Sebastián (Ricardo Darin) va a su antiguo departamento para recoger a sus hijos y llevarlos a la escuela. Su ex, Delia (Belén Rueda) se va a trabajar un poco antes. Sebastián y su hijos tienen un juego en el que compiten para ver quién llega primero a la planta baja, si él por el elevador, o ellos corriendo. Supuestamente no lo deben hacer más porque a Delia no le parece, pero lo hacen. Cuando Sebastián llega al lobby, los niños no ha llegado. Espera un momento, pero no aparecen. Pasan los minutos y empieza a preocuparse. Con la ayuda del conserje y un viejo comisario de uno de los departamentos, empieza a investigar. Toca en todas las puertas, pero nadie ha visto a los niños. Después de una horas decide hablarle a Delia, que llega rápidamente y se une a la búsqueda. Pero nada. El comisario sospecha que los han secuestrado y que tienen que esperar la llamada de los secuestradores. Resulta que tiene razón; les piden cien mil dólares. Sebastián corre a pedirle a su jefe. Por la mala consigue la lana, la entrega y aparecen los niños que estaban tan tranquilos en el cuarto piso (ah sí, Séptimo, el nombre de la película, viene de que ellos viven en el séptimo piso... meh), y ni entrados de que estaban secuestrados. Delia le ha estado pidiendo el divorcio a Sebastián para regresarse a España con los niños. Él no quiere. Con este susto acepta y se despide de ellos, pues a Delia le ha entrado la urgencia de llevárselos esa misma noche. Sebastián se ha quedado con la vida destrozada, sin familia, sin trabajo, probablemente irá a la cárcel, y además tiene la duda sobre quiénes eran estos tipos. Va al departamento de donde estuvieron y encuentra la mitad de un envoltorio vacío de una medicina que su hijo tiene que tomar y del cual él tiene la otra mitad. ¡Ahhh maldita Delia! ¡Ella planeó todo! Casi mata al pobre Sebastián del susto, pues podría haber sido mal esposo, pero era muy buen padre. En chinga se va al aeropuerto para alcanzarlos, los alcanza y la amenaza sutilmente de que se vaya sola o va a la cárcel. Ella no tiene más remedio,se despide y los chicos se quedan con él.
Se supone que es una película de suspenso, ¿en dónde están los niños? todos son sospechosos, Sebastián es explosivo y empieza a atacar a diestra y siniestra. Pero no está nada lograda porque se distrae la acción al sacar la historia del edificio. Sebastián está seguro que están ahí, entonces deberían de haberse centrado en los departamentos, en los habitantes, los personajes extraños, los aparentemente amigables. Y que en la búsqueda explorase los mundos detrás de las puertas. Hubiera sido mucho más interesante. Además, el edificio merecía más protagonismo, pues estaba muy padre.
La historia no es sólida para nada, las actuaciones sí, pero son buenos actores y no tenían por qué hacerlo mal. Hay mil huecos, de esos en los que uno se empieza a distraer preguntándose "¿y por qué no va acá?" "¿y por qué no preguntó tal o cual?" y así ya va valiendo madres la cosa. No está mal que Delia sea la mala, aunque eso lo hace un poco decepcionante y predecible, pero la tipa tiene lana, si planeó todo para que él los dejara salir de Argentina, ¿por qué pidió una cantidad de dinero tan grande que sabe que no tienen y que no va a ser fácil conseguir? En fin, está como dominguerona, empieza bien, se cae al final, pero está entretenida, aunque como ya se las conté, mejor vean otra.
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