lunes, 18 de junio de 2012

Los Aliens, ¡todos!

Antes que nada, debo decir que sí que estoy emocionada por ver Prometeo, la precuela de Alien. He visto los tráilers y me parece que pinta bien. Ya reseñaré al respecto en cuanto la vea.
Y por esta espera y emoción me di a la tarea de volver a ver los aliens anteriores.
Estuvo muy bien porque se refrescaron en mi cabeza, recordaba bastantes detalles pero no las peculiaridades y ambientes de cada uno.
 
No las describiré con detalles porque seguro que ya tooooodos las vieron, pero hablaré un poco de cada una y lo que me gustó o no.

Antes de verlas recordaba que además de la primera, Alien el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) la de Alien Resurrection (Jean-Pierre Jeunet, 1992) me impactó. En esta fresquecita revisión mi favorita sigue siendo la primera, la clásica. Es la más lenta si, pero no en mal plan, es pausada, introduce tranquilamente a los personajes, la atmósfera, la nave con los miles de huevos. Todo es misterioso, intrigante, sabes que algo malo va a pasar, pero no qué tan malo. El octavo pasajero entra en la nave, los contamina, ocurren cosas inexplicables como que chorrée ácido y traspase las paredes y los niveles de la nave, y el interés en el bicho es científico, cómo funciona, cómo se defiende. Y entonces, en la parte más festiva, ¡zácatelas! que sale un aliencito por la panza. 

Esta es una de las escenas que más esperaba en este maratón. Recuerdo vagamente haber visto esta peli sin el consentimiento paterno o con su ignorancia, más probable, y esta escena la recordaba completamente roja, hipersanguinolenta, qué susto, qué shock, aunque no me hizo detenerme, al contrario.
No ocurre así, pero de todos modos me encanta.
A partir de ahí el ritmo de la película cambia, el monstruo se rebela, y como los perritos, nos vamos quedando sin protagonistas, ahora sólo hay que escabechárselo y sobrevivir, a la goma con lo científico. Y qué estrés al final cuando ya sólo queda Ripley, que va que viene, que se le acerca el bicho, que se salve el gatito, la música intensa. 
Sí, la que más me gusta.

Esperamos siete años (yo menos, unos dos o tres a lo mucho) y llega Aliens (James Cameron, 1986) Mi menos favorita. En esta ocasión me irritó un poco. Tiene los peores diálogos y unas cuantas actuaciones horrorosas y sobreactuadas, el humor "soldado" me chocó, sólo me gusta Bishop (mi androide favorito de la serie). Los personajes son muy estúpidos y toman decisiones muy estúpidas sólo porque se creen muy chingones con sus súper armas, ¡aj!
No me parece nada original y hasta siento que se sube en el éxito de la anterior para asegurar el suyo (suena a Cameron, ¿qué no?). Cameron no le da un toque, una reinvención, su versión es nada más hacerla más digerible y accesible.
Es como la versión extra light e hiper comercial de Alien. Más balas, más acción, más personajes que eliminar, y más activa.

En 1992 llega Alien3 de David Fincher. Las películas de Fincher, me llaman siempre la atención, pero nunca acaban de gustarme del todo, hay algo en los finales o en el exceso visual, no lo sé. Es irregular porque me gustó la de la chica del dragón, pero recuerdo con decepción el final de Se7en, y con total indiferencia la del Club de la Pelea.

En esta él si trata su visión de la serie, se aleja un poco de las dos primeras, es más violenta y cruda, aterradora en otros sentidos. La idea de aterrizar en una cárcel con lo peor de lo peor me da más miedo que llegar a un planeta lleno de huevos misteriosos. Bishop no muere y aparece aquí, y la línea de fondo de la mala corporación continúa. Ripley ahora sí es realmente bad ass, ahora sí podría ser mi heroína (no lo es porque tiene la desventaja de ser bastante antipática), y es más dura y fuerte (no hay niños que la distraigan y la hagan sensible). Esta es la más sofisticada visualmente de todas las películas. 
Me gusta la escena en donde tratan de atrapar al alien y llevarlo a la forja (o por ahí), aunque no se si me gustó la idea de de repente poner la cámara desde el punto de vista del bicho. Pero está muy bien narrada. No es de esas escenas que sabes qué ocurre o por qué ocurre, pero que no entiendes cómo está ocurriendo. El final me gusta mucho, me parece un final atrevido, sólo por que lo in es dejar finales abiertos, por si las moscas.

Y la trilogía cierra con Alien Resurrection (Jean-Pierre Jeunet, 1997). Esta es la más bizarra de todas, y cómo no con este director. Recuerdo que me gustó bastante, ahora creo que en parte porque estaba un poco enganchada a las pelis de Jeunet y Caro. Ahora me gusta un poco menos. De entrada, hacer una cuarta con el final de la tercera es un poco forzado. Pero ok, compro la idea de la clonación, va con la historia. Me gusta mucho el grupo de contrabandistas, pero ¡¿por qué?! ¡¿por qué poner a Winona?! Winona arruina a estos personajes, es un androide chilloncito y con corazón, ¡puaj! Los androides de Ian Holm y Lance Henriksen tienen todo el derecho a explotar (nuevamente) de la indignación. Me gusta la acción y la atmósfera, y disfruté la escena de persecución bajo el agua. Pero creo que no me gusta ver a tantos aliens, y tan expuestos y mostrados. Así, la imaginación no coopera a engrandecerlos y hacerlos más aterradores y peligrosos. Ya no hay misterio. Aunque claro, con tres películas previas tal vez ya no haya misterio, pero aún así.
La película en sí no me molesta, pero encuentro dos partes muy inquietantes, desagradablemente inquietantes. La primera, la escena con los clones desafortunados, es impactante, da un poco de asquito, dan mucha pena, nunca antes había sentido tanto desprecio por la compañía que está detrás de la preservación de los aliens; y entiendo que es una escena necesaria. Pero la escena donde Ripley se hace "mamá", con el asqueroso alien blanco con un esqueleto medio humano es espantosa. Y cuando la cosa esa se va saliendo al espacio por un agujerito, no es terrorífico, ni se siente uno victorioso ni nada, sólo es desagradable.
Se necesita valentía e imaginación para atreverse a hacer una parte más de una serie tan famosa y apreciada. Si ya sacan la clonación para que podamos disfrutar a Ripley, porque no, hacer un final menos "jalado" menos absurdo. No se, todo eso de la maternidad me pareció de mal gusto.

En fin. Así he terminado. Valió la pena el maratón. Me apresuraré a ver Prometeo. Iré con la mente abierta ignorando los buenos y malos comentarios que he escuchado. ¿Me sentiré protectora hacia Ridley Scott y seré blanda en mi crítica? ¿Me decepcionaré tremendamente por las altas expectativas que tengo? No lo sé. Ya les contaré.

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