Recuerdo cuando vi Sevillanas y el impacto que me causó. Era una especie de documental que mostraba una serie de actuaciones de baile, música y canto. Lo que me impresionó fue la manera de mostrarlo, con un manejo de la luz y de la cámara en perfecta sincronía con la música y el baile.
Después, en Salomé, Fados, Iberica, Flamenco, y alguna otra que se me escapa, esa idea musical/plástica va evolucionando, se perfecciona, se afina, se estiliza, hasta llegar a Flamenco, Flamenco, un musical/ documental/ pieza de arte sorprendente.
Saura retoma la idea original de Flamenco (1995) y la mejora y la actualiza, técnica y narrativamente.
La cámara entra en el recinto, se acerca al escenario sorteando pinturas sobre flamenco en muchos estilos, de muchas épocas y visiones.
La película transcurre a lo largo de un día y medio más o menos. Los telones pintados con paisajes van cambiando, para el amanecer, el anochecer, el día, la noche... y a cada momento del día le corresponde una actuación adecuada. No sabría decir cuál me gustó más porque cada una tiene algo admirable, sin embargo creo que me quedo con los bailes, con todos, y con el cierre festivo.
Los mejores representantes del Flamenco están presentes (realmente no lo se porque no soy experta, pero a mí me sonaron a los mejores, además hay unos que sí que lo son y otros que no dudo lo serán); los hay clásicos y los hay muy contemporáneos, muy jóvenes y otros algo viejos, pero todos, como debe de ser, dedicados y apasionados, muy apasionados.
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