lunes, 27 de febrero de 2012

Hugo Cabret

Esta es la historia de un niño huérfano llamado Hugo Cabret que vive secretamente en una estación de trenes en el Paris de los años treinta. La única pertenencia que trae consigo al llegar a la estación es un autómata que él y su padre estaban arreglando hasta la muerte de éste. Hugo está convencido de que cuando el autómata funcione le dará un mensaje de su padre. Ya casi está arreglado, pero le falta una llave muy importante, una llave que lo llevará a un lugar muy especial, un lugar en donde no volverá a estar solo.
También es la historia de un reparador de juguetes, Georges Mélies, que tiene su tienda en la estación y al cual Hugo le roba partes para su autónoma. Georges es un viejo cascarrabias que tiene a Hugo entre ceja y ceja. Este personaje oculta un pasado, un pasado que se entrelaza con el chico y el autómata. 
Entre robos de croissants, evitar al guardían de la estación y su aterrador perrro ( el guardián es un Sacha Baron Cohen bastante gracioso y contenido) y la vida cotidiana de los personajes a su alrededor, la pareja de viejitos, el librero y demás, Hugo, junto con su nueva amiga Isabelle, la ahijada de Georges, decide aventurarse en la aclaración del mensaje del autómata y el misterioso pasado de Georges.

Y esta es para mí la parte más bonita de la historia, porque George Mélies ES Georges Mélies, el cineasta, el padre de los efectos especiales, uno de los primeros y más ingeniosos directores de cine. Mélies fue un visionario que entendió la magia y las grandes posibilidades del cine. Hugo e Isabelle descubren con gran placer y admiración el trabajo de Georges y deciden convencerlo para que salga al mundo nuevamente, para que vea que sus películas siguen siendo apreciadas. Me encanta esta parte porque habla sobre las emociones iniciales del cine, cuando éste era sencillo, ingenuo y misterioso para muchos. Es difícil imaginar, o casi imposible de entender la sensación de ver un tren venir hacia uno o de ver personas moverse en una pantalla. Si me entusiasmo con películas como ésta o como El Artista en un mundo saturado de imagenes, cómo hubiera sido ver por primera vez una historia con movimiento, qué desconcierto, qué extrañeza.

Hugo (Scorsese, 2011) fue diseñada para 3D, yo no la vi así porque ya estoy un poco harta del 3D, cuesta mucho y la gran mayoría de las veces deja mucho que desear. Ahora que ya la vi y que me gustó, sí que la vería en 3D. Desde hace tiempo que me empecé a sospechar, al principio con pena, lo confieso, que Scorsese como que no se me hace tan bueno como todos dicen. He visto pelis viejitas y pelis nuevas, prácticamente todo lo que ha hecho y me parece un tanto irregular. Pero esta, que no tiene mafiosos, ni es en NY, me ha gustado mucho, es una bonita historia, nostálgica, de aventuras y misterios. Y aunque la idea original no es suya (esta basada en un libro muy bonito que se llama "La Invención de Hugo Cabret"), se nota que hay un click especial con ella, sobretodo en los temas relacionados con el cine (Scorsese es un gran conocedor de la historia del cine, qué mejor que contar una historia para niños que refleje su pasión). Las escenas que recrean los flashbacks en donde Mélies está haciendo películas son muy buenas. El Viaje a la Luna siempre me ha gustado mucho, así que fue divertido verla aquí nuevamente. Una de mis escenas favoritas es en la que filman a las sirenas y las langostas en ese apantallante estudio de cristal.

Scorsese habla de la magia del cine y él mismo hace una historia contagiada y contagiosa de ese espíritu.

Me gustó la música y me gustaron las actuaciones, pero fue la cinematografía y el arte lo que mas me impactó. Un trabajo cuidadoso y muy detallado. 
Por primera vez estoy contenta con los resultados de los Oscares porque las dos películas, Hugo y El Artista, realmente fueron de lo mejor que he visto últimamente (y Tin tin, también, no entiendo porque no fue nominada en peli de animación, ¡no entiendo por qué ganó Rango!).

sábado, 25 de febrero de 2012

El Artista

Me uno a los que opinan que esta es una gran película. Me encantó. 
Más que expectativas, tenía curiosidad ¿cómo podrá sobrevivir una película muda en estos tiempos? ¿tendrá buen ritmo, no aburrirá? Y vaya que tiene buen ritmo, un muy buen soundtrack (aún más importante aquí que en otras, creo yo) y unas excelentes actuaciones, inlcuido el perrito. Ah sí, y unos toquecillos de humor. 

Y aunque es muda, no es muda muda, es decir, el sonido cumple un papel más importante que el que suele tener. Aquí funciona de repente como una herramienta narrativa, no nada más ilustrativa. Pero no quiero contarles por que pues sería un super big spoiler.

He dicho chorromil veces que me gustan las películas que hablan de cine, que tratan de cine, y zas, que en una semana veo tres, siendo esta mi favorita. Y mi segunda favorita, la de Hugo, de la cual escribiré en otra ocasión. Las dos tienen en común un respeto y gusto por el cine, el cine que nos hace soñar, que nos hace vivir aventuras y disfrutar. El cine que nos entretiene. 

La primera escena, que juega con el cine dentro del cine, la película muda, dentro de la película muda, engancha inmediatamente, "esto pinta pinta muy bien" pensé mientras George Valentin (Jean Dujardin) sale al escenario a recibir aplausos. Desde ese momento sabe uno que las actuaciones van a ser especiales y que lo que está uno viendo será algo único.

