sábado, 9 de mayo de 2009

Il y a longtemps que je t'aime

Juliette es liberada después de pasar quince años en prisión. Su hermana mucho menor Léa le da la bienvenida y la invita a quedarse en su casa. Las dos hermanas son prácticamente unas desconocidas, pues a Léa le prohibieron visitar a Juliette en la cárcel y de hecho la desaparecieron de la historia familiar. Para Juliette, Léa es la hermanita a la que le contaba cuentos, con la que tocaba el piano. Ahora es una mujer adulta casada y con dos niñas. Juliette es fría y distante, pero pronto vemos que es por desconcierto, por haber perdido contacto con su familia durante tanto tiempo. Parece siempre incómoda, fuera de lugar, casi no habla y es cortante hasta con las sobrinas.
Pero poco a poco las cosas empiezan a cambiar. Entabla una relación de amistad con el policía con el que tiene que ir a firmar, conoce a un colega de Léa con el que finalmente se siente a gusto y puede hablar, y aunque no le es fácil encontrar trabajo, su vida parece retomar su camino. Hasta el hostil cuñado Luc se da cuenta de que Juliette es más que alguien que ha estado en la cárcel y finalmente la acepta como parte de la familia.

Pero la pregunta está siempre presente ¿qué pasó realmente para que Juliette acabara en la cárcel?

Hace mucho que te quiero (Philippe Claudel, 2008) es un drama, pero no un dramón. De repente aparecía mi influencia telenovelera y esperaba lo peor, lágrimas, gritos y ridículos y sufridos diálogos. Pero entonces me acordaba, eh, son franceses, no hacen eso.

Y la historia va más allá de Juliette y la cárcel; es Léa conociendo a Juliette, dándole una oportunidad de existir, sin juicios ni preguntas. Es Juliette abriéndose a la familia de Léa, abriéndose a la gente que va conociendo.

La actuación es asombrosa. Todos están muy bien, Léa (Elsa Zylberstein), el abuelo Papy Paul, hasta la niña P'tit Lys. Pero es Kristin Scott Thomas la que se lleva las palmas. ¡Qué bárbara! Es una de las mejores actuaciones que he visto en el año, y en el año anterior para que vean qué de buena es. Y sin necesidad de efectos especiales o maquillaje para verse vieja, gorda, china o lo que sea. Y sin que sea basado en una historia de la vida real.

Es la sutlieza de los cambios que sufre el personaje, es la expresión de su cara, el movimiento de sus manos, es el silencio, lo que no dice y todo lo que observa.

La historia es sencilla, pero la actuación es de lo más compleja.

Y vaya, ¡qué bien está la peli!

Senki

Un joven doctor tiene un terrible accidente automovilístico y sobrevive por un pelo. Un año después regresa a su vida cotidiana; o trata de regresar. Las cosas son distintas, su esposa se queda vacacionando, los inquilinos del edificio en donde vive han cambiado, tiene que adaptarse al ritmo y al ajetreo del hospital. Y para colmo, una extraña vieja hablando un dialecto desconocido, se mete en su departamento. Tratar de descifrar lo que la vieja le dice, el encuentro con una sensual asistente universitaria, la relación con su madre (una prestigiosa doctora) y la necesidad de estar con su hijito, alejan, confunden y alteran el escaso equilibrio que el personaje, Lazar Perkov, está tratando de recuperar.
Senki/Shadows ( Milcho Manchesvki, 2007), es una película de fantasmas.

¿Cómo es una historia de fantasmas fuera de Estados Unidos o de la moda asiática? Pues esta, de la República de Macedonia, no es tan aterradora, ni tiene muchos efectos especiales. Pero la historia está bien, el suspenso también. Es frustrante ver películas de horror en donde a uno le sobresalta hasta la hoja que cae y donde la historia es mala o ni siquiera hay historia. Aquí, el ambiente, los lugares, los personajes, son lo suficientemente inquietantes para mantener la tensión, y la intriga. Ok, hay fantasmas... ¿pero? ¿Qué sigue? ¿Cómo? ¿Y que le va a pasar al doctor?

La solución a todo es muy sencilla, sin razones sacadas de la manga, sin forzar la historia. Y eso cierra la película de una manera muy completa.

Y para el final final, me gustó la solución visual.

Las actuaciones son muy buenas, la música también. Pero cabe resaltar la fotografía, los escenarios dentro y fuera de Skopje (la capital de Macedonia), el ambiente creado en el edificio donde vive Lazar y en el hospital.

Insisto, es una muy buena peli, una muy buena peli de fantasmas.
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