece estar en los Oscares, pues sí, por qué no. No creo que gane a la mejor película, pero sí veo muchos chances en la mejor dirección, aunque también pienso en Nolan y Dunquerque, que es también una obra personal, no tanto por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta, y a mi me pareció una propuesta muy interesante.

Repito que me divirtió mucho, me gustaron muchas escenas, las actuaciones, el humor, la música, pero no me convenció el meollo de la historia, osea, el romance. No es que me escandalice la posibilidad de una relación con un anfibio, no, para nada. Lo que no me convence es la relación. Es unilateral. Elisa, primero tiene curiosidad; cuando ve una respuesta, le lleva huevos, le pone música, le habla con signos. Él la ve con sus ojillos raros y ¡se come los huevos! Sé que no se pueden hacer grandes gestos al estar encadenado, pero alguito, un detallin. A mí como que ella se obsesionó con una idea, con un imaginario en el que ambos podían ser, y él la vio como una salvadora. Si hubiera sido una historia de amistad, la compro totalmente, pero el romance no lo vi. Y luego cogen en el baño. Está bien. Pero pudo haber sido de puritito agradecimiento. Creo que se necesitaba alguna escena desde el punto de vista de él. Nos dicen que en el Amazonas lo consideraban un dios. Y sí que tiene súper poderes y se le iluminan las escamas, pero se supone que también es un ser inteligente, quizá si nos hubieran mostrado más signos de eso (o que no se comiera al gato), o de humanidad, algo que lo hiciera interesante, que nos mostrara su belleza interior y no sólo su exotiquez exterior.

jueves, 27 de agosto de 2015

Cities of love



Cities of Love es una serie de películas romanticonas, sobre el amor, la mayoría son sobre inicios de relaciones, y hay alguna que otra sobre el amor entre padres e hijos; y pretenden también, exaltar la ciudad y los barrios en los que ocurren las historias. Cada episodio es un cortometraje en forma, escrito, dirigido y actuado por renombrados artistas.

El proyecto empezó con Paris, je t'aime (2006). Paris, la ciudad romántica por excelencia. Sospecho que cuando la hicieron todavía no se les ocurría convertirla en un proyecto más grande con todo y logo. Esta es la más sencilla en cuanto a su estructura. Son veinte encuentros, veinte directores, veinte barrios. Está es mi favorita. Me gustan la mayoría de los cortos y destaco sobretodo el de los hermanos Cohen en el segmento de Tuileries porque es muy divertido (de hecho este es mi corto favorito de las tres películas). Otros directores aquí son, Alfonso Cuarón, Wes Craven (este también me gustó, es de vampiros), Tom Tykwer, Gus Van Sant, Alexander Payne, Walter Salles.

Parte de la idea es que las diferentes historias se contecten de vez en cuando con algunos personajes recurrentes, como la que filma todo lo que ve en NY, o el taxista que cuenta la misma historia a cada cliente sobre su relación rota, en Rio. Estos personajes recurrentes son una de las "reglas" del proyecto y funcionan para darle unidad a la película. En la de Rio los usan mucho y no unen nada porque la mayoría de los cortos están malísimos.
En la de Paris no ocurre mucho y es la más coherente, aunque sí que es verdad que es la más rígida. En New York, I Love You (2008) hay varios personajes, y están bastante bien ligados. Y algunos de los personajes aparecen brevemente por aquí y por allá.
El director Yvan Attal dirige dos cortos similares, pero con un giro y mucho humor, que refuerzan muy bien la coherencia de la película. Salen Ethan Hawke, Robin Wright, Chris Cooper y Maggie Q.
No hay un corto que no me haya gustado, a algunos les faltó o les sobró un poco al final, como en los cuentos, que tienen que estar muy, pero que muy bien cerrados. 

Y no contaré más porque si las recomiendo. La que no, es la de Rio. 

Algo que me gustó mucho en las dos es que se sienten y se entienden las atmósferas y las geografías, y los personajes están cómodos en su entorno.

En la de Rio, eu te amo (2014), no se siente nada de eso. A la mayoría de los cortos les falta o les sobra algo. Algunos tienen buenas ideas, pero no cuajan. Uno de los mas redondos, aunque es bastante oscuro, es el dirigido por Guillermo Arriaga (ah, oscuro, ¡tiene sentido!). El del vampiro es súper raro, reí con desconcierto porque no supe qué más hacer. El dirigido por John Turturro está aburrido, parecía un intento de discusión entre amantes de telenovela brasileira, pero sin punch. Hay un par que no están mal, como la de los chicos que escalan para llegar al Cristo Redentor, o la del ricachon y la esposa nefasta, o la del niño que espera la llamada de Dios, pero beh, como que les falla algo en el ritmo, en la sorpesa. 

Esta es la primera que aparece con el logo de Cities of Love. Es triste pero en vez de que sea superior para seguir sacando más ciudades, es la peorcita. En teoría vienen Shanghai y Jerusalem. En la página (que no funciona) salen un montón de ciudades. El proyecto sí que me gusta, pero esta última me ha dejado un mal sabor.

