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sábado, 5 de enero de 2019

Lazzaro feliz

El tiempo es un importante y particular personaje aquí. 
Al principio no queda muy claro en que año está ocurriendo la historia. Es un ambiente rural con un montón de campesinos. Y entonces hay una discusión sobre un foco, más tarde se ve un coche viejo y más adelante un celular de los que se abren. Y es que aquí en la Inviolata, una especie de ranchería, vive un grupo de aparceros que trabaja para la Marquesa de Luna, "La Reina de los Cigarros". Trabajan muy duro y siempre tienen deudas. Lazzaro forma parte de esta comunidad, tiene como veinte años, es dócil e inocente. No le dice no a nadie y de alguna manera todos se aprovechan de él. No es que sea el tonto del pueblo, es que es más bien puro, súper honesto. 
Resulta que esta comunidad ha vivido engañada y aislada durante muchos años. La Marquesa les ha mentido y los ha mantenido controlados y supongo yo, esclavizados, aprovechando que años atrás el río rompió comunicaciones con la civilización. 
El hijo de la marquesa, Tancredi, no está de acuerdo con todo esto, pero tampoco hace gran cosa por resolverlo. Y es esa rebeldía inútil conoce a Lazzaro y surge una amistad entre ellos y este es el detonante que destapa el Gran Engaño de la Marquesa.
Muchos años después vemos a algunos de estos campesinos, ahora en la ciudad, en libertad, viviendo en condiciones lamentables y sin haber tenido idea alguna sobre qué hacer con su futuro. Los viejos odian a la marquesa y los jóvenes, que eran muy chicos como para haber sufrido sus abusos piensan si no será una buena idea regresar a la hacienda y echarla a andar de nuevo.

La directora Alice Rohrwacher crea aquí una especie de fábula y también un comentario social sobre la modernidad, el futuro, lo rural Vs. lo urbano de una manera poética, con algunas imágenes muy pictóricas y bonitas, como por ejemplo, la escena de la música en la iglesia. La cinematografía está muy muy bien.

Y ahí, en medio de todo y de todos, está Lazzaro, que es felíz al ver a los demás felices. Interpretado estupendamente por el novel actor Adriano Tardiolo.

Es una película arriesgada, no fácil, con una primera parte muy bien lograda, luego una sorpresa bienvenida, y una última parte que no me dejó muy convencida porque siento que no cierra bien, pero no tengo una propuesta para un mejor cierre.

sábado, 15 de octubre de 2016

Mommy

Xavier Dolan es un director que me gusta cada vez más. Me resulta sorprendente lo joven que es (1989) y la cantidad de películas que tiene (6).
Su presencia en festivales se está haciendo una constante. Sus nominaciones, tanto en dirección como en guión, son numerosas. Esta, Mommy, se llevó el premio del jurado en Cannes.

Las historias de Dolan suelen ser fuertes y muy dramáticas, dramones ahora sí,  sin burla telenovelera. Así para contadas, pues seguro que no son entretenidas, pero son cine, y uno de buena calidad. Buen guión, buena dirección y muy buenas actuaciones (hasta salió buen actor, el muchacho).

En Mommy, desde el inicio se plantea de qué va el asunto y en vez de chafarnos nos llena aún más de angustia. 
En una Canadá ficticia hay una nueva ley que permite que padres con hijos conflictivos que estén en un apuro económico, y cuyos hijos pueden resultar una amenaza de carácter físico o psicológico pueden, sin mayor trámite, ir a dejar al chamaco a un hospital psiquiátrico a cargo del Gobierno. 

Ocurre en algún lugar de Québec, cerca de Montreal (creo). Esto sólo lo digo porque hablan francés, pero un francés súper raro que me dejó frustrada porque no le entendí y no se si así es el quebecois o era francés de barrio o qué; a mí me sonó a francés con cantado brasilerio. En fin, esto sólo es un paréntesis de carácter curiosillo.

