Mi acercamiento, y sin ningún interés, debo decirlo, a cualquier cosa relacionada con las carreras de coches, fue gracias a la fascinación de mi hermano. Fascinación que nunca entendí porque eso de ver coches dando vueltas y vueltas y ya se me hacía de lo más aburrido. Claro que estar del otro lado, manejando el coche, sí que debe ser entretenido, aterradoramente entretenido.
Este nombre, Senna, Ayrton Senna, era un nombre que sonaba con frecuencia en las pláticas de mi hermano. A mi siempre me llamó la atención. Me parecía muy exótico, el nombre, digo.
Cuando vi que había un documental sobre este personaje, lo primero que pensé fue en decirle a mi hermano. Y pasaron varios meses hasta que se me ocurrió que yo también podía verlo, por qué no, si me gustan mucho los documentales.
Y finalmente lo vi. ¡Mi última película del año! Senna (Asif Kapadia, 2010), me gustó bastante. No hay que ser fanático de la F1 para entender lo que ocurre o para apreciar a Senna como persona, para entender sus motivaciones, obsesiones e inquietudes.
La película inicia cuando Senna se da a conocer por primera vez fuera de Brasil y empieza a correr en F1 y termina con su trágica muerte en 1994 en el Gran Premio de San Marino y la impresionante despedida que le hace el pueblo brasileño en Sao Paulo.
La narración es de lo mejor, y logra en los 10 años que abarca, mostrar el crecimiento y la madurez del piloto de una manera muy sutil.
Otro aspecto positivo de este documental es la manera de contarlo, un poco de familia, un poco de cochecitos, un mucho de tensión en la relación tan competitiva que tiene con Alain Prost (que aquí está pintado como un pésimo perdedor, aunque al final se redime). Y el director no maneja reconstrucciones de escenas, ni opiniones de otros corredores recordando aquellos tiempos. Todas son grabaciones del momento. Las partes en donde se utilizan los videos de la cámara del coche son muy emocionantes.
Me pareció también interesante el tema político, los manejos de la federación (vaya, no recuerdo si es federación, pero bueno, se entiende) y el asunto de las normas de seguridad para los pilotos. A Senna le tenía sin cuidado todo el aspecto político, pero sin querer se vio involucrado al empezar a abogar por mejorar los aspectos de seguridad. Al menos su muerte ayudó un poco en ese aspecto.
Un buen documental debe estar hecho de manera que el público general sea capaz de verlo e interesarse y no sólo los entendidos de ese tema específico. Este es un buen documental.
La película inicia cuando Senna se da a conocer por primera vez fuera de Brasil y empieza a correr en F1 y termina con su trágica muerte en 1994 en el Gran Premio de San Marino y la impresionante despedida que le hace el pueblo brasileño en Sao Paulo.
La narración es de lo mejor, y logra en los 10 años que abarca, mostrar el crecimiento y la madurez del piloto de una manera muy sutil.
Otro aspecto positivo de este documental es la manera de contarlo, un poco de familia, un poco de cochecitos, un mucho de tensión en la relación tan competitiva que tiene con Alain Prost (que aquí está pintado como un pésimo perdedor, aunque al final se redime). Y el director no maneja reconstrucciones de escenas, ni opiniones de otros corredores recordando aquellos tiempos. Todas son grabaciones del momento. Las partes en donde se utilizan los videos de la cámara del coche son muy emocionantes.
Me pareció también interesante el tema político, los manejos de la federación (vaya, no recuerdo si es federación, pero bueno, se entiende) y el asunto de las normas de seguridad para los pilotos. A Senna le tenía sin cuidado todo el aspecto político, pero sin querer se vio involucrado al empezar a abogar por mejorar los aspectos de seguridad. Al menos su muerte ayudó un poco en ese aspecto.
Un buen documental debe estar hecho de manera que el público general sea capaz de verlo e interesarse y no sólo los entendidos de ese tema específico. Este es un buen documental.
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