Y luego una curiosidad, que según esto hay una que se llama Tbilisi, I Love You (Tbilisi, capital de Georgia). Esto se me hace súper raro. No se si unos entusiastas georgianos se unieron a la idea, porque se sale un poco de las demás. Para empezar porque no es una ciudad muy famosa y los artistas son básicamente locales. No se si el creador del proyecto, Emmanuel Benbihy, está vendiendo la idea, o qué. Curiosidad sí que tengo, pero todavía no encuentro la película.

lunes, 13 de abril de 2015

Cutie and the Boxer

Hace ya varios días que vi esta película y sin embargo no la he dejado olvidada por ahí. De repente se me aparece y pienso en ella. No es por que la historia me haya impactado o porque la obra de estos artistas me haya impresionado. Lo que se me quedó, que entiendo, comparto, admiro y envidio es la NECESIDAD de Ushio y Noriko Shinohara de hacer sus cosas, de trabajar y crear, pintar, hacer esculturas, pensar al respecto, vivir alrededor, sin importar el mundo exterior. Es impresionante la energía de Ushio/Boxer, la energía que tiene para vivir y pintar sus enormes lienzos con guantes de box llenos de pintura. Tiene 80 años y no lo parece, es infatigable. Su mujer, Cutie, veinte años más joven, también es artista. Una artista que batalla con el hecho de tener un marido reconocido que cree de alguna manera que el menor artista está al servicio del mayor, osea él. En un momento de la película Cutie empieza a trabajar en una serie de pinturas que ilustran la historia de su relación, de cuando ella lo conoció recién llegada de Japón y de cómo se enamoraron, cuanta los difícil que ha sido vivir con él, sus desmadres, sus dificultades económicas, el cuidado de su hijo Alex.
Hay una escena en la sala de exposición que Cutie está terminando, en que Ushio se acerca  a ver lo que ha estado haciendo su esposa. Él tiene la sala más grande, él, él, él y zas como que no se espera lo que ella ha estado preparando. -Estás celoso- le dice Cutie". -Sí, estoy celoso- le contesta él.

Con la naturalidad y comodidad que tienen frente a la cámara (puntos para el director Zachary Heinzerling. Esta es su primera película), entre videos caseros de fiestas y cortos sobre Ushio, los dos artistas hablan honestamente sobre su vida. Cutie está bastante cabreada con Ushio, por diversas razones, pero después de 40 años de matrimonio como que ha aceptado que así es la cosa, que él seguirá siendo una especie de niño egoísta y ella sigue enamorada de él. Cuando Ushio se va a Japón a vender unas esculturas y regresa con una cantidad muy menor al precio justo, ella le dice que las malvendió, pero él le dice que trajo dinero, dinero para la renta. Y ella no dice más, hay un poco de pena, un poco de enojo, pero no hay nada más que hacer.

Puede a uno gustarle o no el trabajo que hacen, puede uno sentir un poco de desesperación con la caótica forma de vida, con el tiradero en su departamento, pero cuando uno los ve trabajar juntos cada uno con sus cosas, en paz, ensimismados en su obra, uno entiende que eso es lo que los hace vivir, los que los llena. O de una manera más dura, como dice Ushio "Art is a demon which can take over your life".
Una escena que me pareció muy interesante es cuando Noriko visita el estudio de Alex, que también es pintor. Alex le va enseñando sus pinturas y los dos las ven con atención, no hay mucho diálogo, unas les gustan más que otras, pero lo que hay es una real observación del trabajo, de dos personas que están en la misma línea, que entienden lo que significa crear algo y hablan desde ese plano.

martes, 13 de enero de 2015

Los días no vividos

¿Qué harías si te dijeran que quedan 24 horas para que se acabe el mundo? ¿Con quién pasarías esas últimas horas? ¿Cómo reaccionarías?
Esta película se plantea estas interrogantes y me parece que las resuelve de la manera más cercana a como nosotros reaccionaríamos. De todas las películas sobre el fin del mundo que he visto últimamente, esta es la que más me ha gustado. No es cute como la de "Un amigo para el fin del mundo", ni es un dramón. Tiene el color y la atmósfera del cartel. Esta llena de una tensa calma, una cierta tristeza y una nostalgia por todo lo que ya no será.
David y Jaime han decidido pasar ese último día juntos. Jaime se despide de su novia, pues ella tiene que pasar ese día con sus padres, y él se lleva a padre a casa de su mejor amigo que no tiene familia. A esta agridulce última cena se les unen su mejor amiga, Teresa, Silvia una desconocida que se encontró David en la calle, Charly el dealer de Jaime, y un perro.
Con un guión sencillo y lógico, con actuaciones sólidas, vemos la llegada del fin del mundo en los miedos, corajes y actitudes de los personajes. Cada uno de ellos lo asume de distinta manera. Jaime se hace el duro, pero se muere de miedo, David decide enamorarse, Silvia decide reinventarse.
No es una película deprimente, ni aplastante, es más bien realista. Y es que, no hay nada que hacer más que buscar a la gente que más te importe, comer algo súper rico, y esperar. No es como que de tiempo para lanzarte de un paracaídas, nadar con tiburones o escalar el Everest.

domingo, 27 de julio de 2014

Amor a la Carta

Le hubieran puesto "El portaviandas". Me parece que a cada película de comida y romance que sale le ponen el nada original título de "Amor a la carta". Bueno pues este Amor a la carta ocurre en la India.

