martes, 31 de mayo de 2016

La canción del mar


La primera película que vi de Tomm Moore fue la de El Secreto de Kells. Visualmente me impactó ¡increíble! Sin embargo, la historia como que no funcionó del todo bien. Confieso que no la recuerdo con detalle, solo con un poco de decepción.

Ahora vi la nueva, La Canción del Mar, con la idea de que no me importaba que la historia no estuviera buena, porque me iba a dar un engolosinamiento visual. Y vaya que la disfruté, la animación resultó tan maravillosa como la anterior, el manejo del color me hizo agua la boca, y la música y el movimiento de las formas me mantuvieron en la orilla del asiento. Lo mejor de todo es que la historia es muy bonita y divertida. En este caso sí que puedo decir que la animación y la historia están perfectamente bien balanceadas. 

Ben vive en una pequeña isla con su papá y su hermanita Saoirse. Saoirse es muda y Ben no se lleva con ella porque la culpa de la muerte de su mamá que murió al darla a luz. Resulta que Saoirse no es una muda cualquiera, es una selkie (una criatura que se transforma en foca) y está destinada a liberar a todas las hadas y criaturas mitológicas que fueron atrapadas por la bruja (creo que era bruja o tal vez diosa) Macha. 

Un montón de aventuras, mucha magia y encanto, música increíble, personajes entrañables con una villana inquietante, hadas, muchas hadas y unos dibujitos absolutamente maravillosos. ¿Qué más se puede pedir? ¡Es una joyaza!

lunes, 30 de mayo de 2016

Jiro dreams of sushi

¡Ah pero qué gustazo haber visto este documental! 
Dirigido por David Gelb, (imagino que gracias a éste pudo hacer la serie documental de Netflix A Chef's Table),
Jiro dreams of sushi, nos acerca a este muy particular chef de sushi y tesoro nacional del Japón. Jiro Ono, ha hecho sushi toda su vida. No le gusta descansar, ni en día feriado. Todo su mundo transcurre alrededor de su restaurancito de sushi, solo sushi. Un restaurancito, llamado Sukiyabashi Jiro, como para diez comensales, situado, creo, dentro de una estación de metro, en Tokio. 
Según algunos conocedores, es uno de los restaurantes más caros del mundo. Uno tiene que reservar con un mes de anticipación y la comida te cuesta mínimo 30,000 yenes (vayan a su convertidor monetario favorito e infártense).

Con una música y una estética limpia y elegante, el documental, además de interesarnos y fascinarnos por Jiro y su mundo, nos provoca descaradamente, con close ups gastronómicos. Food porn le llaman por ahí. Y sí. Uno come (bueno uno no, a menos que uno se lance al restaurante, o bueno...uno come, en su cabeza) alrededor de 20 sushis, en tres tiempos un menú cuidadosamente pensado y diseñado que ha evolucionado con los años. Un menú, al parecer, que juega con lo moderno y lo clásico, con sabores contrastantes y materia prima de la más alta calidad. Un menú y un chef, evidentemente, que se han hecho merecedores de tres estrellas Michelin. Aunque sospecho que eso a Jiro, le tiene perfectamente sin cuidado.

Jiro es rutinario y, aunque lleva haciendo lo mismo durante mucho tiempo, mantiene el discurso de que hay que mejorar, mejorar la técnica, mejorar la calidad, mejorar el menú.

Un punto de conflicto es que la materia prima no ha mejorado con el tiempo, sino todo lo contrario. El atún ya no es como era antes, y algunos productos, simplemente ya no se encuentran.

Pero no es solo Jiro como personaje, o sus hijos, o sus aprendices, lo interesante de esta historia, sino la "japonisidad" de los japoneses. Las maneras de funcionar, de trabajar, de ver el mundo.

Los dos hijos de Jiro han aprendido el oficio, el chico ha abierto un restaurante y está tratando de construir su propio camino, el grande no puede, es el heredero y tiene que esperar a que su padre se retire para tomar el mando. Pero Jiro de 85 (90 ahora) no tiene para cuando, y aun cuando lo haga, él, Yoshikazu, nunca estará ni tantito cerca de la reputación de Jiro. Puede llegar a ser mejor, pero es poco probable que alguien se lo reconozca.
Y así como este ejemplo, vemos eso en el vendedor de camarones, y en el vendedor de atún. Seguro que ellos también han seguido los pasos de padres y abuelos y hacen su trabajo con precisión y habilidad. Las escenas en el mercado de pescados son de lo más interesantes.

Bueno, todo me pareció interesante. Hay una tranquilidad, una confianza en la manera en que ocurren las entrevistas que, junto con la manera de producir el documental, se logra un retrato bastante claro de los personajes y el entorno. Esto mismo percibo en la serie de Netflix, que me chiquiteo porque es cortita. ¡Me espera la segunda temporada!

 

domingo, 29 de mayo de 2016

Kérity, la maison des contes

Nathaniel y su familia van a pasar el verano a la casa que la tía paterna Eleanor, les ha heredado. Además de la casa, a Nathaniel y a su hermana mayor Angélica, Eleanor les ha dejado un regalo especial a cada uno. A Angélica, una muñeca de porcelana y a Nat lo ha nombrado guardián y heredero del contenido de un cuarto misterioso que siempre ha estado cerrado con llave. Cuando Nathaniel lo abre, después de muchos años de curiosidad, descubre que es una enorme biblioteca. La decepción es tremenda. ¡Libros! Todavía no ha aprendido a leer y además ya se sabe todos los cuentos porque su tía se los leyó. Una tormenta daña la casa. Arreglarla cuesta lo suyo y el chico no duda en ofrecer sus libros para pagar la restauración. Mientras su papá habla con el no muy honesto anticuario de la zona, Nat va a la biblioteca a buscar un libro de recuerdo. Y entonces descubre algo increíble, algo impensable, que le hará valorar de otra manera la herencia de su tía. La biblioteca es una biblioteca muy especial, con puras primeras ediciones de libros clásicos infantiles conocidos por todos los niños del mundo. Él, Nathaniel ha sido nombrado el nuevo guardián de los libros, es el cuenta cuentos y los tiene que proteger a toda costa, porque si no, no habrá más ediciones y ningún niño podrá seguir leyéndolos. Sin embargo, para ser el heredero correcto, tiene que leer una frase mágica, si no la lee bien a la primera, todos los personajes desaparecerán y con ellos sus historias y aventuras. ¡Y Nat no puede leer! El tiempo corre, según el reloj del conejo de Alicia, y para colmo, el asqueroso anticuario ha llegado y se ha dado cuenta del impresionante valor de esos libros. Los nuevos amigos literarios del chico corren peligro y él es el único que puede resolver este lío. 

En un viaje lleno de peligros y temores, Nathaniel encuentra valor y confianza, en sí mismo y en su molona hermana, se enfrenta a un ogro, a una bruja, a un cangrejo gigante, ¡a un bebé! para permitir que el mundo siga disfrutando de todos esos cuentos increíbles, llenos de aventuras, magia, héroes y villanos, hadas y enanos, dragones y niños que no quieren crecer. 

Espero que no les quede duda de que recomiendo ampliamente esta película. La historia es muy bonita y los dibujos están estupendos. Es una invitación al increíble mundo de la literatura. Una invitación directa a todos los niños del mundo, con todo el corazón y la emoción de quienes seguramente fueron niños lectores, y es un cálido abrazo con un toque de magia y nostalgia a los adultos que se reconocen y se recuerdan en y con sus libros favoritos, siendo parte de esas aventuras y soñando con las suyas propias.
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