Die es una viuda con un chico de 16 años que tiene algún tipo de déficit hiperactivo. A Steven lo acaban de correr del centro en el que estaba porque atacó a un compañero e incendio el lugar. Ahora Die se tiene que encargar de él, hacer home schooling para que termine la escuela y además se queda sin trabajo. Steven es simpático, encantador, intenso, terco, respondón, y en un tris se sale de control y se vuelve violento y peligroso. Die es fuerte, fuertísima y sabe más o menos cómo controlarlo, pero es difícil.
Un día entra en escena la vecina, Kyla. Y la vida de los tres cambia notoriamente. Kyla también tiene sus traumas y líos familiares, de los cuales sabemos muy poco y está bien. Logra conectar con Steven, se lleva muy bien con Die y se convierte en la maestra del chico mientras la mamá va a trabajar. 

Sin todo fuera bien, no tendría chiste, va bien a veces sí y a veces no. Dolan es un narrador muy bueno, pero aquí lo realmente alucinante son las actuaciones (osea que además de las virtudes antes mencionadas, Dolan es un excelente director de actores. Se nota también en la de "Tom en la granja"). Los dramas dramones de este tipo están siempre en un delicado balance de tono, si se pasan se hacen telenovelas o pelis solemnes latinoamericanas (fizzzz me ha caído el rayo de la incorrección), si no llegan a tono se hacen sensibleras facilotas a lo gringo (fizzz fizzz).
Dolan tiene sus historias bien agarradas y la calidad de las actuaciones es fundamental en este balance.

Steven y su mamá son rudos, se hablan con groserías, son poco educados y cero melosos (aquí en México, muchos se escandalizarían por cómo se llevan), pero se quieren incondicionalmente; son directos y se aceptan como son y con lo que tienen. Lo que pasa es que Steve es mucho Steve. 
Kyla entra a su mundo, así como nosotros lo hicimos escenas antes, un poco alucinada, un poco escandalizada con la violencia verbal y gestual, hasta que acepta la dinámica, no se une, pero es bienvenida así como es. Pareciera que para ella de repente Die es mucha Die, y sin embargo le sienta bien.

No suelo conmoverme mucho con las pelis. Y esta me tomó por sorpresa. Has pasado varios días y sigo con imágenes, sigo pensando en Steve, en Die y en Kyla. ¡Qué peliculón!

Dolan ha subido rápido entre mis favoritos. Tiene una energía, unas ganas de provocar y hacer ruido que me atraen. Su edad y su constancia me hacen esperar Dolan para mucho tiempo.

viernes, 3 de junio de 2016

Hrútar / Carneros

En un pueblecito islandés dedicado a la cría de carneros, surge la amenaza de que los animales del valle entero se hayan contagiado de una enfermedad llamada tembladera. Para evitar esto, la autoridades deciden sacrificar a todos los animales.

Gummi y Kiddi, son dos hermanos que crían un tipo de carnero muy apreciado. Viven en el mismo terreno, pero no se hablan desde hace 40 años y cada uno administra su propia granja.

Esta terrible desgracia, les afecta tremendamente. Kiddi, se deprime y se emborracha y Gummi, bueno, esa es parte de la historia que no les puedo contar. Lo que sí puedo decirles, es que esta decisión, lleva a que los hermanos se unan y se vuelvan a hablar (que hablar, hablar, no es como nuestro hablar. Acostumbrados como están, a la soledad y a la poquita gente, como que sólo dicen lo necesario).
Dirigida por Grímur Hákonarson, Hrútar ganó en 2015, el premio en la categoría Un Certain Regard, en Cannes. Esto y el que el año pasado vi la de Historias de Hombres y Caballos, que me encantó, me llenó de expectativas para verla.
El aspecto geográfico/cultural, está muy interesante, pero la historia, que pinta bien, pierde su camino y termina de una manera abrupta que no me convenció, y que me hizo pensar que el director no supo cómo terminarla. Creo que uno de los problemas principales es el tono. Creo que tendría que haber mantenido más el lado cómico peculiar (que me recordó al humor de la de los caballos), pero se fue por una especie de melodrama injustificado. También les faltó presencia a los animales, están muy chistosos y no les sacaron provecho, ni a ellos ni a la vida alrededor de sus cuidados. Al inicio parece que así será, con el concurso de carneros y la veterinaria dando las razones de por qué ganó fulano carnero (¡por un músculo!), con los otros granjeros, los apuros económicos, y demás. Pero en algún lado del camino, nos perdimos, de hecho nos perdemos al mismo tiempo que se pierden los hermanos, y luego plaf, se acabó la peli.

miércoles, 17 de junio de 2015

La Sal de la Tierra

Descubrí el trabajo de Sebastião Salgado en el suplemento semanal de El País. Es un fotógrafo impresionante. Su trabajo es predominantemente social, los inmigrantes, los trabajadores, la guerra, la pobreza, los modos de vida, a través de los rostros de la gente, sus miradas y actitudes. No puedo mas que admirar sus imágenes, son visualmente impactantes, el contenido es estremecedor, emotivo (pero en el buen sentido, no en el sobre uso que se le suele dar), y dejan un nudo en la garganta.

