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miércoles, 17 de junio de 2015

La Sal de la Tierra

Descubrí el trabajo de Sebastião Salgado en el suplemento semanal de El País. Es un fotógrafo impresionante. Su trabajo es predominantemente social, los inmigrantes, los trabajadores, la guerra, la pobreza, los modos de vida, a través de los rostros de la gente, sus miradas y actitudes. No puedo mas que admirar sus imágenes, son visualmente impactantes, el contenido es estremecedor, emotivo (pero en el buen sentido, no en el sobre uso que se le suele dar), y dejan un nudo en la garganta.

Con esta película ocurre lo mismo.

La gente es la sal de la tierra. Salgado ha fotografiado gente durante cuarenta años. Motivado y apoyado por su mujer, Lélia, ha viajado por todo el mundo con proyectos personales relacionados con el hombre. Pasó un buen rato recorriendo América Latina para su proyecto Las Otras Américas. Viajó por todo el mundo fotografiando trabajadores para su proyecto Trabajadores: Una Arqueología de la Era Industrial.

Entre 1984 y 1985 la zona del Sahel en África sufrió una sequía terrible y junto con las diferentes guerras en la región, hubo un movimiento de gente tremendo. Las imágenes obtenidas durante este tiempo y las que realizó cuando viajó a Ruanda son muy impactantes. Con las imágenes sobre los bomberos apagando pozos petroleros uno no puede más que apreciar lo visual, pero en estas de la hambruna y la guerra...uff es difícil mantener los ojos abiertos.

Gran parte de la película son las fotos de Salgado y él platicando sobre lo que ve y vio en el momento de sacarlas. Es muy interesante escuchar sus impresiones, sus observaciones, lo mucho que se involucró con la gente y las situaciones que retrató.

Esta película está dirigida por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, el hijo mayor de Sebastião. Un día, ya adulto, decidió ir con su padre a una de sus excursiones. Iba a hacer una película sobre él, un poco para ver quién era este hombre aventurero que no pasó mucho tiempo con él durante su infancia. Más tarde invitaron a Wenders para que se les uniera. El resultado es una película extraordinaria que cuenta de una manera muy curiosa, la vida de este fotógrafo. Generalmente, en los documentales, el director observa y cuenta su historia desde la distancia, sin intervenir. Este documental me recuerda a los de Werner Herzog en donde él es un personaje en la historia. Aquí, Wenders nos dice algo así como “les voy a hablar sobre un cuate mío que es genial…” Nos cuenta su primera impresión cuando vio una foto de Salgado y cómo lo llegó a conocer y en la película se nota que se conocen bien y se respetan.

Entre foto y foto, Wenders y Juliano  van contando sobre la vida de Sebastião, su infancia y juventud, sobre su Lélia, sobre su padre y el “rancho” en donde creció y cómo el reforestarlo ayudó un poco a curar su ánimo después de sus vivencias en África.

Después de unos años de "pausa", después de unos años de dedicarse a su rancho, decide emprender un nuevo proyecto Génesis, una reflexión sobre la naturaleza, sobre el hombre y su interacción con ella. Es un homenaje a la belleza del mundo y un llamado a su conservación.

Esta es una de esas películas que no se pueden perder. Es valiosa en muchos sentidos. Y si quieren ver más trabajo de Salgado sigan los links que llevan a la agencia Amazonas Images de Salgado y su esposa.

lunes, 18 de abril de 2011

Lumière et compagnie

Esta película es una de las que yo pondría en mi cajón de tesoros. No exactamente por lo que se ve sino por el objetivo. Se me hace agua la boca cuando muchos directores se reúnen con cortometrajes. Generalmente es una decepción, pero aún así, cuando sale una nueva película de cortometrajes, se me vuelve a hacer agua la boca.

Con motivo del 100 aniversario del nacimiento del cine se hizo Lumière et Compagnie (1995). Aquí se reúnen un montón de directores (40) para hacer cada uno, un corto de 52 segundos, con la misma cámara con la que los hermanos Lumière hacían sus películas. ¡¿A poco no es esto de lo más emocionante?!
Motivo suficiente para entrar en mi cajón de tesoros.

Qué maravilloso juego, y si yo me emociono, imagino que filmar con esa cámara debe ser el sueño de todo director.
Y así como un juego lo tomaron estos directores. Se los ve divertidos, sonrientes, pasando un buen rato.
Y eso, ¡se los ve! Pocas veces tiene uno oportunidad de ver a un director (bueno los puede uno googlear, pero no es lo mismo). Qué raros, qué ajenos. Jamás pensé que Fernando Trueba fuera bizco, o que Zhang Yimou fuera así, y siempre me imaginé a Peter Greenaway más bizarro, pero no. Ah y qué simpático Jacques Rivette; me parece que no he visto nada de él, lo consideraré para un futuro maratón.

Casi se me pone el ojo remi cada vez que salen los directores y no se bien por qué porque no conozco a la mayoría, y los franceses, en particular se me revuelven todos en una enorme y única filmografía.

Bueno, el chiste es que estos 40 fueron invitados a participar y les hicieron tres preguntas y les impusieron unas cuantas reglas: la duración del corto, que el sonido no estuviera sincronizado con la imagen y sólo tres tomas. Les preguntaron que si el cine era mortal, que por qué filmaban y que por qué aceptaron filmar con esta cámara.

Los cortos están variados, unos muy logrados, otros no tanto, pero como dije al principio, es el hecho lo que vale la pena, no tanto el resultado. Me gustó y me resultó desconcertante el aspecto visual (blanco y negro, poca definición) en contraste con la modernidad. El primer corto es una recreación de "La llegada del tren". Igualito, pero con el tren moderno.
Las soluciones de sonido de algunos también estuvieron interesantes, Y bueno la música de toda la película me gustó mucho, no es lo más importante, pero creo que sirvió como los cubos de Knorr Suiza, para resaltar las cualidades de todo lo demás.

Mi favorito fue el de Claude Lelouche, una escena de amor que se filma igualita con el paso del tiempo, las cámaras, la moda, el equipo cambia, pero la escena permanece.
También me gustó el de John Boorman que filma mientras se filma "Michael Collins".
El de David Lynch, muy suyo, y que le guste a quien le guste David Lynch. Debo decir, eso sí, que fue de los más creativos y de los que más jugo le sacó a las limitadas opciones que tenía.

Disfruté mucho con esto y cómo me gustaría ver la camarita en persona, y por qué no, filmar algo.
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