Por error, el portaviandas que manda la solitaria Illa a su ausente marido, le llega al solitario, aburrido y un tanto amargado Saajan Fernandes que está a punto de jubilarse. A partir de ese momento estos dos personajes entablan una amistad a base de mensajitos colados en el portaviandas. Entre comida y comida (¡quiero recibir un portaviandas así cada día!), los viajes en tren, la cotidianeidad, sus vidas ya no son tan solitarias, las partes dolorosas lo son menos, el mundo a su alrededor se vuelve más nítido. Saajan entabla a su vez una amistad con un personaje muy particular, Shaikh, el sujeto que lo va a sustituir cuando se retire. Y mientras Saajan hace nuevos planes en relación a la jubilación, Illa toma valor para decidir cambios en su futuro y el de su hija.

Me gustó mucho esta película. Las actuaciones son muy buenas. La historia sencilla, tiene el balance adecuado entre drama, romance, comedia, la presencia de Shaikh y de la auntie, es muy buena.

Sí, no es de lo más original, ni tiene giros de tuerca, y sí, es un poco precedible en algunos aspectos, pero funciona tan bien que nos mete en la historia, en el mundo y nos convence; no es nada trivial y sus problemas son perfectamente comprensibles y conocidos y gracias al enfoque, al humor, no es ni cursi ni un dramón.

Pero lo que más me gustó fue el aspecto cultural. Que para mí es un plus. En la India, donde sé que la peli ha sido un éxito, tal vez esa parte no lo sea tanto, no lo sé. A mi me alucinó, en buen plan. Todo el inicio con el asunto del viaje de las loncheras me dejó boquiabierta. Los empleados contratan un servicio de entrega de lunch; a algunos se los preparan sus esposas a otros una fonda o similar. Los "lonchereros" hacen un largo recorrido para entregar los almuerzos a la persona adecuada (aunque a veces se equivocan). Un sistema tan complicado, cuando tal vez podrían comer en un restaurant cercano, o llevar ellos mismos su almuerzo, es algo incomprensible. Claro que, da trabajo a los "lonchereros"...
Y la otra cosa favorita fue la comida, ¡uff qué buena pinta tenía!

domingo, 5 de enero de 2014

About Time

About Time es la tercera película que dirige Richard Curtis, la primera fue Love Actually, la segunda no importa porque no es romanticona. También es el escritor de comedias inglesas que me gustan mucho: Cuatro Bodas y un Funeral, Notting Hill (cuando me preguntan qué película puedo ver y ver muchas veces, es esta, definitivamente), y el Diario de Bridget Jones.

Las comedias románticas son un poco como las de sci-fi en el que la suspensión de la incredulidad tiene que aplicarse con mayor énfasis si quiere uno disfrutar, suspirar y fantasear con la historia de amor. Cuando uno lo logra y además hay química entre la pareja, o de perdis el chico está guapísimo (o bueno, la chica), y hay muchas cosas lindas y coquetas con las que reír y sonreír, y tal vez una cosilla tristona para sacarnos una lagrimita, la película puede ser lo máximo, y durante una hora y media volvernos un poco sensibleros y cursilones.
Richard Curtis es un maestro para lograr esto y dejarnos al final de cada historia con nuestras sonrisas bobas y lentonas.

Al cumplir los 21 años Tim recibe la noticia de que los hombres de su familia pueden viajar al pasado. No a un pasado lejano, sino a un pasado que ellos hayan vivido. Tim decide usar este don para encontrar una novia. Tim conoce a Mary y se enamora. Después de unos cuantos viajes al pasado para arreglar el asunto, conocerla mejor y mejorar la primera cita, Tim y Mary comienzan una relación, se mudan, se embarazan, se casan y viven felices como perdices, hasta que en un girillo dramático de la historia Tim quiere regresar unas cuantas horas para reprarar unos detallines que involucran a su querida hermana Kit Kat, pero no puede porque hay ciertas limitantes con el don, y una de esas es que si regresa antes del nacimiento de su hija, es probable que esta no nazca y le salga un hijo diferente.

Esta es la única regla sobre el viaje en el tiempo que complica la historia. Todas las otras que se nos puedan haber ocurrido, tipo la mariposa y el tsunami, son omitidas. Y mientras Tim aprende de viajar en el tiempo que lo mejor es disfrutar el día a día, uno se jala los pelos pensando en todas las posibilidades, en lo que uno haría, en las posibles repercusiones de tal o cual acción de Tim, de su padre y de los anteriores miembros de la familia. Pero por aquello de la incredulidad uno lo deja pasar. 
Domhnall Gleeson es un adecuadamente torpe y tierno Tim (así como Hugh Grant en cualquiera de sus papeles románticos), Bill Nighy, como es de esperar, hace un sabio, simpático y comprensivo padre, y Rachel McAdams, es la dulce y bonita Mary (esta es la presencia más floja en realidad. No por ella, sino porque no la ponen a hacer nada).