Con esta película ocurre lo mismo.

La gente es la sal de la tierra. Salgado ha fotografiado gente durante cuarenta años. Motivado y apoyado por su mujer, Lélia, ha viajado por todo el mundo con proyectos personales relacionados con el hombre. Pasó un buen rato recorriendo América Latina para su proyecto Las Otras Américas. Viajó por todo el mundo fotografiando trabajadores para su proyecto Trabajadores: Una Arqueología de la Era Industrial.

Entre 1984 y 1985 la zona del Sahel en África sufrió una sequía terrible y junto con las diferentes guerras en la región, hubo un movimiento de gente tremendo. Las imágenes obtenidas durante este tiempo y las que realizó cuando viajó a Ruanda son muy impactantes. Con las imágenes sobre los bomberos apagando pozos petroleros uno no puede más que apreciar lo visual, pero en estas de la hambruna y la guerra...uff es difícil mantener los ojos abiertos.

Gran parte de la película son las fotos de Salgado y él platicando sobre lo que ve y vio en el momento de sacarlas. Es muy interesante escuchar sus impresiones, sus observaciones, lo mucho que se involucró con la gente y las situaciones que retrató.

Esta película está dirigida por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, el hijo mayor de Sebastião. Un día, ya adulto, decidió ir con su padre a una de sus excursiones. Iba a hacer una película sobre él, un poco para ver quién era este hombre aventurero que no pasó mucho tiempo con él durante su infancia. Más tarde invitaron a Wenders para que se les uniera. El resultado es una película extraordinaria que cuenta de una manera muy curiosa, la vida de este fotógrafo. Generalmente, en los documentales, el director observa y cuenta su historia desde la distancia, sin intervenir. Este documental me recuerda a los de Werner Herzog en donde él es un personaje en la historia. Aquí, Wenders nos dice algo así como “les voy a hablar sobre un cuate mío que es genial…” Nos cuenta su primera impresión cuando vio una foto de Salgado y cómo lo llegó a conocer y en la película se nota que se conocen bien y se respetan.

Entre foto y foto, Wenders y Juliano  van contando sobre la vida de Sebastião, su infancia y juventud, sobre su Lélia, sobre su padre y el “rancho” en donde creció y cómo el reforestarlo ayudó un poco a curar su ánimo después de sus vivencias en África.

Después de unos años de "pausa", después de unos años de dedicarse a su rancho, decide emprender un nuevo proyecto Génesis, una reflexión sobre la naturaleza, sobre el hombre y su interacción con ella. Es un homenaje a la belleza del mundo y un llamado a su conservación.

Esta es una de esas películas que no se pueden perder. Es valiosa en muchos sentidos. Y si quieren ver más trabajo de Salgado sigan los links que llevan a la agencia Amazonas Images de Salgado y su esposa.

lunes, 27 de abril de 2015

La imagen perdida

Rithy Panh fue sacado de su casa, de su barrio, de su ciudad, junto con sus familiares y amigos, un día de 1975. Tenía 13 años. Vivía en Cambodia. Esta es su historia. Esta es, más bien, la historia, de esos años en que los Jémeres Rojos controlaron y devastaron al país.

Con una narración mesurada y directa, en voz de un narrador, Rithy Panh nos cuenta esa parte de la historia que los Jémeres no mostraron en su propaganda, en sus películas. Nos narra esa parte de la historia, esa imagen perdida, que tiene que existir. La imagen de la verdad, de la que nadie conoce porque no hay registros. Y como él dice, es gracias al cine que esa imagen puede existir.

