Esta es la historia de Laura Guerrero, una muchacha que vive en Tijuana. Se dedica a vender ropa que se trae del otro lado. Vive con su papá y su hermanito. Ella y su mejor amiga audicionan para el concurso de belleza de Miss Baja California y son seleccionadas. Esa misma noche su amiga se va con unos tipos a un antro. Laura va también para llevársela. Mientras la amiga va a despedirse de los tipos, Laura se queda en el baño cambiándose de ropa y ve cómo un grupo armado se cuela silenciosamente al lugar. Uno de ellos, el jefe aparentemente, la ve y le dice que no diga nada y que se salga rápido. Ella obedece, pero la balacera comienza justo cuando ella va por su amiga. Entre el caos y la oscuridad logra escapar por una ventanita y ve cómo este grupo se va con tres cuerpos envueltos. Al día siguiente llega tarde al concurso y la sacan, pero ella está más preocupada por encontrar a su amiga y se le ocurre preguntarle a un policía en una patrulla para ver si le puede decir de la balacera de la noche anterior y si se sabe sobre el paradero de su amiga. El poli le dice que le va a ayudar, pero la lleva con el grupo armado, que la amenza. Ahí está el mismo tipo que le perdonó la vida. Le dice que le de chance que se equivocó que ella sólo quiere encontrar a su amiga. Este le perdona la vida a cambio de que les haga unos favores. No es que tenga opción realmente, y hace lo que le piden. Trata de escapar varias veces, pero siempre la encuentran. En una de esas la agarran los de la DEA y le quitan un teléfono. Este teléfono les ayuda a rastrear a la banda y están cerca de atrapar al Lino (es el nombre del jefe este que la "cuida"). Ahora Laura está en manos de una banda que huye y busca venganza. Y lo único que puede hacer es convencer al Lino de que deje ir a su hermano y a su papá. Un favor aquí y uno allá, que quién es el de la DEA que le quitó el celular, que vaya al otro lado a por una camioneta, que esto y que lo otro. Y el Lino, que es hombre de palabra, la mete al concurso. A Laura es lo último que le interesa ahora, pero no tiene opción. ¿Qué hace uno en una situación así?
No daré spoilers, porque Miss Bala (Gerardo Naranjo, 2011) es una película que hay que ver. Me gustó bastante. Más que esas pelis del Bicentenario. Y una de las razones es el tono de la historia, lo medido de las actuaciones y la ausencia de pretensiones. Lo único que me molestó fue el sonido, que me pareció terrible. El sonido ambiental se oía muy fuerte, a veces en primer plano y costaba trabajo entender a los personajes. De hecho, en la escena fina, en la última toma, hay un ruidazo incomprensible, como de helicóptero o de barco, no sé, muy estorboso.
Me gustó la tensión, la acción de los enfrentamientos y las persecuciones. Tal vez no tenga los súper efectos de una peli americana, pero creo que por esa misma razón se ve hasta más realista. El Lino está grueso, es malo y bien cabrón, pero no está nada sobreactuado, cero ñaca ñaca. Ella está muy bien, muy congruente. Y la historia me parece muy lógica y muy medida. No se complica las cosas en tratar de sonar como de denuncia o de crítica social, no se complica con lecciones de moral, ni nada de eso. Las decisiones o no decisiones que toma Laura, tienen sentido, dentro del caos y la falta de tiempo para pensar con calma. En ningún momento sentí querer matarla por estúpida. Ella es normal, una víctima como cualquier otra tratando de sobrevivir. Trata de huir, la atrapan, negocia para salvar a su familia, el miedo la hace hacer lo que le dicen y aún así es valiente para tratar de hacer lo correcto. Pide ayuda, pero quién es quién, no hay buenos y malos, y si los hay cuál es cuál. Me gustó esa vaguedad. Están los narcos, la DEA (en territorio nacional...), los polis, los soldados. No hay a cual irle. Y Laura metida ahí, muerta de miedo y confundida, sin saber bien a bien por qué está pasando lo que está pasando. Y nosotros estamos igual que ella.
No daré spoilers, porque Miss Bala (Gerardo Naranjo, 2011) es una película que hay que ver. Me gustó bastante. Más que esas pelis del Bicentenario. Y una de las razones es el tono de la historia, lo medido de las actuaciones y la ausencia de pretensiones. Lo único que me molestó fue el sonido, que me pareció terrible. El sonido ambiental se oía muy fuerte, a veces en primer plano y costaba trabajo entender a los personajes. De hecho, en la escena fina, en la última toma, hay un ruidazo incomprensible, como de helicóptero o de barco, no sé, muy estorboso.
Me gustó la tensión, la acción de los enfrentamientos y las persecuciones. Tal vez no tenga los súper efectos de una peli americana, pero creo que por esa misma razón se ve hasta más realista. El Lino está grueso, es malo y bien cabrón, pero no está nada sobreactuado, cero ñaca ñaca. Ella está muy bien, muy congruente. Y la historia me parece muy lógica y muy medida. No se complica las cosas en tratar de sonar como de denuncia o de crítica social, no se complica con lecciones de moral, ni nada de eso. Las decisiones o no decisiones que toma Laura, tienen sentido, dentro del caos y la falta de tiempo para pensar con calma. En ningún momento sentí querer matarla por estúpida. Ella es normal, una víctima como cualquier otra tratando de sobrevivir. Trata de huir, la atrapan, negocia para salvar a su familia, el miedo la hace hacer lo que le dicen y aún así es valiente para tratar de hacer lo correcto. Pide ayuda, pero quién es quién, no hay buenos y malos, y si los hay cuál es cuál. Me gustó esa vaguedad. Están los narcos, la DEA (en territorio nacional...), los polis, los soldados. No hay a cual irle. Y Laura metida ahí, muerta de miedo y confundida, sin saber bien a bien por qué está pasando lo que está pasando. Y nosotros estamos igual que ella.