miércoles, 21 de octubre de 2009

El Estudiante

Hay un fenómeno que ocurre a veces con algunas películas mexicanas, en que se empieza a correr la voz de que hay que ver tal o cuál peli. Nadie sabe por qué, de qué se trata, ni nada, pero hay que verla.

El Estudiante (Roberto Girault, 2009) es uno de esos casos.

Chano es un señor mayor, retirado, que decide entrar a la universidad para estudiar. Y con el apoyo de su familia empieza a ir a clases. Ahí se relaciona con estudiantes jóvenes y todos reciben una importantísima lección de vida.

La película no está mal, predecible, pero está hecha con ganas y buenas intenciones. Es una de esas películas con mensaje para elevar el espíritu. Y seguro que moverá muchos corazones, pero...

Pero se pasa un poco y hay momentos en que parece una película de Hallmark a la mexicana. Hay diálogos muy cursis y poco creíbles. La escena de los mimos es lamentable y la presencia del velador sabio convertido en director de teatro amante del Quijote está totalmente fuera de lugar.

La peli se queda corta al final de todo. Las relaciones que se empiezan a construir entre el viejo y los jóvenes sólo parecen afectar a los jóvenes y nunca se ve, más que de manera muy elemental, todo lo que Chano pudo o debería haber obtenido de los chavos.

Chano se lleva bien con los chicos y con el tiempo esto empiezan a pedirle consejos. Pero ¿por qué? ¿En qué momento este viejillo se ganó el derecho de sabio? ¿Sólo por ser viejillo? ¡Na!

¡Uy! sólo de recordar la escena de las mascaras en el teatro... ¡por favor!

Viendo algo positivo las actuaciones no están mal. Y hay algunos momentos con algo de humor.

Al salir del cine y al empezar a escribir esto no me había parecido tan mala, pero ahora, después de darle más vueltas...híjole, está recursi.

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