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viernes, 4 de enero de 2019

American animals

En el 2004 cuatro estudiantes universitarios planearon el robo de uno de los libros más valiosos del mundo, cuatro volúmenes de Birds of America de J.J. Audubon, un libro del 1800 con ilustraciones de pájaros, elaboradas por el autor, valuado en unos 12 millones de dólares. Este libro forma parte de la colección de libros raros de la biblioteca de la Universidad de Transylvania. Es un caso real. Algunos lo llaman el robo más audaz de la historia, yo diría que uno de los más torpes. Estos tipos, estaban aburridos, no es que fueran pros o tuvieran necesidad, vieron una curiosidad, la transformaron en oportunidad y ya está. Querían hacer algo extraordinario. ¿Hay algo más gringo que esto?

¿Y cómo planearon el robo? Pues viendo pelis sobre robos, como Ocean's 11 o literal, googleando "cómo planear un robo", incluso usaron los mismos nombre clave que el Perros de Reserva. Listos, listos, como que no eran. Al principio eran dos, pero se dieron cuenta de que necesitaban un chofer, así que reclutaron a otros dos. Otros dos aburridos y ociosos. 

Nos son personajes heroicos o carismáticos. Casi pudiera uno sentir alguna simpatía hacía ellos, una simpatía de esas de porque son medio gueyes, pero ya en medio del robo se les pasó la mano con la bibliotecaria, que era una señora mayor, y la simpatía se esfumó. 

El director Bart Layton, me da la impresión de que siente atracción por este tipo de criminales incompetentes o con extrañas motivaciones. Aquí, intercala la ficción del pasado, de la planificación y del robo, con entrevistas con los familiares y los mismos ladrones que pasaron unos siete años en la cárcel y ya están libres.

La encontré entretenida y la historia me dio curiosidad. Los tipos no me interesaron en lo absoluto, el libro sí.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Museo

Me pasó una cosa rara al ver esta película. Todo el tiempo mantuve una conversación interna sobre lo que estaba viendo. Como en esas películas que incluyen la narración del director que va haciendo comentarios. Así me sentí. Y además, como si estuviera fuera de mí viéndome en la sala de cine, por momentos intrigada, por momentos aburrida, y contándome lo que veía, no lo que sucedía, sino cosas como "Mira, pero qué mal están las actuaciones", o "Qué curiosa manera de narrar el robo, me está gustando", o "No sé qué hacer con esta música, el contraste hiper dramático e intenso ¿me gusta o me asusta?"

Así me la pasé todo el tiempo. No me irritó verla, pero me pareció bastante mala. La historia original no, y por eso quise ver la peli. En la Nochebuena del '85 dos jóvenes robaron más de 100 piezas del Museo de Antropología y nadie supo nada hasta cuatro años más tarde en que un narco detenido entregó a uno de los ladrones, osea recuperaron las piezas de chiripa. Cliquéen aquí para leer un artículo al respecto que ilustra mejor que la película.

Hay muchas razones por las que no me gustó esta película. Gael me suele gustar y aquí no lo hace mal, pero ya no se ve tan chavo y yo creo que la edad de los ladrones en este caso es importante. Se desconoce la razón del robo. Y al ver que tenían veintipocos años, eran universitarios, sin aparentes problemas económicos, me puedo imaginar que lo hicieron por diversión, por pendejos, por ociosos. Tons, el tener a estos dos actores Gael y el otro, que no parecen jóvenes, menos el otro (Leonardo Ortizgris) que no se ayudó con el bigote, es distractor porque no convencen con la juventud, sí con la estupidez, pero no con la juventud. Además, el Wilson/Ortizgris, me pareció fatal y casi no se le entendía. Cuando narra sobretodo, suena terrible. Las actuaciones de los papás de Juan/Gael, también están fatales, y todo el conflicto familiar me sobró.

Lo que en general sí me gustó fue la música y que usaran La Noche de los Mayas en el museo fue un interesante contraste, pero una vez...no a cada rato (exagero, ya sé).

Yo esperaba una película sobre el robo, la planeación, la elección de las piezas, la práctica de cómo desarmar las vitrinas, pero cuando llegamos a la historia eso está como avanzando y no dan grandes explicaciones. ¿Cómo es que estos dos chavos, que parecían buenos para nada, se organizaron y tuvieron éxito? 

Luego llega el robo, que no me pareció mal la manera en que está resuelta la narración. 

