Los siguientes días son de
desconcierto para todos, algunos niños lo toman bien, otros están tan
impresionados que no duermen; los maestros no saben bien cómo manejar la
situación, una psicóloga va a hablar con los niños, la directora recibe quejas,
porqués, exigencias de todo mundo. Y entre todo eso, aparece Bashir Lazhar que
leyó la noticia en el periódico y decide presentarse con su currículo, pues hay
ahora una plaza disponible. Aparentemente, todo está en regla, sus papeles
migratorios, su permiso de trabajo, etc., y se queda como maestro de esa clase.
No le es fácil al principio, su
método de enseñanza es más bien clásico y estricto y los niños no han olvidado
a su querida maestra. Sin embargo con el paso de los días, maestro y alumnos se
van adaptando. Lazhar está dispuesto a aprender y se da cuenta las cosas han
cambiado desde que él iba a la escuela y que la manera de enseñar en Canadá es
muy distinta a la de Argelia. Dar zapes a los niños o tocarlos de alguna
manera, aunque sea un honesto abrazo, es muy incorrecto. Los verbos no se
llaman de la misma manera que antes, los niños dicen lo que piensan, y hacer
dictado de autores clásicos es algo muy mal visto.
El ciclo escolar avanza, los alumnos
de Lazhar salen adelante con buenos resultados y sin embargo, él siente que las
cosas no están del todo bien. A él le parece que los niños necesitan hablar de
lo que pasó con su maestra, pero la directora le dice que no, que esa es la
labor de la psicóloga, la única especializada. Nadie lo sabe, pero Bashir
Lazhar entiende a los niños, entre otras cosas porque su familia entera murió
en un incendio en Argelia. Su esposa estaba amenazada por haber escrito un
libro crítico al gobierno y justo antes de su partida rumbo a Canadá murió con
sus hijos. Lazhar, que se había ido antes para conseguir casa, ahora está
luchando por su derecho a ser refugiado político en el nuevo país y tiene que
demostrar que efectivamente, su vida corre peligro en su país natal.
Un día, en una presentación de
clase, Alice escribe un ensayo sobre sus sentimientos en relación a la muerte
de la maestra, y el maestro aprovecha para que los demás niños hablen al
respecto. Simón, que es el que las está pasando más duras, está cada vez más
enojado y descontrolado. Alice lo culpa porque al parecer días antes de la
muerte la acusó de haberlo besado. Los maestros no le dieron importancia alguna
porque conocían las circunstancias tanto de ese hecho, como de la vida familiar
del niño. Pero Simón se culpa, y finalmente un día explota en clase y dice que
es su culpa que si él no hubiera dicho eso ella no habría muerto. Pero Bashir
le dice que eso no es así, que no es su culpa.
Bashir es reconocido como refugiado
y parece que las cosas estarán bien en adelante, pero algunos padres de familia
se han enterado de su situación y presionan a la directora para que lo despida
y a ella no le queda más remedio. Él le pide
terminar el día para despedirse correctamente, y en el último periodo
les cuenta una fábula que escribió en donde les habla sobre la pérdida y de que hay que seguir adelante.
Me gustó mucho Monsieur Lazhar (Philippe Falardeau, 2011). Es una historia muy sencilla
de esas de película chiquita sin grandes pretensiones y muy buenos resultados,
que trata temas duros, pero no en plan dramón tele novelero. Las actuaciones
están muy bien. Mohamed Fellag, el que la hace de Lazhar, tiene un acercamiento
al personaje muy sutil y humano. No es notorio, pero me parece una actuación
muy cuidadosa, de esas que se mueven sólo lo necesario para que la historia
vaya avanzando. Las escenas de clase con los niños, son buenas, y hacia el
final hay un par realmente conmovedoras.
La iba a clasificar en la subserie
de “Al maestro con cariño”, pero decidí que no, que es más que eso. En esa
subserie los maestros son unos héroes muy obvios que viven su vida de
maestros-héroes por siempre, y Lazhar es más bien una presencia necesaria en el
momento necesario para que ese grupo de niños pueda salir adelante
emocionalmente. No sabremos más de él, ni de si siguió siendo maestro, y no
importa.
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