Pero la película está lejos de ser LA comedia romántica mil veces vista por alguien. Y está lejos de todas las que mencioné anteriormente. Una razón puede ser que la relación es muy fácil, el amor llega pronto, no hay dramas, a Tim no le cuesta mucho conquistar a Mary y faltan más situaciones divertidas y conmovedoras. ¡Love Actually estaba llena de ellas! 
Está visible, si, pero nada de sonrisas bobaliconas...
ah, y lo del viaje en el tiempo, desaprovechado.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Adore

Esta película se ha quedado rondando en mi cabeza desde que la vi hace unas semanas. No tanto por la historia en sí, que desde el principio me atrajo mucho, sino por el resultado. 
Después de ver la película, leí la historia corta en la que está basada, un cuento de Doris Lessing que se llama "The Grandmothers" y aunque el tono y la intención son similares, la película no me acaba de convencer y el cuento sí. 
Creo que tiene que ver con lo cinematográfico y lo visual y con que en el cuento la voz y la mirada de la narradora marcan mucho la entonación de la historia. Se que uno no debe hacer comparaciones, pero no lo puedo evitar, y en realidad no es una comparación sino una especie de análisis de por qué una sí me convenció y la otra no.

A la película le falta algo y no me refiero a que se convierta en algo más hollywoodense y descaradamente pasional o telenovelero. Me gusta la elegancia y sutileza, el ritmo y lo que la cámara nos cuenta, pero no me convencen esas relaciones, no siento la química, el amor, el deseo ni la pasión por los jóvenes. Me parece que con ese par de actrices se hubiera podido lograr algo más impactante y provocador. Pero con otros hijos, porque estos no me parecieron tan maravillosos como los retratan ni tan buenos actores como deberían ser.

Roz (Robin Wright) y Lil (Naomi Watts) son dos amigas inseparables que han pasado toda la vida juntas. Viven una cerca de la otra y han criado a sus hijos, Tom (el de Roz) e Ian (el de Lil) de manera similar a como ellas crecieron y ahora son también amigos inseparables. Lil es viuda, Roz se divorcia eventualmente de su marido, un marido que siempre estuvo girando alrededor de las amigas y los hijos sin nunca estar del todo integrado y aceptado. 
La increíble y paradisíaca costa australiana en donde viven es un maravilloso escenario para los atractivos personajes, que viven su vida un poco aislados del resto del mundo y muy compenetrados entre ellos. La vida pasa las mujeres rebasan los cuarenta y sus hijos son jóvenes y guapos veinteañeros. No es spoiler decir que Roz empieza una relación con Ian, el hijo de Lil y que Tom empieza una con Lil, pues se ve venir desde el principio. Las amigas saben que han cruzado la línea, pero no lo pueden evitar y no lo quieren terminar, sin embargo la amistad se mantiene prácticamente ilesa. Los idilios duran un par de años, las mujeres saben que eventualmente tendrán que terminar pues los chicos seguramente se aburrirán y buscarán jóvenes de su edad.
Como es de esperar la trama se complica y se vuelve más dramática cuando el mundo y la edad adulta de los hijos intervienen en la trama.

Pensándolo ahora, tal vez el problema que me causa la película tiene que ver con el enfoque de la directora Anne Fontaine y con que trató de apegarse a un cuento que puede ser que no sea filmable.

Me quedo con el paisaje, el mar y las locaciones... y con el cuento original.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Wolf Children

No soy una experta en anime. Lo que no me pierdo son las películas de Miyazaki. Un día descubrí con sorpresa al director Mamoru Hosoda con Summer Wars y The Girl Who Leapt Through Time. La primera me gustó más que la segunda, pero las dos se me quedaron muy presentes por las historias. 

Esta nueva película The Wolf Children Ame and Yuki es aun mejor en cuanto a la narración y el desarrollo de los personajes. La historia es conmovedora, el retrato de familia, la vida cotidiana y rural están muy bien logrados,  y Hana, la mamá, con su amor incondicional hacia sus hijos y su determinación, es la onda.

Hana es una estudiante que se enamora de un misterioso chico, que resulta ser un hombre lobo. Tienen dos hijos, Yuki y Ame, y luego el hombre lobo, pácatelas, que se nos muere.
Ahora Hana tiene que criar a dos pequeños niños lobo y no tiene la menor idea de cómo. No sabe cómo controlarlos, cómo tratarlos, cómo alimentarlos. La vida en la ciudad de vuelve complicada y decide llevárselos al campo.
Vemos cómo van creciendo los niños hasta su adolescencia, con sus diferentes personalidades, adaptándose a los diferentes entornos. Yuki, la niña, es abierta, traviesa, caprichosa y hace amigos fácilmente; Ame es tímido, miedoson, callado, y la vida en sociedad de plano no le funciona. Cuando niños Yuki acepta bien su condición lobuna y Ame no tanto; cuando crecen la situación se revierte. Al final y  en gran parte gracias a Hana, los dos hermanos encuentran su balance y la manera en que quieren vivir su vida.
Los niños están muy bien perfilados, con personalidades muy bien definidas. Y son muy convincentes conforme van creciendo y buscando su identidad.

Está película funciona muy bien porque independientemente del lado fantástico de la historia, las bases son universales y conocidas para todos en algún punto de la historia, ya sea en el hecho de criar hijos y la necesidad de protegerlos, en el ser adolescente y sentirse uno fuera de lugar, en la búsqueda de nuestro camino. Además, maneja todo tipo de emociones, nos reímos, nos sorprendemos, y, a menos que seamos unos fríos y duros de corazón, se nos pone el ojo remi en varias ocasiones.