Luego se van a buscar a un cuate con contactos, posibles compradores. Y aquí está la otra cosa que es interesante y es que esas piezas no se pueden vender. Nadie las quiere por el valor y el significado que tienen. ¡Qué chasco! Esa parte es muy buena y no la exploran más.

Luego van a Acapulco y uno ya se empieza a cansar porque así pueden seguir el resto de nuestras vidas. Hay más drama, los amigos se pelean, una peda en la playa, pérdida y recuperación de la mochila con piezas, bla, bla. Los recursos visuales que al principio, durante el robo, habían estado interesantes, se repiten y se repiten, el director suelta todos sus efectos y técnicas favoritos, un zoom laargo y lento a una palmera y luego a un piano, uff!, una persecución con la cámara toda movida, claroscuros, una extrañisima y desconcertante pelea en un bar (que más bien pareció un chiste interno de la producción).

No tengo ningún problema en que la historia no sea igual a la historia original, sino en que los puntos más atractivos y divertidos de la aventura quedaron muy por encimita. Si la intención era algo más profundo con un toquecillo social, digo porque hace mucho énfasis en que son de Satélite, o algo así, pues mejor hubiera hecho otra cosa. Todo para cerrar con el conflicto hijo-padre, en que casi le dice que quería hacer algo para que su papi se sintiera orgulloso. Bla, bla, bla.

martes, 2 de enero de 2018

Logan Lucky

Se dice que los hermanos Logan tienen una maldición de mala suerte. Clyde Logan (Adam Driver) está convencido. Su hermano mayor Jimmy (Channing Tatum) no tanto, pero él tiene un problema en la rodilla y a Clyde una mina le voló un brazo. Jimmy no cree en eso, entre otras cosas porque a su hermana menor Mellie no le ha pasado nada.
Viven en Carolina del Norte y no es que les vaya muy bien, pero Jimmy ha planeado un gran robo que les solucionará la vida. Van a robar el dinero de una carrera en un autódromo de NASCAR. 

La cosa es que no sabemos si son muy listos aunque parezcan muy estúpidos, o se cumplirá la maldición y no les saldrán las cosas. 
De entrada se asocian con Joe Bang (Daniel Craig), un especialista en explosiones que tiene el pequeño inconveniente de que está encarcelado y todavía le quedan algunos meses de condena. Así que parte del plan es sacar a Joe por un día. Las probabilidades de éxito se complican al exigir Joe que sus dos extraños y aparentemente inútiles hermanos Fish y Sam, sean parte de la operación.

Ah, pero es Steven Soderbergh quien está detrás de esta divertida película y ya sabemos lo bien que se le dan las "heist movies". A diferencia de la elegancia y sutileza de los de Ocean's Eleven, tenemos a los torpes y rudos red necks que alguien bautizó como los Ocean's Seven Eleven. 
Y aunque dudemos, el plan es sólido. A diferencia de muchas películas de este género, en donde vamos viendo cómo planean y ejecutan el robo, aquí nuestra visión es limitada. Nos enseñan partes del plan y hay partes de la película que no sabemos si están o no planeadas, si el asunto ya se fue por el caño o qué.
Y de repente hay sorpresas inesperadas y muy divertidas, como cuando le llega a Joe el momento de hacer su parte. Es brillante. En la escena del motín en la cárcel también me reí mucho con la discusión sobre las novelas de Game of Thrones. Y el lío con la prótesis de Clyde es tronchante. 

Ver a Daniel Craig en un papel así es desconcertante, pero se supera el shock. Todos están extraños, no sé si influye lo raro que hablan. Unos tienen acentos muy marcados y Adam Driver, por ejemplo, habla un poco como Forrest Gump. Esto no sé si es bueno o malo.

Las películas de Soderbergh yo las dividía entre las que casi no tienen recursos y son muy experimentales, como Bubble, y las que tienen harta lana y están llenas de actores famosos como Ocean's Eleven. También salen Katie Holmes (de ex esposa nefasta, lo que le sienta bien) y Hillary Swank de agente del FBI y Seth McFarlane como un corredor de autos. Esta está a la mitad. Tiene actores muy conocidos, pero Soderbergh se mantuvo alejado de los grandes estudios y productoras para poder mantener su control creativo. Dirige, filma, edita, su mujer escribió el guion y hasta la publicidad la hizo él.

domingo, 20 de agosto de 2017

Baby Driver

Baby Driver, la nueva película de Edgar Wright (Shaun of the dead, Scott Pilgrim,The World's End) no es comedia como las que acabo de nombrar, es sobre un chico que se hace llamar Baby (Ansel Elgort), que se ha involucrado involuntariamente con Doc (Kevin Spacey), un tipo que organiza robos. Cada nuevo trabajo lo hace con un equipo diferente. Al único que repite es a Baby, el chofer, hasta que su deuda con Doc sea saldada, que es ya prontito. Como es de esperar después de saldada la deuda, Baby no logra zafarse, pues Doc amenaza con lastimar a su padre adoptivo y a la chica que le gusta, Debora AKA Lady Rose de Downton Abbey. 