Él es el director, el escritor y el protagonista de este drama. Es una historia dolorosa, shockeante, injusta, elaborada de una manera impresionante. El uso de figurillas de barro y dioramas para ilustrar los párrafos de este periodo es impactante. Hay escenas visualmente increíbles; es extraño decirlo, es extraño encontrar belleza en escenas tan fuertes (más extraño es escribirlo, la verdad).

Las figurillas, realizadas por el escultor Sarith Mang, son muy curiosas e increíblemente expresivas. Lo que al principio se siente como maquetas y monitos superpuestos, rápidamente se transforma en un lenguage, el particular de esta historia, que sin esta manufactura, estoy segura, no hubiera tenido el efecto y el impacto que tiene. Los monitos se convierten en personajes, los paisajes y las palmeras falsas tienen atmósfera, se siente en todo el dolor, la pérdida y el sufrimiento de los habitantes del campamento, de Rithy Panh y su familia.

Rithy Panh recuerda cuando su padre decide dejar de comer como acto de rebelión, y cuando lo entierran, recuerda la pérdida de sus hermanas y de su madre por culpa de la mala alimentación y las condiciones insalubres y la desaparición de su hermano mayor, tal vez porque era todo lo que los jemeres no aprobaban.

Intercalado o como fondo, entre uno y otro diorama, vemos imágenes de archivo de los Jémeres Rojos, sobre las maravillas que están logrando, la igualdad entre los ciudadanos, la reeducación de los niños. Entre una y otra consigna Panh nos cuenta una realidad totalmente distinta.  

En alguna entrevista Panh habla de la importancia de hacer esto, de demostrar que aunque los jemeres mataron a mucha gente y destrozaron muchas vidas, los sobrevivientes están aquí para contarlo, porque ni sus corazones ni sus cabezas fueron destruidos.

Vean el tráiler: https://youtu.be/usHaPDaIGio

martes, 21 de abril de 2015

Timbuktu

La pacífica vida de un pueblo en la región de Timbuktu se ve interrumpida y alterada por un grupo de jihaidistas venidos de lejos con armas y un montón de nuevas reglas y prohibiciones.

Muchas de ellas son totalmente absurdas y supongo que sirven para demostrar quién manda. Los hombres deben usar sus pantalones sancones, las mujeres deben de estar completamente tapadas y usar guantes, no importa si es la pescadera que tiene que meter las manos en una cubeta con agua para sacar sus pescados. Todo tipo de música está prohibido, tocar un instrumento, cantar, bailar. El fútbol está prohibido. Conforme pasan los días aparecen nuevas prohibiciones. No se vale estar en la calle sin hacer nada, no se vale pajarear en la entrada de las casas.

El imán del pueblo, con calma y mucha sabiduría, trata de razonar con el líder de esta auto proclamada policía islámica. Que si por favor no entren a la mezquita armados, que la gente se está quejando por tanta regla, que no se vale que hayan tomado una chica a la fuerza para darla como esposa a uno de los soldados. Y el líder responde a todo esto con gran convicción, seguro de que el soldado merece a esa chica porque es un buen soldado, un gran creyente.

El director, Abderrahmane Sissako, va uniendo las diferentes historias con fluidez y sensatez. Es un gran drama, uno de esos que desespera, que lo hace a uno sentir mucha impotencia, por la injusticia, por lo absurdo, por la imposición, pero el tono con el que está narrado es un tono sereno, no falto de crítica, pero que trata de mostrar también la humanidad de los invasores. La humanidad no en el sentido de que se sientan mal por lo que hacen o porque decidan ayudar a alguien, sino en el sentido de que ni ellos entienden todas las reglas y muchas de esas cosas prohibidas son también parte de su vida. El fútbol está prohibido y sin embargo los soldados no pueden evitar discutir sobre quién es mejor si el Barcelona o el Madrid; uno de los jefes fuma a escondidas, a pesar de que todos saben. Estamos acostumbrados a que el malo sea súper malo y el bueno súper bueno, pero aquí no es tan fácil, y eso no justifica a los invasores, no los perdona tampoco, es sólo que, al igual que el chico soldado que no es capaz de creerse que dejó el rap porque era algo malo, esto jihaidistas bien podrían estar del otro lado.

