martes, 26 de agosto de 2014

Historias de hombres y caballos

Historias de hombre y caballos (Benedikt Erlingsson, 2013) es una película islandesa sobre una comunidad rural que se dedica a criar caballos. Está formada por una serie de pequeños cuentos sobre algunos de los habitantes y sus caballos. Al final, tenemos una idea más o menos clara de esta comunidad, aunque no del tamaño. Da la impresión de estar formada por cinco casas, y aunque en algún momento alguno habla sobre ir al pueblo, nunca sale algo parecido a un pueblo, con una tienda, una calle, una plaza...sale una iglesia, pero no queda claro dónde está. En la primera historia tenemos por lo menos una idea de en donde vive cada personaje en relación de los demás, no sé si en realidad estaba viendo el pueblo.

Digo todo esto, porque de entrada lo primero que se me antojó sobre ver esta película fue la geografía. Me daba la impresión de que iba a ser una película con mucho paisaje. Y sí. No me quedó claro en donde ocurre, pero sí que tiene esa cosa del entorno y el espacio. Y al terminar la película como que se entiende que ahí (en esa parte, no en Islandia entera), lo que se puede hacer es tener caballos.

Es una película muy curiosa, después de verla se me ha quedado presente por días. No se explicar por qué, tampoco he encontrado el adjetivo adecuado para recomendarla, y cuando la empiezo a contar suena fatal y pierdo a mis escuchas. Si son amantes de los caballos y les cuento que se muere uno de una manera algo shockeante, me miran muy feo. Si trato de explicar que es en parte drama en parte comedia, y tiene hasta romance (ni les cuento el romance porque seguro que no suspiran), que en una de las historias (mi favorita) un tipo se mete al mar helado encima de su caballo para alcanzar a un barco ruso que seguro tiene vodka, o que en otra hay un altercado entre vecinos y caminos y a un señor se le clava un alambre de púas en la cara y salpica sangre por todas partes ¿la querrán ver?

No recuerdo una película que me generara emociones de esta manera. El inicio con la muerte del caballo, me indignó muchísimo y casi me salgo y me uno a PETA. Sentí mis ojos como platos y casi se me sale un sonoro ¡WTF! Y entonces, cambia el ritmo y es la historia del borracho y el caballo en el mar. ¡Me alucinó! Pensé whoa, ¿qué estoy viendo? Para la tercera ya estaba yo metida en la historia, sin juicio, fluyendo. La historia del chileno y el frío me dejó con conflictos como cuando mi gata se come un pájaro y tengo que entender que es un animal y que así es la cosa (no mal interpreten, ¡ningún caballo se comió a un humano!). Y cuando salieron los créditos del final, pedí una segunda parte.

Se supone que en los libros, el primer capítulo es muy importante porque es el que te engancha o no. Aquí, la primera escena es súper enganchante: uno de los personajes prepara a su yegua para salir a pasear. Luego se arregla, con calma. Los demás habitantes desde sus casas vigilan el camino, esperan al jinete. El jinete se sube al animal y empieza a caminar. Está súper orgulloso de su yegua. Llega al camino principal y la yegua cambia el trote, y empieza a correr rapidísimo mientras el jinete apenas se mueve. Después de un recorrido vuelve a caminar tranquilamente. Aquí, parte del interés radica en el caballo. Los caballos islandeses son chiquitos; no es tan notorio hasta que alguien los monta. Y tienen un par de maneras de andar que son únicas. La que vemos en esta primera escena cuando corre se llama "tolt" y dicen los islandeses que es la manera más cómoda de montar un caballo y que hasta se puede llevar una taza de café sin que se derrame.
Esta escena es buenísima. En realidad no pasa nada más, pero el director logra generar expectación sobre lo que ocurrirá durante el resto de la película (no les diré más, pero ¡vaya sorpresa!).

Es probable que no sea fácil de encontrar (aunque ¡llegó al cine!), pero si la encuentran, véanla.

 * Más sobre los caballitos:

http://islandia.foroactivo.com/t152-el-caballo-islandes

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