Ahora que se acerca el fin de año y todo mundo hace listas de lo mejor y lo peor de todo, esta película estará en mi lista de películas favoritas del año.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Before Sunrise, Before Sunset, Before Midnight

Esta es la historia de Jesse y Céline. En Before Sunrise (1995), Jesse y Céline se conocen en un tren. Jesse tiene que bajar en Viena porque por la mañana saldrá su avión de regreso a EUA. Céline regresa a Paris después de visitar a su abuela. Jesse la convence de pasar las horas con él caminando por la ciudad hasta que salga su avión. Algo vieron el uno en el otro que les hizo click. Durante esa noche platicando sin parar, se van conociendo; hablan sobre sus proyectos. Jesse acaba de cortar con su novia, está herido y un poco perdido. Céline está estudiando y es romántica e idealista. Obvio, se enamoran, y cuando llega el momento de partir prometen encontrarse ahí mismo, en la estación, seis meses después...

Pero son nueve años los que pasan hasta que se reencuentran. Before Sunset (2004). Jesse ha escrito una novela sobre aquella noche inolvidable y está de gira por Europa presentándolo. En París es la última presentación y en unas horas regresará a NY. Céline se entera de la presentación y va a saludarlo. Se ponen al día mientras caminan, toman café y viajan en barco por el Sena. Jesse está casado, tiene un hijo y no es feliz. Céline está en una relación que medio funciona. En Sunrise son jóvenes con ilusiones y proyectos, en Sunset son más maduros, no todo les ha funcionado bien y esa única noche en Viena los ha marcado profundamente. 
Al final Jesse decide perder su avión.

Nueve años después nos los encontramos, para nuestro alivio, juntos, pasando unas vacaciones en Grecia. Tienen un par de gemelas, Céline sigue trabajando en sus proyectos sociales y Jesse sigue escribiendo. Before Midnight (2013). Han entrado a la cuarentena. Llevan un montón de años juntos. Jesse, que acaba de despedir a su hijo de 14 años en el aeropuerto, está conflictuado por no estar presente en su vida y está considerando la idea de ir a vivir a Chicago para estar con él. Céline está decidiéndose por un nuevo trabajo y la idea de mudarse a EUA no le agrada. Pasado el romance, inundados por la cotidianeidad, los hijos, los trabajos, la edad, sus conversaciones son más duras, más honestas, más reales.



Wow, pensar que he acompañado de la mano a este par durante todos estos años...
No sabía que venía una tercera parte, y con la aridez veraniega ha sido una gratísima sorpresa.
Me encanta esta trilogía (ahora puedo llamarla así). Descrita así nada más, sonaría un poco aburrida: una pareja que camina y habla por Viena, segundo acto, la pareja camina y habla por París, tercer acto, por Grecia. Pero ocurren tantas cosas, y platican de tantas cosas, no solo de amor o de ellos, platican sobre ideas, anécdotas, teorías, se hacen bromas, se dicen verdades, se lastiman, se perdonan, se respetan. Y en cada parte son personajes sólidos y profundos que van creciendo y madurando.

Hay un gran trabajo de dirección y de actuación, pero sobretodo un gran trabajo entre los tres para crear a los personajes, para hacerlos creíbles y reales. Hawke y Delpy están cómodos en su papel y tienen la libertad del director para improvisar.

Son películas muy bien pensadas, muy bien hechas. No son de esas que son tan inteligentes, con diálogos tan cuidados, que caen en lo pretencioso o en lo solemne. Aquí hay humor y drama, y logran meter al espectador en sus vidas, en su caminar. Las he visto varias veces y no dejo de impresionarme por cómo me clavo, cómo me conmuevo, o me río, o me conecto con ellos cada vez.

Parece que este es el fin de la serie, pero a mí no me importaría encontrármelos dentro de nueve años.

lunes, 20 de mayo de 2013

Medianeras

Medianeras (Gustavo Taretto, 2011). Esta es una historia de amor entre dos personas común y corrientes, un poco perdidas y solitarias. 
Él es diseñador de páginas web que trabaja desde casa, ella arquitecta sin chamba que decora escaparates. Buscan conectar con alguien en una ciudad muy grande, en donde todos viven sus propias vidas, sus propios ritmos y en donde la comunicación y la interacción no son fáciles. Viven en edificios casi contiguos. Vemos cómo transcurren sus vidas, cómo tratan de encontrar a alguien, sabemos lo que les gusta, lo que temen, lo que añoran, y deseamos que se encuentren porque parecen ser el uno para el otro.

Viven en Buenos Aires y el lugar es parte importante de la historia. La fotografía de los edificios, las fachadas, los techos y las medianeras (las medianeras son los muros laterales de los edificios que no tienen ventanas, dan a otros muros y se aprovechan para poner publicidad), forma parte de la atmósfera de la película.

Pero la película funciona porque se puede colocar en cualquier ciudad grande y moderna. Los personajes son como tantas personas que conocemos, y que viven en estos tiempos, trabajando desde casa, comunicándose principalmente por chats y redes sociales, jugando online, y saliendo a la calle para hacer lo estrictamente necesario.

Me gustó mucho esta película. Es inteligente, sencilla, romanticona. Los textos y los diálogos son interesantes. La reflexión sobre la vida en la ciudad también lo es.


