Se dice que los hermanos Logan tienen una maldición de mala suerte. Clyde Logan (Adam Driver) está convencido. Su hermano mayor Jimmy (Channing Tatum) no tanto, pero él tiene un problema en la rodilla y a Clyde una mina le voló un brazo. Jimmy no cree en eso, entre otras cosas porque a su hermana menor Mellie no le ha pasado nada.
Viven en Carolina del Norte y no es que les vaya muy bien, pero Jimmy ha planeado un gran robo que les solucionará la vida. Van a robar el dinero de una carrera en un autódromo de NASCAR.
La cosa es que no sabemos si son muy listos aunque parezcan muy estúpidos, o se cumplirá la maldición y no les saldrán las cosas.
De entrada se asocian con Joe Bang (Daniel Craig), un especialista en explosiones que tiene el pequeño inconveniente de que está encarcelado y todavía le quedan algunos meses de condena. Así que parte del plan es sacar a Joe por un día. Las probabilidades de éxito se complican al exigir Joe que sus dos extraños y aparentemente inútiles hermanos Fish y Sam, sean parte de la operación.
Ah, pero es Steven Soderbergh quien está detrás de esta divertida película y ya sabemos lo bien que se le dan las "heist movies". A diferencia de la elegancia y sutileza de los de Ocean's Eleven, tenemos a los torpes y rudos red necks que alguien bautizó como los Ocean's Seven Eleven.
Y aunque dudemos, el plan es sólido. A diferencia de muchas películas de este género, en donde vamos viendo cómo planean y ejecutan el robo, aquí nuestra visión es limitada. Nos enseñan partes del plan y hay partes de la película que no sabemos si están o no planeadas, si el asunto ya se fue por el caño o qué.
Y de repente hay sorpresas inesperadas y muy divertidas, como cuando le llega a Joe el momento de hacer su parte. Es brillante. En la escena del motín en la cárcel también me reí mucho con la discusión sobre las novelas de Game of Thrones. Y el lío con la prótesis de Clyde es tronchante.
Ver a Daniel Craig en un papel así es desconcertante, pero se supera el shock. Todos están extraños, no sé si influye lo raro que hablan. Unos tienen acentos muy marcados y Adam Driver, por ejemplo, habla un poco como Forrest Gump. Esto no sé si es bueno o malo.
Las películas de Soderbergh yo las dividía entre las que casi no tienen recursos y son muy experimentales, como Bubble, y las que tienen harta lana y están llenas de actores famosos como Ocean's Eleven. También salen Katie Holmes (de ex esposa nefasta, lo que le sienta bien) y Hillary Swank de agente del FBI y Seth McFarlane como un corredor de autos. Esta está a la mitad. Tiene actores muy conocidos, pero Soderbergh se mantuvo alejado de los grandes estudios y productoras para poder mantener su control creativo. Dirige, filma, edita, su mujer escribió el guion y hasta la publicidad la hizo él.
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