Me encantan las películas que tratan sobre producciones musicales, teatrales o cinematográficas. Y de estas de "cine dentro del cine", La Noche Americana (François Truffaut, 1973) es de mis favoritas. Mucho tiene que ver que Truffaut es de mis directores favoritos.
La Noche Americana es un homenaje al cine, o más bien, al hacer cine. Con mucho humor y cariño, Truffaut se auto parodia y narra la experiencia de la filmación de una película llamada "Meet Pamela". Él mismo actúa como el director de la película y además de lidiar con sus propios asuntos, escribir los diálogos, elegir locaciones, aprobar props, escenas, música, etc., tiene que hacer de niñera, terapeuta, padre, madre, de los actores y del equipo. La actriz principal tiene problemas con la bebida, el actor principal, (Jean-Pierre Léaud, uno de sus actores recurrentes) tiene conflictos amorosos con una chica de la producción que se ha liado con otro, se deprime, no quiere volver a actuar. El actor que hace de padre muere en un accidente de coche. La actriz que hace de Pamela (Jacqueline Bisset), también tiene lo suyo. Y además de todo eso, hay problemas con los tiempos, recorte de presupuesto, los productores y los acreedores acosan al director. Intriga, romance, chismerío, lucha de egos; un grupo de gente fuera de su casa, a veces aburrido, a veces cansado, irritado, excitado, frustrado. Como una reunión familiar cualquiera.
Cuando veo este tipo de películas, recuerdo (no es que lo olvide, solo que lo recuerdo más) por qué me gusta tanto el cine. Truffaut, con su caracteristico estilo y sentido del humor, hace una película muy entretenida y entrañable.
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