martes, 29 de septiembre de 2015

Los Huéspedes

Es de todos sabido que M. Night Shyamalan "desevoluciona" con cada nueva película que saca. Premisas interesantes (en principio), repartos atractivos, una cierta habilidad de narración, desarrollos en picada y finales discutibles (o no tanto porque qué flojera seguir pensando al respecto).

Debe saber venderse muy bien porque sorprende que le siguan soltando lana para sus proyectos.
Esta nueva Los Huéspedes (The visit), está realizada con su dinero, con mucha economía, en todos los sentidos. Se asesoró con un empresa especializada en películas low-budget, para sacarla a los cines, y debo decir que ha sido todo un acierto.

Becca y Tyler son dos hermanos adolescentes que van a visitar a sus abuelos maternos mientras su mamá está de vacaciones. No se conocen y la mamá perdió todo contacto con sus padres desde hace muchos años.

Becca lleva un par de cámaras para filmar su estancia y después hacer una película que pueda lograr el reencuentro entre su mamá y sus abuelos. Tyler gustoso acepta llevar una cámara y aportar interesantes escenas a la película. Y así estamos en una de esas películas (deben tener un nombre) filmadas a través de cámaras, como las de Actividad Paranormal y la Bruja de Blair.

Los hermanos se llevan muy bien, son divertidos y amables y tienen muchas ganas de conocer a sus abuelos y pasar una buena semana con ellos. Los abuelos son dulces y gentiles, pero con el paso de los días, y de las noches, empiezan a pasar cosas raras. Los abuelos empiezan a tener desconcertantes comportamientos y cuando los hermanos preguntan, estos son achacados a la edad.

Becca acepta la situación más fácilmente, pero Tyler está convencido de que hay algo más raro a que sean sólo unos viejillos seniles. Y lo que se supone era una cuestión de impaciencia de juventud, se convierte en una desagradable, incómoda y aterradora experiencia.

Hay un montón de intriga, muchas escenas misteriosas. El cine entero está con los hermanos, queriendo saber lo que ocurre, viéndo a través de su cámara como si fuéramos un nieto más, y en mi caso ocurrió una curiosa experiencia grupal, porque nuestros asombros y sustos estaban muy coordinados. Fuimos un público realmente metido en la historia, sin esos boicoteadores que gritan de gratis y esos otros que se carcajean por el grito.

Los abuelos pasan de ser super-sweet a super-creepy y de regreso y no se sabe por dónde va la cosa. Afortunadamente para mí, no me olí nada antes de tiempo y la sorpre fue emocionante.
Ah cómo recuerdo cuando me arruiné la experiencia Sexto Sentido adivinando cinco minutos antes de que se develara el misterio.

La historia y su resolución son mucho más sencillas que lo que nos tiene acostumbrados Shyamalan, y está bien narrada. Creo que por su habilidad de contar historias siempre acabo viendo sus pelis, pero cómo las echa a perder.

Lo mejor en ésta es el reparto. Tanto los abuelos como los hermanos están muy bien. Y es Ed Oxenbould/Tyler, el que se lleva los laureles. Es muy gracioso, se le nota cómodo y sus raps son muy cagados.

Obviamente hay un mensaje emotivo al final, pero yo me quedo con la presencia de este niño racialmente confundido.

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