miércoles, 23 de agosto de 2017

Valerian y el imperio de los mil planetas

Esta sí que es una película esperada, primero porque cualquier película de Luc Besson es esperada, y segundo porque Valerian es un cómic muy querido de mi infancia. 

Valerian y Laureline son agentes espacio-temporales que recorren la galaxia resolviendo problemas que alteren la paz entre los pueblos. Su nueva misión es rescatar al último convertidor mül, un bicho, el último de su tipo, que multiplica lo que le den a comer.

Esta escena del rescate en el mercado es una de mis favoritas. Es una escena que marca el ritmo, el tono, la acción y el nivel de entretenimiento que tendremos el resto de la película.

Valerian y Laureline recuperan al mül, una misión sencilla que se complica cuando la Estación Internacional Alfa es amenazada. Esta estación es la base de las miles de civilizaciones que pueblan la galaxia, un lugar de comercio, cohabitación y paz. Una paz que lleva siglos madurándose, como lo vemos en la estupenda secuencia inicial.

Clive Owen, el malo de la película, no, no es spoiler, es evidente, está a cargo de la Estación y es secuestrado. Los agentes, separados al intentar rescatarlo van averiguando sobre las razones del ataque, sobre la importancia del mül y sobretodo sobre la participación de unos seres aperlados que no aparecen en los registros planetarios.

Hay un montón de aventuras, de huídas y persecuciones, llenas de humor y personajes curiosos y extraños como el trío de "patos" que sabe todo de todos en la Estación. Uno de estos personajes, probablemente el más entrañable, en una de las escenas más divertidas, es Bubble, un "glampod" que cambia de forma, interpretado por Rihanna.

Con qué gusto recuerdo a El Quinto Elemento y sonrio ahora al ver Valerian y que su espiritu y buen tono estén aquí presentes.
En este verano que llega a su fin, con películas correctitas como Spider Man o la Mujer Maravilla, con cosas que no juzgaré porque no veré como Transformers o El Planeta de los Simios, Valerian es una presencia más divertida, llena de imaginación y humor, probablemente la película más de  "ir al cine" que veré en el año (ya veremos Star Wars en las navidades).

Lo único que no me acabó de convencer fue el actor Dane Dehaan que interpreta a Valerian. Es como muy chavito, no da el tipo heroico, da más bien el heroico chiriposo. Y no tiene que estar super mamado, pero si un poquito.
Laureline/Cara Delevingne en cambio, me pareció que está muy en plan heroina moderna, muy bien.

Como dato chismoso, esta película costó alrededor de $200 millones de dólares, la más cara película europea e independiente y en sus primeros días de exhibición alrededor del mundo ya llevaba recaudados cerca de $150 millones, a pesar de las críticas generalizadas al guión y a la selección del reparto.

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