lunes, 26 de diciembre de 2016

Star Wars: Rogue One

Me gusta que en algunas versiones se llama Rogue One: A Star Wars adventure. Me gusta más que precuela, secuela o spinoff. 

Esta aventura es un pequeño, pero muy importante capítulo en la saga. Es sobre un grupo de personajes variados que se unen para conseguir los planos de la Estrella de la Muerte, que permitirán su destrucción en el Episodio IV.
A diferencia de los 7 Magníficos (la nueva), este grupo que se une un poco sin querer, va creciendo en sus convicciones, y en una espectacular batalla final, lo dan todo porque tienen esperanza y creen que es posible vencer. Son los héroes anónimos, no son Jedis, ni herederos de nada, ni parte de una élite rebelde. 
Jyn Erso/Felicity Jones (mejor aquí que en Inferno) es la hija del ingeniero imperial que creo la Estrella. Este pobre hombre no es leal seguidor del Imperio, pero para protegerla se deja atrapar y construye la Estrella, pero le deja un punto débil para que la Alianza Rebelde la pueda destruir. De ahí parte toda la misión. Un mensaje y algunas claves que sólo Jyn puede romper. 
Mientras, Jyn ha crecido sola, es ruda y se mete en líos constantemente. Los jefes rebeldes la utilizan para que entre en contacto con Saw Guerrera, el rebelde de los rebeldes. Es el que recibe el mensaje del ingeniero. Saw Guerrera/Forest Whitaker, por cierto, es lo peor de la peli. No tanto el personaje, sino el actor, que es insoportable y aunque sale muy poco pone empeño en su sobre actuación. El Capitán Cassian Andor/Diego Luna, es el elegido representante rebelde que acompaña a Jyn. Cassian es un rebelde rudo que ha cruzado la línea en nombre de la rebelión. Esta nueva misión lo cambia de alguna manera, y no es que lo diga él, pero también cambia su opinión y su manera de afrontar la rebelión. A estos dos, les acompaña una robot (no podía faltar) que se llama K-2SO, que es la onda. No tiene filtro, es impertinente y tiene más voluntad que todos los ya conocidos. También forman parte del grupo, un piloto imperial arrepentido, Bjodi Rook, y un par de guerreros muy rudos, Chirrut, un sacerdote ciego letal y su compa Baze Malbus que tiene un tino bárbaro.

Los líderes rebeldes están como pasmados. La primera prueba que hacen de la Estrella de la Muerte es un éxito de aniquilación y eso los deja temerosos y desesperanzados. Es gracias a este grupo, que no se deja vencer por el miedo, que entiende los riesgos y aun así prosiguen con el plan desobedeciendo o
órdenes, que la Alianza Rebelde, despierta, y en esta batalla final que ya mencioné, mandan a toda su artillería para apoyarlos. Los rebeldes en el planeta contendiendo a los soldados mientras Jyn, Cassian y K-2SO buscan los planos, los rebeldes en el espacio tratando de romper el escudo que les permitirá entrar al planeta. 

El Imperio también manda a su mejor refuerzo, DARTH VADER. Con una presencia imponente que abarca más que un encuentro cercano con Luke, Vader controla el espacio. La fuerza oscura esta ahí, sutil y mortal. Y ah, cómo da gusto cuando pone al malo maloso Orson Krennic/Ben Mendelsohn en su lugar. Este es el tipo al que no queremos, el odioso que separó a Jyn de su familia y el cerebro detrás de la Estrella. 

Me gustó esta película, tiene mucha de la nostalgia de los primeros episodios. Con un poco de humor, muchas batallas, ecosistemas variados y referencias y cameos para los más versados.
Me gustó la historia y que la Alianza Rebelde tenga más presencia. Me gustó que estén poniéndole empeño a este reboot de la saga y ojalá que pronto se nos olviden los episodios I, II y III. Y que entre episodio y episodio nos cuelen aventuritas de este tipo, no me parece nada mal.

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