Nada de esto es muy original, y sin embargo no importa. Cuenta con muchos elementos que la hacen entretenida. Uno de ellos, el principal, es el uso de la música. Baby sufre de tinnitus(razón de sobra que luego tienen las películas de justificar de más) y por eso necesita escuchar música todo el tiempo. Un soundtrack de lo más atractivo, como imaginarán. El director juega con esto, como si la acción, la historia, los personajes estuvieran vistos desde el punto de vista de los oídos de Baby. Baby parece aislado de lo que ocurre a su alrededor, algunos de sus colegas, incluido el insoportable Jamie Foxx, y el otro más insoportable, el que tiene nariz de boxeador que solo sale al principio (ya saben, el que era el mejor amigo del principal de The Walking Dead y muere y se hace zombie... argh bueno y que es un decente Punisher en Daredevil),  se preguntan si está bien de la cabeza. 
La presencia de Jamie Foxx hace que eso que les decía de la falta de originalidad se acentúe pues luego luego al verlo ya sabemos que la película se va a ir a pique en todos los sentidos. También sale John Hamm que no está mal hasta que la película se va a pique en la última parte. Igual no es completo hundimiento, pero sí que pierde la brújula. Lo único constante es el soundtrack y los chicos enamorados.
El personaje de Kevin Spacey, un personaje que no le requiere gran esfuerzo, toma decisiones no muy convincentes para una mente criminal que hasta ese momento no había demostrado ningún aspecto romántico y/o humano.

Todo esto ocurre en la última parte así que aún así hay muchos minutos de diversión con las secuencias de coches y el buen ritmo que mantiene toda la película.

La película además, tiene un curioso aire retro; Baby bien podría venir de los 50's como es su fantasía. Él y Debora son los personajes que más me convencieron.

Me encantaría decir que me siento identificada con Baby porque soy una as del volante, pero no. Pero eso que se ve en Baby cuando se enchufa a sus ipods mientras espera en el coche a que sus socios terminen con el robo o cuando camina por la calle en busca del rutinario café, eso sí lo entiendo y lo comparto. Llevar audífonos en la calle le da otra luz a la realidad. Por lo pronto, el soundtrack ya está en mi ipod.

domingo, 1 de enero de 2017

Masterminds

Del director de Napoleón Dinamita y Nacho Libre,  llega esta nueva y divertida comedia basada en el gran asalto al banco Loomis Fargo que ocurrió en 1997. El segundo asalto más grande de cash, ¡$17 millones de dólares!

Enamorado y manipulado por una chica guapa Kelly/Wiig, David Ghantt/Galifianakis, chofer de camiones blindados, "organiza" el asalto a su lugar de trabajo. Es un imbécil redondo que por supuesto no se da cuenta de que es el títere de Steve/Wilson, un ladrón de sillas de ruedas. Del trabajo sucio se encarga David y de la lana Steve. El plan es que David y Kelly huirán a México y vivirán felices, pero las cosas se tuercen desde el principio, David hará todo por sobrevivir (a pesar de sí mismo), mientras Steve hará todo para que no lo logre.

Hace mucho que no veía una comedia gringa tan divertida, con buenos gags, mucha acción y situaciones tontísimas de lo más inspiradas. Hasta el momento de escribir esta reseña me di cuenta de quién era el director, Jared Jess, y me dije, ¡con razón! Ese ese tipo de humor más inocentón y blanco, no sé cómo llamarlo, un poco retro, ya saben, del tipo que se tropieza, se queda encerrado, que llega a soluciones complicadas y chistosamente peligrosas.

Los tres actores principales me caen muy bien, Zach me parece divertidísimo, y aquí está aún mejor, porque se salió un poco de lo que siempre hace...osea, sí sale de estúpido, pero está más chistoso y ese peinado a lo príncipe valiente es lo más. Lo único inexplicable es la presencia de Kate Mckinnon, se me hace malísima y cero chistosa (para mi ella le dio números negativos a las cazafantasmas), ya ni su personificación de Justin Bieber en SNL, me hace graciosa.
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