Descubrí el trabajo de Sebastião
Salgado en el suplemento semanal de El País. Es un fotógrafo impresionante. Su
trabajo es predominantemente social, los inmigrantes, los trabajadores, la
guerra, la pobreza, los modos de vida, a través de los rostros de la gente, sus
miradas y actitudes. No puedo mas que admirar sus imágenes, son
visualmente impactantes, el contenido es estremecedor, emotivo (pero en el
buen sentido, no en el sobre uso que se le suele dar), y dejan un nudo en la
garganta.
Con esta película ocurre lo mismo.
La gente es la sal de la tierra.
Salgado ha fotografiado gente durante cuarenta años. Motivado y apoyado por su
mujer, Lélia, ha viajado por todo el mundo con proyectos personales relacionados con el hombre. Pasó un buen rato recorriendo América Latina para su proyecto Las Otras Américas. Viajó por todo el mundo fotografiando trabajadores para su proyecto Trabajadores: Una Arqueología de la Era Industrial.
Entre 1984 y 1985 la zona del Sahel en África sufrió una sequía terrible y junto con las diferentes guerras en la región, hubo un movimiento de gente tremendo. Las imágenes obtenidas durante este tiempo y las que realizó cuando viajó a Ruanda son muy impactantes. Con las imágenes sobre los bomberos apagando pozos petroleros uno no puede más que apreciar lo visual, pero en estas de la hambruna y la guerra...uff es difícil mantener los ojos abiertos.
Gran parte de la película son las
fotos de Salgado y él platicando sobre lo que ve y vio en el momento de
sacarlas. Es muy interesante escuchar sus impresiones, sus observaciones, lo
mucho que se involucró con la gente y las situaciones que retrató.
Esta película está dirigida por Wim
Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, el hijo mayor de Sebastião. Un día, ya
adulto, decidió ir con su padre a una de sus excursiones. Iba a hacer una
película sobre él, un poco para ver quién era este hombre aventurero que no
pasó mucho tiempo con él durante su infancia. Más tarde invitaron a Wenders
para que se les uniera. El resultado es una película extraordinaria que cuenta
de una manera muy curiosa, la vida de este fotógrafo. Generalmente, en los
documentales, el director observa y cuenta su historia desde la distancia, sin
intervenir. Este documental me recuerda a los de Werner Herzog en donde él es
un personaje en la historia. Aquí, Wenders nos dice algo así como “les voy a
hablar sobre un cuate mío que es genial…” Nos cuenta su primera impresión cuando vio una foto de Salgado y cómo lo llegó a conocer y en la película se nota que se conocen bien y se respetan.
Entre foto y foto, Wenders y Juliano van contando sobre la vida de Sebastião, su infancia y juventud, sobre su
Lélia, sobre su padre y el “rancho” en donde creció y cómo el
reforestarlo ayudó un poco a curar su ánimo después de sus vivencias en África.
Después de unos años de "pausa", después de unos años de dedicarse a su rancho, decide emprender un nuevo proyecto Génesis, una reflexión sobre la naturaleza, sobre el hombre y su interacción con ella. Es un homenaje a la belleza del mundo y un llamado a su conservación.
Esta es una de esas películas que no se pueden perder. Es valiosa en muchos sentidos. Y si quieren ver más trabajo de Salgado sigan los links que llevan a la agencia Amazonas Images de Salgado y su esposa.
Esta es una de esas películas que no se pueden perder. Es valiosa en muchos sentidos. Y si quieren ver más trabajo de Salgado sigan los links que llevan a la agencia Amazonas Images de Salgado y su esposa.
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