*Nos llegan tantas comedias románticas gringas y es una lástima que esta no (y si sí, seguro que sólo en unas cuantas ciudades y en extraños horarios). Réntenla, descárgenla (el sitio de la película dice que se puede ver online con un módico pago, pero a mi no me funcionó, tal vez fue sólo en una fecha específica), cómprenla (si la encuentran, ¡ja!).

jueves, 29 de noviembre de 2012

Amanecer parte 2

Y ahí estaba yo, sentada en la butaca del cine con mis palomitas y un par de “explicadores” bien dispuestos a sacarme de dudas y a llenarme de información útil de los libros y las películas anteriores, para una mejor comprensión de lo que íbamos a ver: Breaking Dawn Pt 2 (Bill Condon, 2012). 


Y ahí está Bella, la envidiada Bella, ahora con sus ojitos rojos porque su Edward la ha convertido en vampira. Y es que, según me informaron, en la primera parte, zas, que se embaraza de Edward y la sobrenaturalidad del feto pone en peligro su vida. Al marido no le queda más que convertirla y ahora espera con alegría casi humana a que su renovada mujer se recupere para iniciar su vida de Forever Juntos. Bella, que resulta ser una vampira madura, contenida y “vegan” como su familia de adopción, luego lueguito prefiere comerse un puma a un sudoroso humano. Eso no lo logra cualquiera, vamos, vampiros con muchos años de antigüedad tienen problemas de autocontrol. Pero Bella, nuestra heroína, no, y además es más fuerte que el más fuerte del clan, la vampirez incluye box, artes marciales y una fiera mirada. Esto apenas empieza y considero su lugar en el salón de las heroínas de acción, al lado de Milla Jovovich y Kate Beckinsale. ¡Oh por Dios, qué me está pasando!

Pero divago, regresando a la historia, nos encontramos que el bebé resultante, que por cierto, tiene el muy desafortunado nombre de Renesmé (pa’ mí un síntoma más de la mala calidad de la escritura), tiene latidos, crece súper rápido y tiene un poder vampírico. Los Cullen, posaditos como son, colocados en parejitas, en las mismas posiciones, en la sala, en el bosque, frente al piano, ven la nueva adición a la familia con sonrisas de bondad y de sitcom con final feliz (si yo fuese vampira y presenciase un fenómeno como ese, estaría pulsada, interesadísima, maravillada…pero claro, probablemente no sería una Cullen); hasta que una chismosienta prima ve a la niña volar y los acusa con los Volturi. 
La niña se convierte entonces, en un problema, pues los Volturi tienen la errada idea de que ha sido creada a la manera clásica, con una mordidita, y eso está muy pero que muy prohibido. Aro, que es muy guerroso, utiliza la existencia de Renesmé como excusa para ir a escabecharse a los Cullen (esto me lo explicaron, así que no se si viene del libro o de las otras películas) y luego agregar a su clan a Alice, que es la que predice el futuro, y de esas no tiene. Los Cullen, que son muy buenos, no quieren ir a la guerra, y deciden juntar a sus cuates como testigos de que la niña tiene su corazoncito. Y viajan por todo el mundo recolectando una amplia variedad de vampiros. Los hay muy interesantes, como el que hace Lee Pace (mi favorito), los hay con acento muy marcado como los transilvanos (del que espero prontamente un spin off, pero no de la Meyer, que de ella preferiría que no viniera nada nunca más), los hay muy forzados, como las del Amazonas en taparrabos pero con el pelo lacio, eso sí; y hay gitanos, irlandeses, egipcios, rusos, todos conviviendo en el frío bosque, contando historias de guerra y presumiendo sus súper poderes tipo X-Men(¡son vampiros! No necesitan agregados extras y únicos como esos súper poderes. Los  vampiros clásicos son la onda, son seductores, fuertes, rápidos, inmortales y sus colmillos, la mejor de sus armas. No necesitan dar toques, mover las aguas, crear alucinaciones, ¡es irritante!) Los hombres lobo también se les unen porque ahora son grandes cuates y en unos añines van a ser familia porque el guapo Jacob tiene una cosa que hace que ahora esté enamorado y destinado a Renesmé. 

Esta parte de la historia me parece muy cuestionable. En primera que la autora no se atreva a dejar a Jacob solo y le inventa la “imprimación” o como se llame y que ahora por esa cosa se crea ligado sin otra posibilidad a Renesmé, y luego que la niña no tenga más opción que el lobo (que digo, sí que está buenazo, pero qué poca que no pueda decidir). La niña esa, que ya de por sí es rara, tiene de baby sitter al hombre lobo que será su pareja por el resto de la eternidad. WTF. 

Llega el día de la pelea. Buenos y malos se reúnen en un campo nevado. Obvio, muchos malos y pocos buenos y como cinco lobos. Y aunque Aro acepta que la niña no es ilegal, con un poco claro y desapasionado discurso, muy lejano al de Gerard Butler a los espartanos, decide que hay batalla. Pero en eso llega Alice con su parejita y sus propios testigos que demuestran que la niña no será un peligro para la comunidad vampírica. Aro le toma la mano y ve lo que ella ha visto. 
Y se desata la Gran Batalla Final. Cabezas desatornilladas, brazos mordidos, poco a poco empiezan a morir los personajes principales buenos y malos, vemos caer al patriarca Cullen, al güerucho insoportable, esperamos con expectación a que los transilvanos se venguen en nombre de Drácula, vemos morir con cierto placer a Dakota Fanning, cuyo superpoder de dolor da ñañaras, el suelo se agrieta en plan terremoto con lava a veinte metros de profundidad, se muere la mamá Cullen que es bastante sosa, caen los lobos principales, muere Aro, y cuando estábamos a punto de cantar victoria, ¡pácatelas! Que todo era un sueño, la visión de futuro de Alice, y Aro, temeroso y cobarde, retira a su clan y en realidad no hay batalla, y como final de Disney, todos son felices para siempre, nadie muere, nadie pierde, nadie sufre. Qué falta de valor. Nada que ver con la batalla final de Harry Potter, qué dolor ver morir a tan queridos personajes (bueno, error mío andar haciendo comparaciones incomparables, no seguiré por ahí).

