La Tiendita de los Suicidios (¡ja! Me invento, no
sé si tiene título en español), Le
Magasin des Suicides (Patrice Leconte, 2012) es una película animada sobre
una familia que atiende una exótica y original tienda especializada en
productos para el suicidio: venenos de toda clase, sogas con todo y banquito,
espadas para harakiri, gases, bloques de concreto con grilletes para tirarse
desde un puente y muchas opciones más. La familia es próspera, lúgubre y oscura; sin embargo vive bien y a gusto a costa de los muchos clientes deprimidos que solicitan su ayuda.
Hasta que llega un nuevo miembro a la familia que sonríe, es alegre y optimista y convierte a los que le rodean en alegres y optimistas también. Este niño empieza a cambiar a sus padres y hermanos hasta tal punto que la tienda pierde todo sentido. De hecho, la película pierde todo sentido.
Era oscura, con un humor extraño, sobre temas totalmente incorrectos como la depresión o el suicidio. Obviamente no de fácil digestión, pero tenía un aire retador, provocador y con humor. Y de repente, bueno no de repente, se hizo evidente bastante pronto, la historia toma el camino obvio, la opción fácil y correcta. Beh, como si se hubieran arrepentido de lo que estaban tratando, o de plano no supieron cómo seguirle a la premisa básica que tenían. Surge el amor, la amistad, las sonrisas, la familia súper unida, y lo peor, ¡un local de crepas! Me hubiera parecido más interesante una familia en buenos términos dedicada a su tienda original.
La animación no es de lo más espectacular, pero los dibujitos y todo el aspecto visual es interesante (la estilización, el color, la luz, logran una atmósfera congruente con el tema). La música tampoco está mal.
Pero en general, una decepción.
Hasta que llega un nuevo miembro a la familia que sonríe, es alegre y optimista y convierte a los que le rodean en alegres y optimistas también. Este niño empieza a cambiar a sus padres y hermanos hasta tal punto que la tienda pierde todo sentido. De hecho, la película pierde todo sentido.
Era oscura, con un humor extraño, sobre temas totalmente incorrectos como la depresión o el suicidio. Obviamente no de fácil digestión, pero tenía un aire retador, provocador y con humor. Y de repente, bueno no de repente, se hizo evidente bastante pronto, la historia toma el camino obvio, la opción fácil y correcta. Beh, como si se hubieran arrepentido de lo que estaban tratando, o de plano no supieron cómo seguirle a la premisa básica que tenían. Surge el amor, la amistad, las sonrisas, la familia súper unida, y lo peor, ¡un local de crepas! Me hubiera parecido más interesante una familia en buenos términos dedicada a su tienda original.
La animación no es de lo más espectacular, pero los dibujitos y todo el aspecto visual es interesante (la estilización, el color, la luz, logran una atmósfera congruente con el tema). La música tampoco está mal.
Pero en general, una decepción.
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