Campeones es la nueva película de Javier Fesser. Es una comedia, una comedia tierna y emotiva; una peli paint by numbers de éxito garantizado.
El argumento lo hemos visto de sobra. Un entrenador que ha caído en desgracia acaba entrenando a un equipo de losers, póngale usted el deporte, fucho, hockey, basquet, beis, etc. En el camino, el entrenador se vuelve más humano, rehace su vida personal y aprende un montón de cosas de sus jugadores; los losers a cambio, dejan de serlo y se convierten en un equipo. En algunas pelis ganan el campeonato y en otras quedan en segundo, pero todos, nosotros también, no hemos llevado un bonito mensaje de amor y respeto. Nosotros nos lo llevamos más veces porque de estas hay un chingo de pelis.
El giro de esta es que los losers no son losers, son discapacitados intelectuales y el basquet es una actividad más de sus vidas, unas vidas bastante completas y positivas.
Esta ha sido una de las películas más taquilleras en España, y se entiende porque está divertida, tiene unos buenos chistes y supongo que gran parte del éxito se debe en gran parte a que los chicos discapacitados sí son discapacitados. Y aquí entramos en aguas delicadas, de esas como decir que no te gustó Black Panther o que Crazy Rich Asians no es una mala comedia, pero hasta ahí. Son aguas delicadas porque parece que si no te gusta es que eres racista o intolerante y no eres capaz de ver la importancia en estos tiempos de películas incluyentes, con diversidad, llena de negros o asiáticos, con mujeres empoderadas, sin importar si la peli como peli, es buena o no.
En Campeones, el equipo de basquet está muy bien, serán discapacitados, pero además actúan y tienen muy buenos golpes de humor, como esa frase que dice uno de ellos al quedar subcampeones, que es mejor ser subcampeón a campeón, ¿qué es mejor, un marino o un submarino?
Y me siento incómoda al decir que están bien sin que se sienta apapacho o como darles chance, de veras que no. Creo que una de sus virtudes es la actitud con la que lo han hecho.
Osea que es una buena comedia comercial, con trampillas para atrapar emociones, sí que si, pero no más que otras.
Lo que no creo, y aquí regreso a las aguas delicadas, es que merezca haber ganado el Goya a mejor película, sobretodo cuando El Reino ganó todos los otros premios importantes que la hacen una película más completa e interesante (dirección, edición, sonido, música, mejor actor, mejor actor de reparto, mejor música, y coño, mejor tema). Y que para colmo la hayan seleccionado para representar a España en los Oscares, ¡¿neta?!
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