Sangre, muerte, escabechina, violencia, mordidas, seducción, pasión, manipulación, venganza, estacas, ajo, la oscuridad de la noche, el conflicto de la inmortalidad, del asesinato, de beber sangre humana, todo esto NO es Twilight. El género vampírico se retuerce de vergüenza cada vez que le achacan esta historia a su acervo. Bueno, es que es de vampiros enamorados, dicen muchos. Y el género romántico estalla en lágrimas de rechazo, porque ¿romántica? no leí los libros, pero en las películas con semejante dizque actriz, no me queda claro cómo esto pueda causar algún tipo de suspiro. ¿Qué vampiro de más de cien años de experiencia se va a enamorar de una emo deprimente y sin personalidad? ¿Cómo sentir atracción por un vampiro que con esa experiencia de vida parece no haber aprendido nada y prefiere ir a la secun? El único suspiro que entiendo, es el cachondo hacia el lobito. Pero entonces, los hombres lobos del mundo, enormes y peludos se ríen burlones de este lampiño lobucho al que pueden partirle la crisma en un segundo.

No es fácil separar la historia del libro y la película. La historia es mala, la película también. Hay graves problemas de dirección, de diálogo, y sospecho que de edición de escenas en cuanto a qué poner y qué quitar del libro. El inicio es lento, parecen postales, como regalándoles a los fans imágenes finales y muy románticas de sus personajes. La historia no da el largo de la duración y tiene mucha paja. La batalla final deja mucho que desear. El destornillamiento de cabezas es hilarante. Imagino con placer la versión tarantinesca… 

Por más ñoña que sea la historia es increíble que no haya más sangre y que no se saquen los colmillos a todo pasto. No hay sentido del humor (ni involuntario, más que lo de las cabezas), son los vampiros más solemnes y menos sufridos… son los vampiros con menos convicción de la historia.

Salgo del cine, aliviada al pensar que esta saga ha terminado por fin y esperanzada de que sea rápidamente olvidada. Desgraciadamente ha dejado una modilla vampírica sosa y adolescentil, mucho mucho dinero a los realizadores y una “actriz” unicara conocida por todos que, sospecho, seguirá apareciendo en pantallas.

miércoles, 11 de julio de 2012

The Best Exotic Marigold Hotel

Un grupo de jubilados ingleses decide mudarse, por distintas razones, a un exótico y lujoso hotel en la lndia. Cuando llegan ahí, se dan cuenta de que la publicidad que vieron en internet sobre el hotel no tiene mucho que ver con la realidad. El  Best Exotic Marigold Hotel está en ruinas, ellos son los únicos huéspedes y las comodidades no son las esperadas. Sin embargo, con el paso de los días le van encontrando encanto al hotel, a la ciudad, a las ajenas costumbres, los empleados y hasta se encariñan con el joven administrador que está en lucha constante con su familia, los inversionistas y la novia. 

Esta es la perfecta pequeña peliculita inglesa: The Best Exotic Marigold Hotel for the Elderly & Beautiful (John Madden, 2011) Una historia sencilla, un buen guión, buen humor y diálogos entretenidos, y sobretodo excelentes actuaciones. Con Judi Dench y Maggie Smith, uno ya puede esperar cosas buenas, y si se suman Bill Nighy y Tom Wilkinson... Pero además de la crema y nata inglesa, destaca Dev Patel (Slumdog Millionaire) como el hiperactivo y súper entusiasta dueño/administrador del lugar.

Me gustan mucho este tipo de películas. Me estoy acordando de la de Las Chicas del Calendario, la de la señora que cultivaba marihuana en su jardín (no recuerdo el nombre, pero algo así como el Jardín de la Alegría), o la de unos viejitos que ganan la lotería. Son películas sin pretensiones, con historias bien narradas, están bien hechas y que siempre dejan un buen sabor de boca.

sábado, 25 de febrero de 2012

El Artista

Me uno a los que opinan que esta es una gran película. Me encantó. 
Más que expectativas, tenía curiosidad ¿cómo podrá sobrevivir una película muda en estos tiempos? ¿tendrá buen ritmo, no aburrirá? Y vaya que tiene buen ritmo, un muy buen soundtrack (aún más importante aquí que en otras, creo yo) y unas excelentes actuaciones, inlcuido el perrito. Ah sí, y unos toquecillos de humor. 

Y aunque es muda, no es muda muda, es decir, el sonido cumple un papel más importante que el que suele tener. Aquí funciona de repente como una herramienta narrativa, no nada más ilustrativa. Pero no quiero contarles por que pues sería un super big spoiler.

He dicho chorromil veces que me gustan las películas que hablan de cine, que tratan de cine, y zas, que en una semana veo tres, siendo esta mi favorita. Y mi segunda favorita, la de Hugo, de la cual escribiré en otra ocasión. Las dos tienen en común un respeto y gusto por el cine, el cine que nos hace soñar, que nos hace vivir aventuras y disfrutar. El cine que nos entretiene. 

