lunes, 29 de octubre de 2018

Hotel Artemis

No le lleva a uno mucho tiempo, cinco minutos máximo, en darse cuenta de que esta película está mala. 
Un asalto frustrado a un banco con unos ladrones poco capacitados y que no son capaces de contenerse cuando aparece una patrulla en la calle y en vez de mantener un bajo perfil empiezan a disparar muy pendejamente. 

Este es el momento en que deben de cambiar de peli. Yo, porque todavía no soy grande, no me salí del cine y la vi todita. Tal vez porque me cae bien Jodie Foster y porque pensé que este hotel era un poco como el refugio de criminales en la peli de John Wick, pero no. El hotel está muy chamagoso y sólo le caben como cinco habitaciones. Jodie Foster es la Nurse que cuida a los criminales heridos. Se supone que es una viejecita y así la caracterizaron, pero no es creíble y camina súper raro y eso de que ande cargando todo el tiempo un walkman ultraretro como que sobra. La pobre está súper traumada porque le han pasado muchas cosas horribles y además del raro caminar, no puede salir a la calle y lleva años viviendo en el hotel. En realidad no es enfermera, sino doctora sin permiso. Pero yo digo que si atiendes criminales, bien podrías ser la Doctor, ¿no? No creo que se pongan exigentes los malandrines.

En fin, que estamos en un futuro cercano (pura excusa para justificar las revueltas y el caos en las calles y la Hi-Tec de la Nurse, meh) en el que el agua está privatizada y a los más jodidos no les llega. Estos, con justa razón, se encabronan y hacen revueltas por todo L.A. Y ya. 
En ese caos van llegando los criminales para ser curados. 

De los ladrones chafas, sólo sobreviven dos, son hermanos, y el menor y más tonto está herido. Más tonto digo, porque se robó una lujosa pluma en el banco y no se fijó en que tenía la marca del capo más capiento de la comarca. El hermano tiene que curarse de volada para que puedan escapar lo antes posible. Y en una admirable muestra de fluida, ingeniosa, compleja y nada forzada narración, así sin más, el capiento aterriza herido en el hotel (que, by the way, es suyo). 
Si no han cambiado de película, háganlo ahora porque el capo es ¡Jeff Goldblum! Y aquí la peli tiene un giro gratuito hacia la telenovela más baratona, pero esta parte no se las cuento, no porque sea spoiler, sino porque me da flojera.

Este pobre hombre tiene la mala pata de tener un hijo muy bruto y de gatillo fácil, que resulta un elemento muy útil para la película porque es el proveedor de la acción y de las balas.
Hay muchos muertos, la mayor parte de los personajes son insoportables, en especial Acapulco/Charlie Day, el hijo tonto/Zachary Quinto y Niza/Sofi Boutella (la momia de la Momia de Tom Cruise).
Se salvan de morir la Nurse, su achichincle Dave Bautista y el hermano listo.
Nosotros nos salvamos por los pelos, porque hay que tomarla como chascarrillo para sobrevivir.

domingo, 28 de octubre de 2018

Sorry to bother you

Esta es una extraña película. Bueno, al principio no es extraña. Durante la mayor parte del tiempo es una película indie, dirigida por un negro, Boots Riley y protagonizada en su mayoría por negros. Espero que no suene mal decirlo así, pero es así y es así porque es una sátira sobre racismo y clasismo. Sobre un grupo de jóvenes, me suena que con college, que no encuentran trabajo, que están batallando por medio vivir, en una Oakland de un futuro muy cercano o una realidad alterna.

El protagonista es Cassius Green, un joven que vive en el garage de su tío y al que le urge una chamba. Encuentra una en una empresa de telemarketing  en donde trabaja su mejor amigo. La chamba es horrible y sin futuro, el sueldo pésimo y no hay grandes beneficios. Cassius trata de vender las mugres que ofrecen, se atiene al guión, pero no logra ventas, hasta que un colega (Danny Glover) le dice que tiene que cambiar su manera de hablar, le dice que tiene que hablar como blanco. Esto es un golpazo, el mejor golpe de toda la película, pues cuando Cassius empieza a hablar, en realidad habla David Cross/Tobias Fünke de Arrested Development. Es un golpazo, en todos los sentidos, porque es tronchante y porque es duro, por lo que significa. Habla como blanco y nadie te va a colgar, eres alguien confiable, como ellos, eres su amigo. Uff eso es rudo.

El cambio en el habla le da beneficios y poder, empieza a vender y es promovido al piso de arriba en donde dicen que todo es maravilloso. Mientras esto ocurre, sus colegas han decidido ir a huelga para exigir mayores beneficios. Cassius no participa porque está encantado con su éxito y con la paga. Se distancia de su novia y sus amigos y por ahí va la cosa, no va mal, no es fascinante, pero bueno, tiene un mensaje importante que no se puede ignorar. Hay otras cosas que no acaban de cuajar o que sobran, situaciones que no se desarrollan más, o que fueron editadas y se ven truncas, pero que la final sólo parecen relleno. Para mí, la novia Detroit y toda su onda artística africana, ¿o será sólo que ese performance y su obra me dieron oso? Creo que es una escena para otra película.

Los exitosos del piso de arriba trabajan básicamente para una compañía, WorryFree, una compañía de la que hemos oído hablar durante toda la peli. Tiene problemas porque dicen que sus empleados son esclavos, tiene dinero y patrocina gran parte de lo que se ve en la tele, en fin, es un monstruo. Cassius conoce al dueño Steve Lift/Armie Hammer, un guapo y carismático nefasto que en una fiesta lo forza a rapear, porque toodos los negros saben rapear. Es otro golpe crítico bastante fuerte.

