viernes, 31 de julio de 2015

Ant-man

El universo Marvel crece un poquito más con la aparición de este nuevo personaje. 

En cuanto a historia, pues no hay nada notable. Ya saben, un tipo que es un desastre, Scott Lang/Paul Rudd (¡guapo!) es un ladrón habilidoso y con buenas intenciones que van más allá de sus propios intereses; no da una, no tiene un peso y tiene una hijita a la que no puede ver hasta que no ponga orden en su vida. Y entonces el científico millonario el Dr. Hank Pym/Michael Douglas que ya le ha echado el ojo (por aquello de las buenas intenciones) lo pone a prueba sin que éste lo sepa. Obvi, pasa la prueba y lo invita a ser parte de su círculo de confianza, uno que solo comparte con su hija Hope/Evangeline Lilly (futura Wasp), y los convence de que ideal para ser Ant-Man, osea un tipo que al ponerse un traje súper acá, se encoge hasta tamaño hormiga. Scott, porque quiere ser un héroe para su niña, acepta y comienza un intensivo entrenamiento para controlar sus habilidades, su fuerza, tamaño y comunicación con las hormigas. El entrenamiento es intensivo porque como ya sospecharán, hay un peligro inminente de manos del antiguo asistente de Pym/Darren Cross (un malo de esos típicos chillones que necesitan terriblemente la aprobación de su papi o de su mentor). No es spoiler si les cuento que hay final feliz y que hay unos cuantos tentáculos disparados hacia los Avengers.

Esta historia pretende ponernos al tanto del origen del Ant-Man para que cuando salga en los Avengers ya lo conozcamos bien. La historia es básica, pero no importa mucho porque no se necesita más y además ¡sale Paul Rudd! 

No, ya en serio, la peli esta padre, muy  divertida y tiene cosas que me gustaron mucho. Una, y tal vez la más importante, es el humor. Hay escenas y diálogos muy cagados. Paul Rud intervino en la escritura del diálogo y quiero creer que en la escritura de esas partes tan chistosas, porque el tipo de humor me recordó a algunas de sus películas. Sus secuaces, en especial Luis/Michael Peña, están muy divertidos. 

Hay escenas de acción que están muy bien, con alguno que otro toque de risa y disparatez. 
Lo que menos me gustó fue la actuación de Darren Cross, pero tal vez es el personaje tan elemental el que menos me gustó.

Y mi parte favorita, la que hace a este súper héroe, más interesante que otros, es su interacción con las hormigas y sus aventuras en el mundo micro. Cuando se reduce, los escenarios por los que va son impresionantes. El vuelo en la sala de los servidores y las aventuras en el jardín son visualmente impactantes.

El Hombre de Acero, eso qué? ¡El Hombre Hormiga es la onda! Este súper héroe no se la cree, no es intenso, patriota, sufrido; no es súper nada, de hecho. Es normal. Su vida, aunque caótica, es normal. No se le suben los humos del poder, ni es inseguro. Está balanceado, cuando es chistoso no es bobo y cuando pelea no es bad-ass. Creo que le vendrá bien a los Avengers algo de ligereza y naturalidad.

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