Una de las historias principales es la de un pastor y su familia que viven plácidamente en el desierto. Un conflicto vecinal y la muerte de una de sus vacas desatan un drama esperado, con un final un tanto inesperado. La policía islámica es la autoridad encargada de aplicar la ley (por ningún lado vemos al gobierno o a la policía común y corriente, es extraño, tal vez se sometieron como el resto del pueblo), en la cárcel vemos mujeres que probablemente no estaban vestidas correctamente, en otra escena vemos a un par de adúlteros enterrados hasta el cuello y luego muertos a pedradas. El pastor asume la responsabilidad de su crimen y acepta que su destino esté en manos del perdón o no de la familia del pescador que mató. La posibilidad de salvarse pagando con una enorme cantidad de vacas está fuera de su alcance. 
Situaciones como esta le hacen a uno pensar que la historia ocurre en un pasado muy remoto, y es desconcertante cuando los personajes sacan su celular.

En toda la indignación y desesperación que me provoca una situación así, encuentro la película impresionante, porque además de la parte narrativa, está increíblemente bien hecha, con momentos visuales espectaculares y escenas muy bonitas y bien logradas, como la de los niños jugando fútbol, la de los músicos, y la de la familia del pastor pasando la tarde en su tienda. Son estas escenas las que reflejan el ánimo del pueblo, su forma de vivir, y tal vez gracias a estas entendemos que su sometimiento es un sometimiento desconcertado, no con miedo o ira, tampoco uno resignado.

El cartel de la película tiene una frase en donde Le Figaro le otorga su Palma de Oro. No he visto todas las otras competidoras, pero sí varias, incluida la ganadora. Y yo también se la daría a esta (en realidad se la daría a cualquier otra, menos a la ganadora), por la manera en que está filmada, por la manera en que está narrada, porque habla de un tema que le compete a todos y no es el de la religión, sino el de esta manía de meter las narices en la vida de los demás y además imponer ideas y reglas a otros.

miércoles, 30 de enero de 2013

Melancholia

Melancholia (Lars Von Trier, 2011). Dos hermanas en el fin del mundo. Justine es una melancólica sin remedio, que no se adapta a su mundo, trata de casarse, sonríe en su boda, se esfuerza por querer a su marido, pero no puede. Claire es de esas personas que saben lo que quieren, que controlan su entorno, y cuando es más que inminente la llegada y el choque del planeta Melancolía con la Tierra, se siente perdida. Justine en cambio, mantiene la calma y de alguna manera disfruta la situación, no tiene nada que perder; Claire tiene un hijo, así que lo tiene todo que perder. 

melancolía.
(Del lat. melancholĭa, y este del gr. μελαγχολα, bilis negra).

1. f. Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.

Esta definición es tan precisa para la película, pero tan precisa, que pareciera que Lars Von Trier la leyó primero y de ahí generó su historia. Y creo que lo sosegado es una parte importante en la película. Es una película pausada, no lenta porque eso es peyorativo. Es pausada, se toma su tiempo para esperar el fin del mundo. Y así como las hermanas ven cómo se acerca el planeta, nosotros las acompañamos, con calma, con tiempo para observar y apreciar la fotografía, los colores, las actuaciones, la profundidad de los personajes, el cuidado de la manufactura, las locaciones, la música.

Es una película triste, sí, pero no es un dramón, ni es oscura y deprimente.
No resulta fácil explicar porque me gustó y la disfruté, así contada seguro que nadie querría ir a verla. A pesar de que sabemos que todos mueren, que unos están tristes y no pueden manejar la situación, a pesar de que tal vez nos asuste que Justine ni se inmute, es una película bonita, y como dice Von Trier, hasta con final feliz.

Tendré algo de melancólica, tal vez (no mucho eh, sólo lo suficiente), pero yo como que me identifiqué más con Justine que con su hermana.