Pero en la última parte las cosas se vuelven un tanto surrealistas y desastrosas. Steve Lift le hace una propuesta a Cassius para que sea el líder espía de una nueva raza de humanos-caballos que ha inventado que trabajan mucho mejor porque son más fuertes y aguantadores. La cosa suena de no creerse, ¡pero es de verdad! Cassius se los encuetra enjaulados en la mansión.
Esto es suficiente, más le valía, para mandar la chamba a la goma y unirse a sus amigos huelguistas y convencer al mundo sobre los horrores que ha hecho WorryFree. Tiene un video y con tal de lograr que le crean se presta a todo tipo de humillaciones.

El final sigue siendo surrealista, no inesperado, pero sí que lo deja a uno con un tolerante WTF en la boca.

viernes, 26 de octubre de 2018

Nace una estrella

Esta es la cuarta versión de esta historia. Ahora con Lady Gaga y Bradley Cooper (su primera dirección).

No recuerdo bien la anterior con la Streisand, pero las variantes deben ser pocas, las más importante es que el músico consolidado, osea Cooper, no es un músico acabado, sigue estando activo y llenando estadios.

Algo importante para que una peli tan choteada funcione, es la química entre la pareja, y aquí sí que se nota que se llevan bien y se sienten a gusto uno con otro. Sorpresa: que Bradley Cooper no canta nada mal. Mayor sorpresa: que Lady Gaga actúa muy bien.

La peli está bien, el romance, las canciones, la presencia de Sam Elliott como el hermano mayor, es muy positiva. Agrega el dramón a la historia. 

Todo está muy correcto, digamos. 

Pero la última parte, para mí que se fue en picada, con un final facilón y poco interesante. Y es que una parte importante entre los dos no es el romance así nomás, por lo menos no para Jack/Cooper. Él ve a Ally como una compositora en serio y cuando ella empieza a alcanzar éxito comercial, con un drástico cambio de look (poco favorecedor, por cierto), Jack no está muy a gusto, pero no son celos (afortunadamente no se fueron por ahí), sino que no está convencido de ese camino. Ally ya no es ella, tiene bailarines en su show, la canción que le da éxito apesta. 
Afortunadamente, tampoco se fueron por el camino de que ella se comporte de una manera superficial o infantil. El problema es que siempre que él trata de explicarle lo que no le checa, está borracho o drogado (ah si, se me pasó decir que es un borrachazo) y eso le resta credibilidad. Y lo más interesante de la película son los pequeños momentos en que ellos comparten sus canciones y composiciones. Dos personas creativas que van más allá del éxito. Pero no, ella se convierte en un producto comercial súper chafa y el se suicida para no estorbarle, ¡osea! 

Un final muy gringo. Claro, si su hubiera quedado en su estilo no hubiera sido una triunfadora... ah, pero se hubiera quedado con Bradley Cooper, con pelo grasiento, pero no le hace.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Venom

No esperaba que Venom (Ruben Fleischer) fuese una comedia, la esperaba más bien violenta y oscura. Así empieza un poco, como los primeros cinco minutos. Luego aparece un Tom Hardy/ Eddie Brock sorprendentemente parlanchín y risueño. Es un reportero independiente e incisivo que se mete en líos y en una nada se convierte en un loser borracho, que no da una, se queda sin casa, sin novia y sin lana. Y hasta se hace un poco tonto y empieza a caminar chueco (eso me intrigó mucho, su caminar). Todo por culpa de querer exponer a Carlton Drake (una especie de Elon Musk) pues está convencido de que no es lo que dice y que hace cosas ilegales. Y sí que las hace; entre sus últimos experimentos está el de exponer indigentes a su nueva colección de bichos alienígenas llamados simbiontes que ha traído del espacio. La nave en donde venían se estrelló y un bicho se les perdió. Pero mientras vemos a Eddie borrachón y a Drake planeando su conquista del espacio, este simbionte perdido va viajando desde Indonesia hasta San Francisco brincando de un humano a otro. 
Mientras la acción en Asia da sustillo, la acción en San Francisco, de repente parece de sitcom, y de repente absurda, con un ritmo disparejo y una historia simplota con personajes bobos. ¡¿Qué estaba pensando Michelle Williams al aceptar esto?!

Drake, que es un malo medio blandengue se desespera porque los indigentes mueren, sus cuerpos no se adaptan con los simbiontes. Y cuando Eddie llega de metiche y trata de liberar a una indigente, el bicho se le mete a él y oh sorpresa, se llevan de maravilla. Y aquí es cuando las cosas se enchuecan más y la historia se vuelve "chistosa". Eddie no sabe lo que le pasa, de repente es súper fuerte, tiene mucha hambre y empieza a oír una voz interior que le dicta lo que tiene que hacer. Esta voz de repente es tronchante porque le da consejos de amor, es un alien muy sensible. Y por alguna razón inexplicable la voz interior/Venom, que tenía la intención de conquistar el mundo junto con sus otros hermanos, cambia de opinión y decide que le gusta la Tierra y se hace buenito y trata de detener al su jefe Riot que es el súper maloso que ha viajado desde Indonesia. Como es de esperar, la batalla final la gana Venom y todos tan felices. Con un final abierto en caso de que esto sea un éxito. Lo peor es que parece que sí lo ha sido. Yo no me lo explico. Acepto que estuvo entretenida, que tiene una duración razonable y no esa cantidad horrible de minutos que tienen las de Avengers. Pero ni la historia, ni las actuaciones, ni los personajes o diálogos son buenos. 

Una de las cosas que menos me convenció fue que Venom decidiera quedarse en la Tierra por Eddie. Supongo que porque al estar dentro de su cabeza tuvo un acercamiento a lo maravillosa que es la humanidad, pero ¡Eddie está lejos de ser un representante interesante de la misma!
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