Un día, caminando por Manhattan, la directora novel Crystal Moselle, se topó con los hermanos Angulo. Seis chicos bastante peculiares, con el pelo larguísimo y gafas oscuras. Cuando conoció su historia quedó fascinada y decidió hacer una película al respecto, que por cierto, ganó en Sundance al mejor documental.
Los hermanos Angulo, Mukunda, Narayana, Govinda, Bhagavan, Krisna, and Jagadesh, y su hermana Visnu, fueron criados en un departamento en el Lower East Side de Manhattan. Fueron educados en casa por su mamá y controlados por el papá. Casi nunca salieron de ahí. Uno de ellos recuerda que un año no salieron nunca, otro, una vez.
Su acceso al mundo provino de las películas. Recuerdan que en algún momento llegaron a tener más de 2,000 títulos. Todos son unos entusiastas del cine y como entretenimiento empezaron a recrear sus películas favoritas tal cual. Copiaban los diálogos, hacían los disfraces con material reciclado y convertían su casa en todo un set de filmación; con música y efectos especiales también.
Un día entró la policía al departamento, rompieron la puerta, esposaron a la mamá, pues tenían información de que había armas en la casa (la razón de ese conocimiento no fue aclarada). La policía encontró todos los props de las películas, incluidos todo tipo de armas de cartón y después de pedir disculpas por el asunto los felicitaron porque estaban muy bien hechas.
La razón de que vivieran encerrados toda su vida, según el padre, era porque no quería exponerlos a las drogas, a la violencia y a los malvivientes de la zona. Pero fuera de las películas, su vida estaba lejos de ser ideal. El padre no trabajaba, tomaba mucho, tenía estrictas reglas, aisló a la madre de su familia, etc. Y lo inevitable pasó. Uno de ellos, se salió sin permiso. Esto tuvo consecuencias de todo tipo, pero la mejor fue que los demás se animaron y también salieron y el padre no pudo hacer nada por evitarlo.
Ahora los mayores no viven en casa y poco a poco todos están empezando a conocer el mundo a su manera. Les es difícil y extraño, pero ahí la llevan.
No es el morbo o el drama de saber que todos estos chicos vivieron encerrados por tantos años. No es ese tipo de película. Tampoco es exactamente el hecho de que recrearan películas, aunque estas escenas son buenas, sino ellos mismos. Los hermanos Angulo, a pesar de todo, o gracias a esto, son unos chicos interesantes, que se saben expresar, son abiertos frente a la cámara (tal vez por haber actuado en tantas películas), y salen al mundo con curiosidad, más que con temor, con ganas de aprender, más que con desconfianza. Lo que hizo el papá no estuvo bien, todos lo saben (varios no le hablan ya), hasta él mismo parece saberlo, pero afortunadamente, por lo menos hasta donde sabemos, parece que serán capaces de salir adelante bien.
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