miércoles, 12 de octubre de 2011

El Bosque del Luto

La historia empieza en un retiro de ancianos, o en una especie de manicomio, no me quedó claro porque todos parecen viejos, menos el protagonista que, aunque canoso, parece más loco que viejo. La protagonista, que es una asistente, es joven, pero tiene conflictos y al principio no queda claro que es asistente, sino que está confinada también. Y es sobre la relación de estos dos. Él perdió a su mujer hace 32 años y ella a su bebé hace mucho menos. A él, ella le recuerda a su mujer y ella como que lo entiende. Un día se van en coche a algún lugar. No me enteré de si ella lo llevaba a algún lado, o sólo se iban a pasear. No se escaparon, eso sí.
En el camino, parecía que ya llevaban un buen trecho manejado, aunque a mi me dio la impresión de que habían avanzado como diez metros, el coche se descompone y mientras ella va a buscar ayuda él se baja y se adentra en un sembradío de sandías. Ella lo sigue y se van alejando del camino, del coche y de la ayuda. Acaban, en un bosque y siguen adelante y bla bla bla, al final de la peli llegan a un árbol y se acaba. Por suerte. Yo me aburrí al minuto 3, pero seguí viéndola en caso de que fuera mi mood el que se aburrió y la peli fuese una joya cinematográfica. Pero no lo fue. Entendí la mitad y la otra no me importó. El que al final llegaran a un x árbol a entrar los diarios del señor no me interesó. La extraña relación entre ellos tampoco y no me la creí. La escena del río en que ella se trauma porque él se mete (cual río arroyo de mojarte los pies) es exagerada e incomprensible. La tipa se pone súper histérica porque él se mete y en un corte de escena se ve que una enorme y amenazante corriente de agua se dirige a ellos, pero la corriente sólo se escucha y nunca llega y además esa tamaña corriente no checa con el arroyo en el que están ellos.

Pero nada de esto importa porque lo mejor es ahorrarse esta historia. Yo, gracias a que la vi acompañada, me dediqué a platicar. La escogí porque un día, navegando, me encontré con el cartel y me gustó. Pero de veras que lo único padre son los campos (supongo que de té) por los que corren los protagonistas (sí, esos que se ven en el cartel). Esperaba un poco de cultura japonesa, costumbres y tradiciones, pero tampoco.
Mogari No Mori (Naomi Kawase, 2007), ganó el Gran Prix en Cannes 2007. Y no sé qué le vieron. Pero que voy a saber yo, ¿verdad?

Tristemente es uno de esos casos que sirven de apoyo a todos aquellos que dicen que el cine de arte es soporífero (aclaro que a mí el término cine de arte como que no me gusta, pero así dicen ellos. En resumen sería algo así: CINE DE ARTE=ZZZZ). Lo bueno es que es muy probable que no vean esta peli y que cuando entremos en debate no se les ocurra ponerla como ejemplo. Y si lo hacen, pues no tendré más opción que darles la razón.

