Esta es una de esas historias de yo no fui/yo sí fui, fue él, fue ella, un twist por aquí, y otro, y otro más, fue el Coronel Mostaza con la soga en el salón.
Un par de amantes de regreso de una escapada chocan con un ciervo y otro coche y el conductor del otro coche muere. Estos estúpidos, en vez de llamar a la poli, deciden deshacerse del cadáver y así es como las cosas se complican.
Laura, la amante es asesinada, y Adrián, el amante, es el principal sospechoso, aunque él insiste en que hay alguien que conoce la verdad y los estaba chantajeando.
Adrián y Virginia, una implacable exjueza que ayuda a la defensa de Adrián, van desmenuzando la historia, haciendo y deshaciendo conexiones, para encontrar demostrar cómo lo hizo el que lo hizo.
Oriol Paulo es el director y ya en su anterior película, El Cuerpo (2012), se le notaba un interés por el estilo hitchcock. No recuerdo El Cuerpo con detalle, sólo que algo no funcionaba y creo que es lo mismo que en ésta, hay un exceso de solemnidad, que igual y por problemas de dirección, lleva a unas actuaciones terribles. Así como las miradas del póster, súper intensas y significativas. Laura/Bárbara Lennie, está fatal, la jueza, un poco pasada, y Mario Casas/Adrián, pues mejor que se quede en coqueto de comedia romántica. Es el menos malo, pero aún así, no está logrado su papel.
Y algo que resulta molesto, es que sean todos tan antipáticos, los personajes. Supongo que los escribieron así para que no se pudiera confiar en ninguno, pero en realidad, lo que no hay es empatía por ninguno, por mí que todos acaben en la cárcel, que más da.
Un par de amantes de regreso de una escapada chocan con un ciervo y otro coche y el conductor del otro coche muere. Estos estúpidos, en vez de llamar a la poli, deciden deshacerse del cadáver y así es como las cosas se complican.
Laura, la amante es asesinada, y Adrián, el amante, es el principal sospechoso, aunque él insiste en que hay alguien que conoce la verdad y los estaba chantajeando.
Adrián y Virginia, una implacable exjueza que ayuda a la defensa de Adrián, van desmenuzando la historia, haciendo y deshaciendo conexiones, para encontrar demostrar cómo lo hizo el que lo hizo.
Oriol Paulo es el director y ya en su anterior película, El Cuerpo (2012), se le notaba un interés por el estilo hitchcock. No recuerdo El Cuerpo con detalle, sólo que algo no funcionaba y creo que es lo mismo que en ésta, hay un exceso de solemnidad, que igual y por problemas de dirección, lleva a unas actuaciones terribles. Así como las miradas del póster, súper intensas y significativas. Laura/Bárbara Lennie, está fatal, la jueza, un poco pasada, y Mario Casas/Adrián, pues mejor que se quede en coqueto de comedia romántica. Es el menos malo, pero aún así, no está logrado su papel.
Y algo que resulta molesto, es que sean todos tan antipáticos, los personajes. Supongo que los escribieron así para que no se pudiera confiar en ninguno, pero en realidad, lo que no hay es empatía por ninguno, por mí que todos acaben en la cárcel, que más da.