La primera escena, que juega con el cine dentro del cine, la película muda, dentro de la película muda, engancha inmediatamente, "esto pinta pinta muy bien" pensé mientras George Valentin (Jean Dujardin) sale al escenario a recibir aplausos. Desde ese momento sabe uno que las actuaciones van a ser especiales y que lo que está uno viendo será algo único.

La historia es muy sencilla, George Valentin es una famosísima estrella de películas mudas en "Hollywoodland". En una presentación conoce accidentalmente a una fan llamada Peppy Miller (Bérénice Bejo). Peppy empieza a trabajar de extra en una de las películas de George, se gustan, pero él tiene esposa (una muy amargada, por cierto). El tiempo pasa, Peppy va ganando mejores papeles, hasta que llega  a ser protagonista de su propia película. En esa época, el cine sonoro hace su aparición. El productor de George le ve futuro al sonido y decide abandonar las películas mudas por sonoras, haciendo cambios drásticos en los estudios. Entre esos cambios, el reemplazo de los viejos actores, por estrellas nacientes como Peppy. George no cree en el cambio, se rehúsa a hablar y gasta sus ahorros para producir, actuar y dirigir su propia película muda, pero es un fracaso y su vida cae en picado. La mujer lo deja, pierde su casa y todo su dinero. Peppy en cambio, se convierte en una estrella, pero no ha dejado de estar enamorada. Y en los momentos de mayor oscuridad de George, ella estará ahi para salvarlo de sí mismo. Aquí hay una dramática escena que me recordó mucho al Ciudadano Kane. Pero no entiendo bien el homenaje, o tal vez hay otros homenajes que no pesqué y por eso este me pareció medio extraño. Bueno, el caso es que hay un final feliz, con una agradable sorpresa.

Esta es una película que le hace a uno salir del cine sonriente y emocionado porque ha sido uno soprendido con algo inesperado y maravilloso. 

PD: Todas mis quinielas del Oscar van para The Artist (Michel Hazanavicius, 2011), música, actuación, idea original, dirección, ¡todo! Espero que arrase.

lunes, 2 de enero de 2012

Año Nuevo

Esta es una de esas películas con muchos actores y muchas historias. Bueno en este caso en particular, muchas celebridades. No me molestan este tipo de películas, no espero gran cosa de ellas, pero en general  me apetece verlas. Así en plan dominguero. Pero está está pésima. No me lo tomen a mal, no piensen de mi en una grinch del Año Nuevo o algo así, que bueno, sí que lo soy, pero en la vida real y no en el caso de criticar esta película. Está mala porque está mala, no porque sea medio cursi o hable de la esperanza, de volver a creer, del amor y demás tópicos hermanos.
Para empezar la selección de actores, la química entre ellos y algunas de las actuaciones, bueh.

Josh Duhamel con la insoportable Sarah Jessica Parker (ups, spoiler), ¡osea! ni quién se crea que esos dos combinan. Mejor pareja Katherine Heigl y Bon Jovi. Luego la historia de la Pfeiffer y Zac Effron. Es de las mejorcitas, pero no está bien lograda; ella además tiene un look espantoso, muy forzado, ok, no tiene que ser una hermosura, pero ese peinado... Y el pobre Zac, seguro creyó que toda su guapura no iba a ser suficiente para salir aquí y se esforzó mucho para lograr un papel sobreactuado. Luego la historia de los futuros padres y a ver a quién le sale el niño primero, es super mala, muy mal actuada, muy malos chistecillos, uff. De veras que en una industria tan eficiente, encontrarse con un guión tan deficiente, es una sorpresa. Las diálogos son poco fluidos, poco naturales, las historias no cuajan del todo, las mejores no las desarrollan, las partes cómicas no son suficientemente cómicas. Cero chistosa, pensándolo bien, a menos que cuente la sobreactuación o "uniactuación" de Sofía Vergara, que en donde la veo siempre me parece igual (¿hablará así en la vida real?).

En general la idea de toda la película es muy mala, muy forzada, quisieron repetir la fórmula de la del Día de San Valenín y lo que mejor les salió fue el chiste al respecto en los créditos finales (que por cierto, es lo único rescatable de la peli). Las historias de amor no son convincentes, la paja para rellenar toda la película es aburrida, sosa, previsible.  La única intriga era ver quién era la misteriosa mona de Josh Duhamel, y para eso hubo que esperar hasta el final y bueno ¿por qué mejor no fue Halle Berry?!!!

Y para terminar diré dos incorrecciones: La primera es, qué rara estaba la niña de Little Miss Sunshine. Bueno, igual no creció bonita, no importa, pero que onda con el exceso de maquillaje que le pusieron, más bien parecía del elenco de las de Twilight. Y la segunda es, todo este asunto de la bola que baja en NY. A lo mejor hay que estar ahí para entenderlo, o de plano ser neoyorquino, pero a mí no me impresionó en lo más mínimo. Esperaba que cuando terminara de bajar explotara y salieran palomas volando o de perdis confeti. 
Quiero creer que más bien que la película no supo reflejar la importancia y espectacularidad del asunto, así que no juzgaré el evento como tal hasta que lo haya visto en vivito y en directo.
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