La historia es muy sencilla, George Valentin es una famosísima estrella de películas mudas en "Hollywoodland". En una presentación conoce accidentalmente a una fan llamada Peppy Miller (Bérénice Bejo). Peppy empieza a trabajar de extra en una de las películas de George, se gustan, pero él tiene esposa (una muy amargada, por cierto). El tiempo pasa, Peppy va ganando mejores papeles, hasta que llega  a ser protagonista de su propia película. En esa época, el cine sonoro hace su aparición. El productor de George le ve futuro al sonido y decide abandonar las películas mudas por sonoras, haciendo cambios drásticos en los estudios. Entre esos cambios, el reemplazo de los viejos actores, por estrellas nacientes como Peppy. George no cree en el cambio, se rehúsa a hablar y gasta sus ahorros para producir, actuar y dirigir su propia película muda, pero es un fracaso y su vida cae en picado. La mujer lo deja, pierde su casa y todo su dinero. Peppy en cambio, se convierte en una estrella, pero no ha dejado de estar enamorada. Y en los momentos de mayor oscuridad de George, ella estará ahi para salvarlo de sí mismo. Aquí hay una dramática escena que me recordó mucho al Ciudadano Kane. Pero no entiendo bien el homenaje, o tal vez hay otros homenajes que no pesqué y por eso este me pareció medio extraño. Bueno, el caso es que hay un final feliz, con una agradable sorpresa.

Esta es una película que le hace a uno salir del cine sonriente y emocionado porque ha sido uno soprendido con algo inesperado y maravilloso. 

PD: Todas mis quinielas del Oscar van para The Artist (Michel Hazanavicius, 2011), música, actuación, idea original, dirección, ¡todo! Espero que arrase.

jueves, 9 de febrero de 2012

La Zorra y la Niña

Esta es la historia de una niña que vive en el campo con sus padres. Un día regresando de la escuela ve un zorro. El zorro se asusta y huye, pero la niña se queda con la idea de encontrarlo a como de lugar. A partir de ese momento la búsqueda del zorro se convierte en su única actividad. Durante todo ese tiempo, la niña se encuentra con distintos animalitos y bichos que habitan en la zona y pasa horas observándolos. Llega el invierno y la niña se dedica a seguir una huellas que ella cree que son del zorro y tiene un encuentro relativamente cercano con unos lobos. Asustada, corre, cae y se rompe el pie. El resto del invierno lo pasa en casa, enyesada, con un libro sobre zorros y añorando la llegada de la primavera y el momento en que podrá salir de nuevo.
Cuando regresa al bosque se dedica a buscar madrigueras de zorros. Finalmente encuentra una habitada y espera pacientemente a que aparezca el zorro. Ella no lo sabe, pero nosotros sí, que el zorro es zorra y durante el invierno ha tenido cachorros. La niña intenta con discreción acercarse a la zorra, pero esta le huye y en una de esas decide cambiar a sus zorritos de casa. La niña se da cuenta y la encuentra de nuevo. Pasan los días, la niña la ve a la distancia, la zorra también. Aquí hay una escena chistosa en donde a la niña se le ocurre ponerle pedacitos de su sandwich para que se vaya acercando a ella y durante la espera un puercoespín se empieza a comer el caminito de sandwich. 
La desconfianza de la zorra se debilita poco a poco y cada día se acerca un poco más a la niña hasta que le permite que la acaricie. A partir de ahí se hacen inseparables, recorren el bosque, juegan con los cachorros y pasan todo el tiempo juntas. Tienen un montón de aventuras, se adentran en zonas prohibidas y peligrosas, tienen, ahora sí, un encuentro muy cercano con los lobos y la niña hasta pasa una noche fuera de casa, lo que le gana una reprimienda. Con el tiempo, la niña convierte a la zorra en su mascota y la trata de domesticar. Un día la invita a su casa, la lleva a su cuarto y cierra la puerta. La zorra se pone muy nerviosa y se tira por la ventana. Y aquí viene una extraña escena, porque la niña no la lleva al veterinario, ni llama a sus padres, la da por muerta y la lleva a su madriguera con los cachorros, pero la zorra no muere. Se recupera y la relación entre las dos cambia. Me pareció una rara escena porque no entendí esa reacción de la niña, pero no es muy relevante en la historia. Lo importante es que la niña entiende que se equivocó en pretender ser dueña de la zorra. La confianza ya no se recupera, y aunque la niña la trata con más respeto, cuando llega el invierno la zorra desaparece y ya nunca la vuelve a ver.

Me gustó mucho la peli. No por el mensaje, que no negaré que es bueno y muy educativo, sino por la interacción de la niña con el bosque, con los animales y sobretodo con la zorra. Es muy natural, como si fuera un documental. Este es uno de esos ejemplos en donde la buena edición es vital para el éxito de la narración. Me recuerda mucho a una película viejita que se llama "El Oso". La niña se comporta como si no estuviera actuando, como si no hubiera cámaras y todo lo que le pasa y todo lo que ve realmente está ocurriendo en ese momento. Siente uno el miedo cuando aparecen los lobos, cuando el zorro es perseguido, cuando se cae. Me impresionó mucho mi impresión ante esas escenas. Pocas veces se encuentra uno con películas cuyos personajes principales sean animales de verdad, sin animaciones ni efectos especiales,con un entrenamiento moderado y sobretodo, con pocos humanos. Repito que sin ese trabajo de edición tan bueno, no hubiera funcionado. El director, Luc Jacquet, es el mismo de La Marcha de los Pingüinos, así que tiene experiencia (y supongo que mucha paciencia), es filmar animales.

La recomiendo mucho. Buena opción cinematográfica para darle más variedad al cine infantil.
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