Hoy tenía ganas de ver una película de terror, para estar en ambiente. La única que anda circulando por aquí es la de Annabelle. No se me antojaba mucho, pero luego me recordaron que era la muñeca que salía en El Conjuro y me animé. La del Conjuro me gustó, y seguro que como Chucky no iba a estar.
No me asusté gran cosa, solo el esperado sobresalto cuando sale algo feo de repente, ya saben, lo mismo de siempre, un demonio feo, un niño pálido en blanco y negro, alguna tipa con los pelos en la cara, nada fuera de lo habitual.
La historia de la muñeca poseída por una tipa loca que pertenecía a un culto satánico, que se suicidó con la muñeca en los brazos, no es muy interesante. Ahora la muñeca poseída busca un alma y hace todo tipo de travesuras para volver casi loca a la mamá de la potencial alma sacrificada. Cosa bastante inútil, pues podía haber empezado por el final, amenazarla con matar a la niña si no se sacrifica ella y tan tan lograr su objetivo.
Toda la tensión y el susto está en puertas que se cierran, fantasmas en camisón y bebés que aparecen y desaparecen. Ni siquiera la muñeca tiene presencia. Creo que tenía más en El Conjuro, dentro de la vitrina. Pensándolo bien, qué bueno que casi ni sale, porque es fea horrible aterradora. Sí que me hubiera dado miedito de verdad.
En conclusión, no cumple el cometido de asustar, no aporta nada nuevo al género, se vende como parte del estilo del Conjuro y nada que ver. La actriz principal, que para colmo se llama Annabelle, grita lo que debe de gritar, y hasta ahí.
Si quieren miedito y terror, consíganse el poster y péguenlo enfrente de su cama.