lunes, 20 de abril de 2009

Hunger

Irlanda del Norte. En 1976 el gobierno británico retira el estatus político a los prisioneros republicanos paramilitares. Los prisioneros inician una serie de protestas al respecto. Se niegan a usar el uniforme de la prisión, dejan de asearse y ensucian las paredes de sus celdas con excrementos e inician una huelga de hambre. En 1981, con una segunda huelga de hambre culminan estos cinco años de protesta.

Hunger (Steve McQueen, 2008), está dividida en dos partes unidas por una conversación. En la primera parte vemos la "vida cotidiana" de los prisioneros antes de la segunda huelga de hambre. Vemos la rutina de los guardias. Las tomas son casi fijas, del pasillo, de la celda, un prisionero recostado, un guardia frente al espejo. De repente parecen muy pictóricas. Y esto, junto con la escasez de diálogos y música hacen una primera parte sumamente intensa y poderosa. Cada escena es imprevisible, impactante. Sí, uno sabe que no va a haber final feliz, es un drama y fue real. Pero la sorpresa está en las pequeñas acciones, en el guardia que se lava los puños golpeados (suponemos lo que hizo... sólo suponemos), en la situación de la celda, en las visitas.
La película está filmada de cerquita, enfocada en los rostros, los cuerpos, las paredes y el espacio de estos prisioneros; y no aleja la cámara, aún cuando cosas importantes están ocurriendo. No nos muestra nada de eso y lo poco que vamos armando es a través de estas tomas cerradas.

Y luego viene la conversación con el Padre. El ritmo y la narración cambian. Hay diálogo y de alguna manera hay una justificación para todo lo que vimos previamente. Y entonces la película se enfoca completamente a un personaje que antes apenas habíamos notado.

Ese es Bobby Sands, el que inicia la huelga y el que protagoniza la tercera parte. La parte de la huelga de hambre. La película retoma el ritmo inicial, con escenas cortas, silencio y espera...mucha espera viendo viendo el deterioro del personaje.

Esta película es una sorpresa de principio a fin. Es difícil decir que está buenísima cuando el tema es tan grueso; es difícil recomendarla si van a salir con que si no es entretenida, mejor no; es difícil no dejar de seguir pensando en ella y que situaciones así son vigentes en muchas partes del mundo.

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