En 1984 cuatro grupos de Heavy Metal dieron un concierto en Japón. tres de ellos, Scorpions, Whitesnake y Bon Jovi, vendieron, a partir de ahí, millones de discos. Anvil no.
Este grupo canadiense influenció a muchos músicos, incluidos Slash y Lars Ulrich, y sin embargo no se hizo famoso. Veintitantos años después el líder "Lips" Kudlow y el baterista (y amigo inseparable de Lips) Robb Reiner, llevan una vida común y corriente, uno de ellos trabajando en una empresa que lleva comida a las escuelas y el otro en la construcción.
¿Por qué no les fue tan bien como a los demás? ¿Cómo es que no se hicieron rockstars si tenían todo para serlo? Nadie lo entiende. Sus familiares, amigos y fans se lo preguntan. A nadie le queda duda de que son talentosos, perseverantes y luchones; que saben actuar en el escenario y que además, tienen buena música.
Este es un pedazo de su historia. Veinte años después siguen con su banda, practican en el garage y han publicado 12 discos. Tiene un par de fans que los siguen fielmente. Pero no hacen giras, tocan en un bar y se han convertido más bien en una banda de culto, en una leyenda.
Un día son contactados por una italiana admiradora que les ofrece ser su manager para una gira en Europa. Aceptan gustosos. La gira tiene sus altas y sus bajas, a la larga resulta más un desastre que un éxito y no ganan nada de dinero. Pero ahí están, con la mejor actitud. Encontrándose con músicos famosos que los admiraban cuando eran chicos, con fans de todos los tipos, en auditorios medio vacíos y antros de mala muerte en sótanos perdidos.
Esta es mi parte favorita de la película.
En un último intento por lograr ser conocidos, deciden grabar un nuevo disco, el número 13. Se dan cuenta de que cuando mejor les fue fue cuando trabajaron con unos de los mejores productores del medio, Chris CT Tsangarides. Lips le envía un demo del disco y este les dice que tiene potencial y que le gustaría trabajar con ellos, pero que necesitan juntar como 12,000 dólares. Nadie tiene dinero, tratan de juntarlo pero está difícil. Una hermana de Lips decide prestarle el dinero. Esta es una de las escenas más conmovedoras de la película: La hermana, mayor que Lips, bien vestida, muy propia y Lips con su look de rockero ochentero (pelo largo y flequillo) de negro con bermudas, diciendo que aunque no entiende su música, lo quiere, lo respeta y sabe que es bueno y que merece esta oportunidad.
Viajan a Dover, Inglaterra y pasan ahí unas semanas grabando el disco en un estado emocional muy delicado. Se pelean, se encontentan. Son los mejores amigos, y han estado juntos desde que se conocieron a los 14 años. El disco es bueno, todos están satisfechos, regresan a Canadá y tratan de colocarlo en una disquera, pero no hay interesados. ¿un problema generacional? Nadie lo sabe. Al final acaban produciéndolo y vendiéndolo por internet a sus fans. No era lo esperado, pero su actitud es admirable. Al menos lo hicieron y es bueno.
La película termina con una invitación a tocar a Japón. Un gran cierre para una gran película.
Anvil! The Story of Anvil (Sacha Gervasi, 2008). Es una muy buena película. no soy metalera para nada, pero eso es lo de menos en la historia. Lips y Robb son unos personajazos, con ese look amenazante, se tranforman en el escenario, cantan canciones de esas que casi no se entiende nada, sus discos tienen siempre yunques y son portadas bien clásicas metaleras. Y en casa unas linduras, amables y cariñosos, sensibles.
Y la peli es emocionante, emotiva, graciosa.
Me chocan las películas levantadoras del espíritu, las películas que dejan enseñanzas de vida y jaladas de esas. Lo que me choca es que las venden así y que la gente las compra por esa única razón. Pueden apestar, pero "Ay, que lindo mensaje". Argh! No la quiero etiquetar de esta manera, pero esta peli deja un buen sabor por el espíritu, por la actitud de lo protagonistas, que no se rinden, que siguieron tocando y evolucionando musicalmente durante 20 años. No es una peli de final feliz al estilo Hollywood, las cosas siguieron sin salir del todo bien, no se convirtieron en Rock Stars, ni salieron de sus deudas, probablemente siguen en sus mismos trabajos. Pero esa es la historia de la mayor parte de la gente. Hay siempre más talento y más gente capaz de la que sale en la tele. Y nos son "losers" por no haberla armado, sepa por qué no tuvieron el éxito merecido, pero ahí están y siguen trabajando y haciendo lo que les gusta.