lunes, 30 de mayo de 2011

Kinatay/ Butchered

Peping es un joven estudiante de la academia de policía de Manila. Tiene 20 años, está recién casado y tiene un bebé de siete meses. Para ganar un dinerillo extra se dedica a recolectar las ganancias de la venta de drogas en un parque. Es un trabajo muy menor y ni siquiera pertenece de manera directa a la pandilla que hace los negocios. Una noche antes de ir a su casa y después de entregar la bolsa del dinero, uno de sus secuaces le dice que se vaya con ellos, que el jefe tiene un trabajito y que van a ganar un buen dinero. Peping duda un poco, pero acepta. Se sube a la van con su compañero. Adentro ya están el jefe, su segundo y otros dos. Nadie habla. El ambiente es tenso. Se detienen en un "table dance" y recojen a una prostituta llamada Madonna, quesque porque el jefe quiere hablar con ella. Ella se sube y no para de hablar, el segundo, que está al lado, se harta y se la madrea. Peping se pone aún más nervioso, la van sigue por la ciudad, pasan los minutos. Para que no la vean esconden a Madonna debajo del asiento. Esto lleva a otra tanda de tundas que la dejan inconsciente. En ese momento Peping y nosotros también, creemos que está muerta. Salen de la ciudad, de Manila, y siguen por la carretera, en un momento los personajes se estresan porque hay retenes y la policía parece seguirlos, pero finalmente detienen a otro coche. Peping empieza a sudar y a dudar. Cuando bajan a hacer pipí piensa en la posibilidad de salir corriendo pero no lo hace. Nosotros estamos igual de inquietos, esto no puede acabar bien para nadie, en especial para Peping. Sin embargo sigo teniendo la esperanza de que él se va a librar, sino ¿para qué nos cuentan esta historia? La van sigue por la carretera y se desvía a un camino más angosto. Esta parte de la película parece en tiempo real, y aunque no, se lleva gran parte de la duración total. Es muy larga, cansada, aburrida y al mismo tiempo muy pero muy inquietante, estresante. Casi me pierde en la atención, pero el qué va a pasar me mantiene sentada. Finalmente entran a un pueblo pinchurriento, es tarde, han viajado mucho rato. Llegan a una casa, meten la van en el garage y llevan a Madonna al sótano. No está muerta. Peping se mantiene al margen de los acontecimientos. El jefe y el sargento se ponen a "trabajar " con Madonna. Suponemos que la están golpeando. Resulta que se ha robado dinero y drogas y ya se hartaron. Peping, su cuate y el chofer son mandados a comprar cervezas y huevos de pato. Estos se venden en la estación de camiones. Aquí no duda y se sube a un camión, pero le hablan por teléfono, se raja y regresa con los demás. Mientras comen lo mandan a cuidar a la prostituta. Platican un poco los dos, Madonna le ruega que le ayude, Peping busca una manera de ayudarla a escapar. Esta escena está muy bien, no es heróica, es intensa, muy dramática y sin certeza podría decir que bastante real.
Y mi relato va con spoilers, lo siento. El jefe recibe una llamada y ¡zas! ordena que maten a Madonna. Pero antes del manos a la obra, la violan. Su muerte es muy bestial, la matan a machetazos y la descuartizan. Peping está encargado de buscar bolsas para guardar los pedazos. Ni él ni nosotros podemos más con la situación. Luego limpian el lugar y regresan a Manila. una noche de ardua trabajo merece un rico desayuno. Peping no puede desayunar y pide permiso para retirarse. El jefe le dice que sí y le paga. El final es extraño vemos a Peping en un taxi, muy alucinado con la situación, esperando algo que no nos queda claro. Lo que si nos queda claro y seguro que a él también, es que su vida ha dado un cambio tan violento del que será muy difícil, sino imposible salir.

Cuando terminé de ver esto me quede con un mal sabor de boca. Por la historia y la violación y toda la violencia tan cruda. Me quedo con Tarantino y las sangre con humor. Pero también porque no me pareció que estuviera lograda. no puedo decir que me gustó porque me movió emocionalmente, algo como la película "Irreversible". Que es difícil decir así nada más me gustó o no me gustó. Pero a diferencia de la francesa, que no me gustó por el tema pero está impresionante y bien hecha. Kinatay (Brillante Mendoza, 2009) no lo está. Por esta razón, el director no me vende la historia, no me convence. Golpear y torturar a una prostituta muy menor en la cadena alimenticia porque se robó dinero y drogas no es razón suficiente. A alguien así simplemente se le mata (aclaro, en el universo violento de este tipo de histoiras) de sobredosis, de un balazo y tan tan, problema resuelto. Torturarla, hacer ese viaje tan largo, dedicar tiempo a alguien que saben que no les va a devolver el dinero, que no posee información valiosa, cuya pérdida no va a trascender mas que para la familia, no es profesional, no es lógico. Se podría haber solucionado poniéndola como la prosti personal de alguien picudo, por ejemplo.

Han pasado varios días y mi impresión negativa inicial ha cambiado. Sigue siendo negativa, pero con algo más. Me gustaron las actuaciones y la manera de atacar la película, la manera de hacerla que parece natural, hasta la violencia. No hay un enfoque especial en todo esto. La cámara se ocupa en Peping, en lo que ve, en lo que siente. Y como dije antes que me parecía sin certeza muy natural es porque pienso que en una situación similar uno se comportaría así. Es muy cruda, pero no hay melodrama, no hay excesos de diálogo, no hay heroismos, es muy hacia dentro del personaje. Otra cosa curiosa es que sigo con la película en la cabeza. No puedo decir todavía que me haya gustado, de hecho por más llamativo que se me hace el nombre del director, no me apetece para nada ver algo más de él. Al menos por un buen rato. Pero insisto tiene sus cosas interesantes, la visión de la ciudad, de la gente, del funcionamiento de las cosas, los contrastes, la juventud e ingenuidad, el estudiar para policía y que eso no choque con el bisne nocturno ni con volarle el dinero a su padrino. La oscuridad, la vida nocturna, la suciedad, la pobreza, el caos, el miedo.

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