Esta es una de mis películas favoritas del año.
Basados, inspirados, apoyados en las pinturas de Van Gogh, los directores Dorota Kobiela y Hugh Welchman crearon un mundo animado al estilo del pintor.
¡Más de 65000 cuadros pintados al óleo! Alrededor de 100 artistas participaron.
Meses y meses para lograr exitosamente una película visualmente increíble con una historia interesante y entretenida.
He leído críticas en donde dicen que es puro engaño visual y nada de substancia. A mi no me lo parece. No es una densa y profunda historia sobre Van Gogh y sus tormentos, o su proceso creativo.
Los personajes de sus pinturas toman vida y personalidad aquí, mientras se cuenta una historia que tiene lugar una año después de su muerte. ¿Fue la muerte de van Gogh un suicidio? aparentemente, ¿un accidente? ¿un asesinato?
Armand Roulin, el hijo del cartero Joseph Roulin, tiene el encargo de entregar la última carta de Vincent a su hermano Theo. Armand lo hace a regañadientes, no entiende cómo es que a su padre le importaba un tipo tan loco y extraño como el pintor. A Theo no lo encuentra porque ha muerto. ¿A quién entregar la carta? A la viuda de Theo, al Doctor Gachet. Armand viaja al pueblo en donde Vincent pasó sus últimos días y empieza a conocerlo indirectamente, a través de los habitantes. Los que lo estimaban y los que no. Descubre que Vincent era mucho más que un tío raro y empieza a involucrarse en el misterio de su muerte, y de la importancia de Theo en su vida, de la relación con el Doctor Gachet y su hija.
No hay mucho más que decir, que ¡no se la pueden perder! A bueno, y un buen tip, antes de verla échenle un ojo a sus pinturas. Es emocionante irlas encontrando a lo largo de la película.
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