jueves, 6 de julio de 2017

The Wizard of Lies

Al ver a Barry Levinson y a Robert De Niro trabajar juntos de nuevo, esperaba una película tipo Wag the Dog o What Just Happened?, dinámica, con mucho diálogo y muchos personajes, confusa, pero sin que sea grave, y que en el camino contase la historia de Bernie Madoff. No resultó ser así. 

De entrada, el enfoque no es tipo biopic, ni tiene la intención de explicar por qué lo hizo y en donde rayos quedó la lana. 
El enfoque parece ser alrededor del personaje, su personalidad y cómo jodió gachamente a su familia, en especial a sus hijos.

A través de una entrevista en la cárcel, Barry va contando cómo es que finalmente confesó a su familia lo que había hecho y cómo acabó ahí. 
Sus hijos no tenían idea de lo que estaba pasando. Trabajaron por veinte años en la empresa y siempre los mantuvo al margen. Cuando les contó sobre el Ponzi scheme y la gran cantidad de billones de dólares que se birló, los hijos fueron con un abogado y lo denunciaron rápidamente para deslindarse y no ser parte del fraude. Desafortunadamente nadie les creyó, la prensa los persiguió, y sus vidas quedaron horriblemente marcadas, tanto, que uno de ellos, el mayor, se suicidó. El otro murió hace unos años de cáncer.

En una poco fluida y desordenada narración, con un par de flashbacks aparentemente esenciales, se supone que vamos conociendo a este tipo. Un tipo que nunca reconoce realmente en daño que causó a su familia. No parece tener ningún tipo de remordimiento, ni excusa para haber hecho lo que hizo. Tiene un par de comentarios en los que dice que él no obligaba a la gente a invertir y que la codicia los hizo entrarle al asunto. Algo hay de verdad en eso, claro, pero ¿y lo hijos? Al parecer no pensó que fuera tan grave, si se echó la culpa, nada les podía pasar. ¿Y la mujer? Pues ni pex. Tampoco parece muy afectado cuando ella finalmente le dice que ya no lo va a visitar porque prefiere una relación con el único hijo que le queda y con sus nietos. 

Mi conflicto con la película, además del pobre ritmo y la longitud que la hicieron bastante aburrida, es que el retrato del personaje no está bien logrado, no ilustra su genialidad en el ramo profesional, de repente nos muestra que es un asshole, pero no es suficiente para formar una imagen sólida. Si se supone que es un poco psicópata, no en plan serial killer del cine, pues creo que faltó subrayar más esta parte. Y De Niro no aporta gran cosa, solo está quieto e inexpresivo; claro, mejor que en su papel en el Dirty Granpa, pero eso es fácil de superar.

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