Melancholia (Lars
Von Trier, 2011). Dos hermanas en el fin del mundo. Justine es una
melancólica sin remedio, que no se adapta a su mundo, trata de casarse, sonríe
en su boda, se esfuerza por querer a su marido, pero no puede. Claire es de
esas personas que saben lo que quieren, que controlan su entorno, y cuando es
más que inminente la llegada y el choque del planeta Melancolía con la Tierra,
se siente perdida. Justine en cambio, mantiene la calma y de alguna manera
disfruta la situación, no tiene nada que perder; Claire tiene un hijo, así que
lo tiene todo que perder.
melancolía.
(Del lat. melancholĭa,
y este del gr. μελαγχολία, bilis negra).
1. f. Tristeza vaga,
profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace
que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.
Esta definición es tan precisa para
la película, pero tan precisa, que pareciera que Lars Von Trier la leyó primero
y de ahí generó su historia. Y creo que lo sosegado
es una parte importante en la película. Es una película pausada, no lenta
porque eso es peyorativo. Es pausada, se toma su tiempo para esperar el fin del
mundo. Y así como las hermanas ven cómo se acerca el planeta, nosotros las
acompañamos, con calma, con tiempo para observar y apreciar la fotografía, los
colores, las actuaciones, la profundidad de los personajes, el cuidado de la
manufactura, las locaciones, la música.
Es una película triste, sí, pero no
es un dramón, ni es oscura y deprimente.
No resulta fácil explicar porque me
gustó y la disfruté, así contada seguro que nadie querría ir a verla. A pesar
de que sabemos que todos mueren, que unos están tristes y no pueden manejar la
situación, a pesar de que tal vez nos asuste que Justine ni se inmute, es una
película bonita, y como dice Von Trier, hasta con final feliz.
Tendré algo de melancólica, tal vez
(no mucho eh, sólo lo suficiente), pero yo como que me identifiqué más con
Justine que con su hermana.
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