Baby Driver, la nueva película de Edgar Wright (Shaun of the dead, Scott Pilgrim,The World's End) no es comedia como las que acabo de nombrar, es sobre un chico que se hace llamar Baby (Ansel Elgort), que se ha involucrado involuntariamente con Doc (Kevin Spacey), un tipo que organiza robos. Cada nuevo trabajo lo hace con un equipo diferente. Al único que repite es a Baby, el chofer, hasta que su deuda con Doc sea saldada, que es ya prontito. Como es de esperar después de saldada la deuda, Baby no logra zafarse, pues Doc amenaza con lastimar a su padre adoptivo y a la chica que le gusta, Debora AKA Lady Rose de Downton Abbey.
Nada de esto es muy original, y sin embargo no importa. Cuenta con muchos elementos que la hacen entretenida. Uno de ellos, el principal, es el uso de la música. Baby sufre de tinnitus(razón de sobra que luego tienen las películas de justificar de más) y por eso necesita escuchar música todo el tiempo. Un soundtrack de lo más atractivo, como imaginarán. El director juega con esto, como si la acción, la historia, los personajes estuvieran vistos desde el punto de vista de los oídos de Baby. Baby parece aislado de lo que ocurre a su alrededor, algunos de sus colegas, incluido el insoportable Jamie Foxx, y el otro más insoportable, el que tiene nariz de boxeador que solo sale al principio (ya saben, el que era el mejor amigo del principal de The Walking Dead y muere y se hace zombie... argh bueno y que es un decente Punisher en Daredevil), se preguntan si está bien de la cabeza.
La presencia de Jamie Foxx hace que eso que les decía de la falta de originalidad se acentúe pues luego luego al verlo ya sabemos que la película se va a ir a pique en todos los sentidos. También sale John Hamm que no está mal hasta que la película se va a pique en la última parte. Igual no es completo hundimiento, pero sí que pierde la brújula. Lo único constante es el soundtrack y los chicos enamorados.
El personaje de Kevin Spacey, un personaje que no le requiere gran esfuerzo, toma decisiones no muy convincentes para una mente criminal que hasta ese momento no había demostrado ningún aspecto romántico y/o humano.
Todo esto ocurre en la última parte así que aún así hay muchos minutos de diversión con las secuencias de coches y el buen ritmo que mantiene toda la película.
La película además, tiene un curioso aire retro; Baby bien podría venir de los 50's como es su fantasía. Él y Debora son los personajes que más me convencieron.
Me encantaría decir que me siento identificada con Baby porque soy una as del volante, pero no. Pero eso que se ve en Baby cuando se enchufa a sus ipods mientras espera en el coche a que sus socios terminen con el robo o cuando camina por la calle en busca del rutinario café, eso sí lo entiendo y lo comparto. Llevar audífonos en la calle le da otra luz a la realidad. Por lo pronto, el soundtrack ya está en mi ipod.
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