miércoles, 4 de julio de 2018

How to talk to girls at parties

John Cameron Mitchell es el director de Hedwig and the angry inch (2001), una peli que me impactó, entre otras cosas, por su energía explosiva y su increíble música. Sus siguientes dos películas, Shortbus y Rabbit Hole, son bastante distintas, pero en general este director tiene algo que me atrae y me fascina.

Si a eso le sumamos que esta nueva está basada en un cuento de Neil Gaiman, bueeeeeno, pues las expectativas eran mucho mayores. How to talk to girls at parties tiene muchos de los elementos de Hedwig, en cuanto a la energía, a la música, al humor. No estoy segura de que el resultado sea de diez, hay partes un poco más flojas que otras, o es que hay tantas pequeñas historias, que distraen un poco de la historia central, que es a fin de cuentas un romance entre dos adolescentes. 
Solo que ella es una alien. Se llama Zan (Elle Fanning) y pertenece a una raza de aliens muy rígida, con clanes y reglas estrictas, que se destaca porque los mayores se comen a sus hijos. Ahora están de turismo, conociendo la Tierra y Zan quiere algo más. Entonces, conoce a Enn, un adolescente que en la época en la que ocurre la peli, la Inglaterra de los 80's, vive y respira punk. Zan quiere punk y convence a su "líder" de que le de 48 horas de libertad para explorar el mundo por su cuenta. Enn la lleva a conocer a la gran estrella del punk local Queen Boadicea (una Nicole Kidman que se ve que se divirtió con este papelito). 
Ambos, Enn y Zan, están encantados con su incipiente relación. Zan observa y explora todo con suma atención, Enn, no puede creer que esta chica quiera con él (él y sus amigos han llegado a la conclusión de que Zan y sus colegas vienen de LA porque son realmente extraños y diferentes). 
Boadicea organiza una tocada y lanza a Zan a cantar una canción. Es una de mis escenas favoritas. Zan entra en punk mode y Enn en un extraño trance. El resultado es galáctico y el público enloquece.

El tiempo de gracia se acaba. Zan tiene que tomar una decisión. La película se desata, la confrontación entre humanos y aliens, es por momentos muy cagada. Al principio estos eran más bien distantes e indiferentes, pero hacia el final son más de chiste, y se rebelan un poco. Entonces esa distancia y frialdad que los caracterizaba, parece más bien ridícula.
Aún así, hay momentos muy graciosos y divertidos.

La música está súper, los diálogos y las actuaciones también. Además de la aparición de la Kidman, Ruth Wilson es líder de una de las tribus alienígenas y es casi tan inquietante como en Luther; y Matt Lucas de Little Britain, pero no le sacan tanto provecho.

Aunque la disfruté y me entretuvo, terminó la película y me quedé pensando es que no estaría mal volver a ver la de Hedwig.

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